Vote

Vote, si me permite una opini¨®n. Quiz¨¢ valdr¨ªa la pena abstenerse si uno fuera a ser el ¨²nico y luego pudiera decir: he sido yo, no os trago. Pero, con el n¨²mero, la abstenci¨®n se desvaloriza m¨¢s que el voto. Su gesto altivo y justiciero se perder¨¢ entre los que ese d¨ªa se acatarren o se duerman, se mezclar¨¢ con el avaro incapaz de dejar por unas horas su negocio y quedar¨¢ registrado junto a fachas y monjas de clausura que no habr¨¢n podido apearse de su levitaci¨®n.Esta campa?a no pasar¨¢ a los manuales de educaci¨®n c¨ªvica como ejemplo, pero tampoco est¨¢n tan mal las cosas. Mucho columnista pol¨ªtico se ha disfrazado estos d¨ªas de Minerva obligada a visitar los establos de Aug¨ªas. Gonz¨¢lez no es m¨¢s chapucero que Mitterrand y Aznar es incluso algo m¨¢s dem¨®crata que Strauss, que en paz descanse. Guerra o Tocino son apenas un modesto tributo que el buen gusto se ve obligado a pagar por la libertad de expresi¨®n.

Vote. No me diga que los pol¨ªticos le han defraudado, cuando el Bar?a, o su equipo favorito, le ha dado disgustos mayores. No me venga con que son ineptos, cuando usted aprob¨® con chuletas, o pone los ladrillos como Largo Caballero jam¨¢s se hubiera permitido. No me monte el n¨²mero de? luchador cansado, cuando usted tambi¨¦n se qued¨® en casa un 23 de febrero.

Ande, vote. Si es usted de derechas, el PP tambi¨¦n lo es. Si es usted de centro, el PSOE es su partido. Y si usted no sabe de qu¨¦ es, el CDS tampoco, as¨ª que v¨®tele.

Tampoco es tan dificil votar si ,usted es un nuevo rebelde o un viejo progre, si desconf¨ªa de su pasaporte, si crece s¨®lo cuando lo hace la hierba, si simpatiza m¨¢s con los indios que con Isabel, Crist¨®bal y Fernando, si cree que el sexo no debe decidir el destino o ser pobre le da m¨¢s indignaci¨®n que verg¨¹enza. Empu?e usted su papeleta y d¨¦le la pen¨²ltima oportunidad al nacionalismo de izquierda, la ¨²ltima a Izquierda Unida o la primera a Lista Verde.