El 'infierno de los infieles'
La ofensiva de los integristas musulmanes en Egipto
?Qui¨¦nes y cu¨¢ntos son estos integristas musulmanes de Egipto, menos conocidos que sus hermanos iran¨ªes pero igual de fan¨¢ticos en sus combates contra el mundo de los infieles? Algunos procesos judiciales, como el que recientemente se celebr¨® en El Cairo, permiten conocer un poco mejor a estas fratr¨ªas fanatizadas, sus m¨¦todos y sus ideales.
En otros pa¨ªses de la regi¨®n se balancear¨ªan en el extremo de una cuerda. En El Cairo se han librado de ella. Despu¨¦s de un proceso que ha durado 18 meses y que concluy¨® el 2 de septiembre, han sido juzgados 26 integristas. Siete han sido puestos en libertad, y los otros 19 han sido condenados a penas que van desde un a?o de prisi¨®n hasta trabajos forzados a perpetuidad. Entre estos ¨²ltimos, miembros del grupo Los Supervivientes del Infierno (del infierno de los infieles), se encontraban los autores de asesinatos fallidos contra dos ex ministros del Interior y el redactor jefe de una gran revista que se hab¨ªa atrevido a acusarles, entre otras cosas, de volver a los tiempos de los camellos.Imponer un Gobierno isl¨¢mico, aunque fuese por la violencia, no es una idea nueva en Egipto. Nasser conden¨® a muerte a los jefes de los Hermanos Musulmanes. Sadat cay¨® bajo balas integristas. En la actualidad, Mubarak trata de controlar a esos peque?os grup¨²sculos brotados como ramas corrompidas del tronco del islam y dirigidos por unos misteriosos emires.
Los integristas est¨¢n infiltrados en las universidades. Carentes de salidas -salvo si entran en el Ej¨¦rcito o en la polic¨ªa, donde ser¨¢n mimados-, de alojamiento, de dinero, los j¨®venes constituyen su presa perfecta. Muchos de ellos van a la religi¨®n como otros van a la droga. La mujer est¨¢ fabricada por Dios, pero tan t¨®rrida, tan peligrosa, que hay que ocultar hasta el ¨²ltimo mil¨ªmetro de su cuerpo bajo capas de tejidos, de guantes, de medias.
La palabra aora, que hace alusi¨®n a la intimidad m¨¢s profunda, m¨¢s secreta de la mujer, es una de las claves de los m¨¢s fan¨¢ticos, para los que la mirada y, sobre todo, la voz de la mujer atraen el deseo del hombre casi tanto como los atributos sexuales. As¨ª es como en el proceso se asisti¨® a esta extra?a escena: reducidas a la invisibilidad y a la inaudibilidad, las esposas de algunos condenados se expresaban mediante gestos ?realizados con sus manos enguantadas!
El presidente del tribunal defini¨® as¨ª a los acusados (que recibieron sus sentencias con la calma de la certeza): "Para ellos, Egipto no es una tierra de paz (dar el-salam dirigido por un musulm¨¢n que aplica los preceptos del islam), sino una tierra de guerra. El presidente Mubarak es un tirano, su Gobierno est¨¢ formado por infieles que viven en el oscurantismo, como antes de la revelaci¨®n del islam. Combaten a Dios y a su profeta".
"Los integristas", contin¨²a el magistrado "se consideran en estado de guerra santa, lo que les autoriza a desvalijar al Estado infiel -el profeta autorizaba a sus adeptos a apropiarse del bot¨ªn del enemigo-. Los integristas proh¨ªben trabajar para el Estado infiel, orar en las mezquitas administradas por ¨¦l, consumir la carne que ¨¦ste proporciona, incluso la obtenida seg¨²n el rito religioso. Se niegan a hacer el servicio militar porque el Ej¨¦rcito no combate por el islam y reniega de su palabra".
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