La voz de Shakespeare
No cansa, no aburre este Hamlet de casi cuatro horas. La aventura, la narraci¨®n policiaca -crimen, investigaci¨®n, castigo, sigue funcionando: el director, Jos¨¦ Carlos Plaza, la cuenta muy bien en el escenario. Est¨¢ adem¨¢s la curiosidad, el inter¨¦s.por ver qu¨¦ soluciones nuevas justifican -si es que hace falta- la reposici¨®n. Primero, la traducci¨®n; con Shakespeare se hace siempre una acumulaci¨®n de las versiones espa?olas. Molina Foix se va a la fuente y utiliza otro lenguaje propio y contempor¨¢neo. Menos que la correcci¨®n del castellano ("es por ello que...") le importa el buen sonido, la calidad po¨¦tica y el ajuste al original. Los coloquialismos abundan ("arramplar", "tiene la negra": cito de o¨ªdo); tambi¨¦n en Shakespeare, que tiene esa genialidad propia de la mezcla de lenguaje culto y popular, de la poes¨ªa y el, digamos, chiste.Estamos hablando de teatro, no de erudici¨®n y, aunque esta traducci¨®n la tenga, lo que importa es lo que se oye en el escenario, la caracterizaci¨®n de los personajes por su habla. Est¨¢ conseguida.La interpretaci¨®n: el reparto es abundante en grandes nombres. Primero, Jos¨¦ Luis G¨®mez. En la representaci¨®n del estreno encontr¨® a Hamlet a partir de su encuentro con el espectro. Es en la doble personalidad de locura y reflexi¨®n, de amargura y pasiones lentas, donde est¨¢ el encuentro, y la forma de sujetar la voz, y la personalidad propia de este actor.
Hamlet
De William Shakespeare; traducci¨®n de Vicente Molina Foix. Int¨¦rpretes: Alberto Closas, Jos¨¦ Luis G¨®mez, Berta Riaza, Ana Bel¨¦n y otros. M¨²sica de Mariano D¨ªaz. Iluminaci¨®n de Jose Luis Rodr¨ªguez. Escenografia y vestuario de Gerardo Vera. Direcci¨®n de Jos¨¦ Carlos Plaza. CDN. Teatro Mar¨ªa. Guerrero. Madrid, 20 de octubre.
Carnalidad
Jos¨¦ Carlos Plaza ha dado a este Hamlet una carnalidad, una relaci¨®n hombre-mujer, y un hombre y una mujer, como lo son el Rey -Closas: excelente en su mon¨®logo- y la Reina -Berta Riaza- G¨®mez y Bel¨¦n son maduros para sus personajes: no importa. A?aden reflexi¨®n y pasi¨®n. Ofelia suele ser una estampa ?o?a y medio g¨®tica en todas las versiones: aqu¨ª tiene cuerpo.La reflexi¨®n est¨¢ en Horacio -Cherna Mu?oz: recrea el papel-, o en los alegres sepultureros, o en frases de aqu¨ª y all¨¢, que no se pierden -no deja perder ni una Alberto de Miguel, en el papel del actor primero-, ni los alegres malhechores Rosencrantz y Guildenstern -Garbisu y Ormaechea- En todo este reparto hay buenos y malos. Entre los buenos, Rafael Alonso en su composici¨®n de Polonio.
Y est¨¢ el ambiente. Gerardo Vera ha hecho un Elsinor de madera y hierro y lluvia, de arena y miedo. M¨¢s l¨²gubre de lo que suele ser en Hamlet, m¨¢s ¨²til para Macbeth; pero toda la direcci¨®n est¨¢ llevada por ese camino, como la m¨²sica -de Mariano D¨ªaz- y las tempestades, las alucinaciones, los juegos de tinieblas y luz. Una obra de miedo, o de espanto, que conduce a la matanza final, tan dificil de resolver en un escenario de hoy. Los trajes -tambi¨¦n de Vera- dan la nota de color y elegancia, de alg¨²n alivio de rojos y ocres c¨¢lidos que laten sobre el negro humo del fondo.
Plaza tiene sus teor¨ªas sobre Hanilet y las ha expuesto, como lo ha hecho G¨®mez de su personaje, antes de la representaci¨®n. Pueden tener raz¨®n o no; pueden estas ideas haberles servido de hip¨®tesis de trabajo para su desarrollo. La realidad es que cada uno puede ver su Hamlet interno, la voz de Shakespeare: el autor est¨¢ realzando, dicho, y su obra est¨¢ narrada.
Llega al p¨²blico, le sostiene, le entusiasma en algunos momentos, y le impulsa a aclamar a todos al final. Especialmente a G¨®mez, a Vera, a Plaza. Veremos c¨®mo va, y qui¨¦n va, en las funciones de diario.
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