El erotismo a trav¨¦s del lenguaje
Debate sobre el discurso er¨®tico en la cultura ib¨¦rica, en un seminario internacional en Holanda
![Isabel Ferrer](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F8b95639c-d8ad-4697-89e7-0a8b128cb4e1.png?auth=2ab4e65ae234b6368ea105ef1c40df093c1068ef274989c980910cd81cb9140c&width=100&height=100&smart=true)
El erotismo como expresi¨®n de una experiencia amorosa a trav¨¦s del lenguaje y la pornograf¨ªa con su carga violenta de dominaci¨®n del cuerpo recorren la literatura peninsular en espa?ol y portugu¨¦s en una suerte de aventura que arrastra personajes a veces antag¨®nicos , separados por su condici¨®n social y sobre todo poor la calidad de su producci¨®n literaria .Esta semana se han discutido en Utrecht (Holanda) diversos temas relativos al erotismo en la literatura espa?ola desde la Edad Media hasta nuestros d¨ªas, en el seminario Discurso er¨®tico y discurso transgresor en la cultura peninsular.
Grandes poetas er¨®ticos, porque carnalizaban la experiencia amorosa del alma en su b¨²squeda de Dios, fueron los m¨ªsticos Santa Teresa de Jes¨²s y San Juan de la Cruz. Erotismo a raudales brota de la frase de Stendhal -"no era hermosa, era peor"- que el autor dedica a la Sanseverina, la protagonista de su obra Rojo y negro, enamorada sin remisi¨®n de Juli¨¢n Sorel. "Una mujer que es seguramente la m¨¢s seductora de la historia de la literatura porque cualquier experiencia con ella deb¨ªa suponer la perdici¨®n", seg¨²n la escritora Ana Mar¨ªa Moix.Erotismo sofocante como pocos es el que ofusca a Ana Ozores, La Regenta, de Leopoldo Alas Clar¨ªn, porque supone la expresi¨®n directa de una pasi¨®n necesitada de di¨¢logo que a ella, una dama, le estaba vedado. Con este libro capital podr¨ªa trazarse una' de las l¨ªneas divisorias entre discurso er¨®tico y pornogr¨¢fico, dedicado este ¨²ltimo a describir la atracci¨®n del cuerpo y el sexo para entretener al lector, pero ello sin provocar ning¨²n cambio o malestar ideol¨®gico que nutra un debate sobre el poder y la dominaci¨®n. "Porque en literatura la pornograf¨ªa significa violencia ejercida contra el cuerpo femenino, que aparece vencido, y un silencio as¨ª no subvierte el orden establecido", en palabras de Iris Zabala, catedr¨¢tica de Literatura Espa?ola de la universidad de Utrecht y organizadora junto al Instituto de Espa?ol de su universidad y la Embajada de Espa?a en La Haya del seminario Discurso er¨®tico y discurso transgresor en la cultura peninsular, clausurado el pasado mi¨¦rcoles en la Casa de Espa?a de Utrecht.
El Sabio obsceno
Un autor pornogr¨¢fico y hasta obsceno y blasfemo fue el rey Alfonso X el Sabio, cantor de Santa Mar¨ªa y responsable de poes¨ªas que no generan deseo pero vulneran cualquier texto esperado de un monarca tan erudito. En algunos de sus versos, la obscenidad y la blasfemia de los actos sexuales que ¨¦l mismo realizaba con j¨®venes prostitutas en Viernes Santo convierten en s¨¢tira pueril otras obras del cancionero medieval galaico-portugu¨¦s, seg¨²n se desprende de la intervenci¨®n del profesor Perfecto Cuadrado, de la universidad de Mallorca.
En alguna de ellas, j¨®venes reci¨¦n casados escrib¨ªan a las abadesas pidi¨¦ndoles su experto consejo para no quedar mal con sus esposas la noche de bodas. Uno de los momentos m¨¢s brillantes y divertidos del seminario lo protagoniz¨® el propio Cuadrado al leer en portugu¨¦s las cantigas de escarnio y mal decir frente a un p¨²blico que se miraba entre asombrado y gozoso. -
La burla portuguesa que alcanza a la cleres¨ªa, frailes y monjas ofrece una visi¨®n menos oscura de la Edad Media y muestra que la vulneraci¨®n del poder establecido es un problema tan hist¨®rico como el lenguaje. "Frases que ahora resultan de mal gusto no lo eran entonces, y las haza?as de esta galer¨ªa de espectros enclaustrados tiene en realidad una carga l¨ªrica desconocida en el resto de la Pen¨ªnsula".
Ello, quiz¨¢, porque el mito del espa?ol como idioma que se presta m¨¢s a la procacidad que a la dulzura est¨¢ muy arraigado. As¨ª lo afirmar¨ªa Rosa Rossi, de la universidad de Roma, novelista y traductora, que sin embargo reconoci¨® en Utrecht sus problemas para verter al italiano la obra Paradiso, del autor latinoamericano Lezama Lima, llena de matices de dif¨ªcil traslaci¨®n. "Sin duda el lenguaje er¨®tico resulta m¨¢s aut¨¦ntico cuando huye de lo expl¨ªcito, de la realidad concreta que lo provoca", responder¨ªa Iris Zabala, "y en Am¨¦rica Latina, donde hay una mayor represi¨®n hist¨®rica, el lenguaje es m¨¢s er¨®tico".
Si el erotismo en la literatura propicia el uso del lenguaje como forma de placer y comunicaci¨®n, apartados como la homosexualidad en la literatura espa?ola no han sido a¨²n asimilados por los lectores.
La homosexualidad latente en las Novelas ejemplares de Miguel de Cervantes est¨¢ a¨²n por estudiar y la asumida y hasta manejada como un arma arrojadiza o "transgresora" no llega hasta el siglo XX con Lorca o Cernuda.
Tampoco de la visi¨®n femenina de la sexualidad existen demasiados ejemplos en Espa?a y sin embargo aparece en la literatura occidental en el siglo XIX y cuenta con autoras tan c¨¦lebres como Georges Sand. Sin olvidar la moralidad absoluta del franquismo, que foment¨® juegos de palabras que no resultaban er¨®ticos sino procaces. Que no eran, por tanto, peligrosos, porque no modificaban el discurso pol¨ªtico al ser incapaces de generar un deseo motor de libertad, sino s¨®lo la satisfacci¨®n del lector.
En este punto, los asistentes se enfrascaron en una discusi¨®n sobr¨¦ los pretendidos valores "transgresores" del Nobel Camilo Jos¨¦ Cela. En realidad, sus obras resultan muy procaces, dijeron, pero no modifican ning¨²n equilibrio de poder.
El juego del silencio
"En la novela moderna hay m¨¢s sexualidad que erotismo porque los autores no saben crear un clima apasionado, secreto y que juegue al silencio", dec¨ªa Ana Mar¨ªa Moix en una de las sesiones de este seminario, para apoyar luego su argumento en un pasaje de Ana Karenina, de Leon Tolstoi, donde el novelista ruso escribe una llama que se extingue en un pasillo explicando as¨ª, sin nombrarlo, el fracaso sexual del matrimonio Karenin en su dormitorio.Cuando la autora catalana iba a abordar el campo de tenis de los Finzi Contini, que Giorgi Bassani emple¨® como met¨¢fora del lecho de pasi¨®n donde los j¨®venes amantes no pod¨ªan encontrarse, un espectador levant¨® la mano.
Agitado y algo desafinado, el hasta entonces silencioso oyente dijo: "Una exposici¨®n muy bella, sin duda; pero yo no creo que pueda haber erotismo sin una descripci¨®n muy expl¨ªcita. A m¨ª, por ejemplo, me erotizar¨ªa mucho m¨¢s ver las piernas de la oradora mientras nos explica todos estos misterios literarios tan desencarnados".
Visiones
Risas generales, liberadoras, nerviosas y quiz¨¢ culpables surgieron entre un auditorio ya convencido de que el erotismo es un enga?o magistral del autor por el que el lector cree que "la visi¨®n que no ha visto en realidad le ha cegado por su fuerza", seg¨²n dijo Ana Mar¨ªa Moix.
La hilaridad durar¨ªa poco, y acad¨¦micos, estudiantes y profanos llegados esta semana a la Casa de Espa?a de Utrech continuar¨ªan profundizando con un rigor muy acad¨¦mico en el erotismo, como el motor del arte, y en la pornograf¨ªa, como, repetici¨®n de lo que sucede en realidad pero incapaz de aportar a la obra categor¨ªa literaria.
La aportaci¨®n de g¨¦neros como el cupl¨¦, el bolero y el tango llegar¨ªa al final y, con ella, la divisi¨®n de los espacios de socializaci¨®n del erotismo. La noche y la bohemia asociada al teatro fueron el lugar de triunfo del cupl¨¦.
La expresi¨®n libre de sexualidad del tango y la algo m¨¢s velada sensualidad del bolero cambian a medida que dejan la taberna por el sal¨®n burgu¨¦s. En ¨¦ste, la luz del d¨ªa ser¨¢ el escenario para la madre de familia y el trabajo y quiz¨¢ tambi¨¦n para la pornograf¨ªa, pero s¨®lo si la contemplan ojos masculinos.
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