"Un sindicato no puede abandonar al trabajador al sonar la sirena de la f¨¢brica"
Entrevista con Giorgio Benvenuto, secretario general de la Uni¨®n Italiana de Trabajadores
El sindicato Uni¨®n Italiana de Trabajadores (UIL), de mayor¨ªa socialista y con participaci¨®n de republicanos, radicales, socialdem¨®cratas y liberales, abre hoy, lunes, en Venecia su d¨¦cimo congreso, que durar¨¢ hasta el s¨¢bado. Su secretario general, Giorgio Benvenuto, cree que hace 10 a?os el sindicato cl¨¢sico era fuerte, pero ahora todo ha cambiado. Por ello no est¨¢ dispuesto a que "el trabajador quede abandonado a s¨ª mismo cuando ha sonado la sirena de la f¨¢brica. Quiero seguirle en todos sus problemas como ciudadano".
Al congreso de la UIL asistir¨¢n, adem¨¢s de los 1.029 delegados, representaciones de 72 naciones, comprendidos todos los pa¨ªses de Am¨¦rica Latina, de donde han llegado 150 representantes. La delegaci¨®n espa?ola est¨¢ formada por Nicol¨¢s Redondo, Antonio Guti¨¦rrez, Jos¨¦ Mar¨ªa Zufiaur, Juan Moreno, Sergio Santill¨¢n y Luis Ara?a Uriarte.La UIL, con 1,5 millones de afiliados, el tercero de los tres grandes sindicatos italianos, tras el comunista-socialista CGIL y el democristiano CISL, est¨¢ considerado hoy como el sindicato piloto, el m¨¢s moderno y revolucionario, el que m¨¢s est¨¢ creciendo, sobre todo entre los j¨®venes y los trabajadores de color.
Pregunta. Hace cuatro a?os, en Florencia, usted escandaliz¨® al pa¨ªs lanzando la idea de un sindicato del ciudadano. ?Cu¨¢l va a ser la novedad del congreso que empieza hoy?
Respuesta. La novedad es que los que nos silbaban y se re¨ªan de nosotros hace unos a?os hoy nos miran con respeto, con atenci¨®n y hasta con envidia. Y empiezan a imitarnos.
Hace cuatro a?os abrimos el camino al sindicato de los ciudadanos. Era un gran desaf¨ªo. No sab¨ªamos lo que pod¨ªa pasar. Hoy llegamos al nuevo congreso con la satisfacci¨®n de que la idea no s¨®lo ha cuajado, sino que ha llegado el momento de sacar de ella sus ¨²ltimas consecuencias.
P. ?Por ejemplo?
R. El eslogan de este congreso es Hacer funcionar a Italia. Hoy, para m¨ª, es impensable un sindicato que luche con los m¨¦todos antiguos. El mundo ha cambiado. Y para nosotros el peligro es que Italia entre coja en la nueva Europa, porque mientras la industria, lo privado, funciona; lo dem¨¢s, lo p¨²blico, est¨¢ en ruinas.
Un sindicato hoy no puede permitir que mientras no existen problemas para fabricar autom¨®viles o ropa no s¨®lo de d¨ªa, sino tambi¨¦n de noche, en s¨¢bado y domingo, porque existe una flexibilidad de trabajo enorme, una mujer, por el contrario, no pueda dar a luz en un hospital un s¨¢bado porque los m¨¦dicos est¨¢n ausentes. Ni se puede permitir que un anciano tenga que levantarse a las seis de la ma?ana y hacer horas de cola para cobrar su pensi¨®n de jubilado, o que un trabajador, al salir del trabajo, sufra de los nervios para volver a su casa a causa del tr¨¢fico. Cuando las cosas no funcionan, ?qui¨¦n es el m¨¢s penalizado? El trabajador, el m¨¢s d¨¦bil. Un sindicato de izquierdas no puede perderse en pol¨¦micas est¨¦riles cuando el pa¨ªs no funciona.
P. ?Pero esto no es un sindicato demasiado at¨ªpico?
R. S¨ª, lo es, pero yo pienso que el sindicato de hoy tiene que ser distinto. Mientras nosotros nos emperramos en combatir con las armas de ayer, los empresarios usan ya las del futuro. Adem¨¢s, hoy tiene que cambiar el m¨¦todo de lucha, porque el trabajador ya no posee, como anta?o s¨®lo su trabajo. Hoy tiene ahorros, capital. Una buena parte de los trabajadores de Fiat tiene acciones en la empresa. El 40% de los t¨ªtulos del Estado est¨¢n en manos de jubilados y trabajadores.
P. ?Entonces propugna un sindicato m¨¢s bien econ¨®mico, seg¨²n el modelo sueco?
R. S¨ª, pero no s¨®lo eso. Yo rechazo las ideolog¨ªas, pero no los ideales. Creo que hay que ir a un sindicato que sea econ¨®mico y social a la vez. Yo, como sindicato, no puedo permitir que el trabajador quede abandonado a s¨ª mismo cuando ha sonado la sirena de la f¨¢brica. Quiere, seguirle en todos sus problemas como ciudadano.
Por eso la UIL va a crear en todos los lugares de trabajo unos comit¨¦s de defensa de los derechos del ciudadano. Proponemos tambi¨¦n reglamentar las huelgas en el sector p¨²blico, porque si un metal¨²rgico hace huelga la hace contra Agnelli, pero si la hace un m¨¦dico la hace contra el enfermo.
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