Julio Anguita, el andaluz impasible
El tono sosegado ha presidido los m¨ªtines de Izquierda Unida
Lo primero de todo es la bronca. Del tir¨®n de orejas no se libra nadie. Ni en La Coru?a, ni en Alicante, ni en Barcelona, ni en Alcal¨¢ de Henares, ni mucho menos en su califato de C¨®rdoba. El rej¨®n de castigo es implacable: "?Ay, infelices, ese s¨ª a la OTAN; c¨®mo os vendieron la moto!", exclama el primer candidato de IU, Julio Anguita, en sus discursos electorales, bajo un estruendo cat¨¢rtico de aplausos casi masoquistas. Pero no es una bronca epil¨¦ptica, ni siquiera desencajada ni altisonante. El tono es paternal; duro pero comprensivo; sereno pero exento de crueldad.Cesa la reprimenda, una de las pocas vehemencias que este andaluz impasible se permite en sus m¨ªtines, y enseguida llega el cambio de tercio. Tras el cap¨®n, a Anguita le sale el maestro que lleva dentro.
Erguido y grave, despacio y con lenguaje llano, va desgranando la propuesta de IU: "Aqu¨ª s¨®lo hay dos modelos para elegir, el del PSOE, que con algunos matices es el mismo que los del PP y el CDS, puro liberalismo econ¨®mico salvaje, y el de Izquierda Unida, que persigue una sociedad m¨¢s solidaria y un reparto m¨¢s justo de los recursos". A partir de ah¨ª expone que el programa econ¨®mico de IU s¨®lo tiene un secreto, que no es tal: "Ordenar y planificar la econom¨ªa espa?ola; acabar con el caos, la insolidaridad y el culto al dios dinero que ha propiciado la pol¨ªtica econ¨®mica en el PSOE; extirpar ese c¨¢ncer que mina los valores morales de la sociedad".
No entrar al trapo
Gusta de poner como ejemplo de ese c¨¢ncer al "yupi, que con un local de 10 metros cuadrados, una secretaria y un telefax se enriquece f¨¢cilmente especulando con terrenos y viviendas" y tambi¨¦n a los trabajadores sumidos en "la fiebre de la Q1, la Q2, los sorteos de la ONCE, la Loter¨ªa y la Bonoloto".
Pero se guarda de caer en provocaciones. El l¨ªder comunista no entra al trapo. Reh¨²ye la dial¨¦ctica del insulto, tanto de ida como de vuelta. Y cuando recibe cualquier andanada -generalmente procedente del hombre orquesta del PSOE, Alfonso Guerra- hace mayor gala de su impasibilidad: "Soy provocado desde todas partes al insulto, pero yo digo: ?programa, programa!".
Retoma el discurso de los dos modelos y se pregunta en voz alta c¨®mo distinguir a la izquierda de la derecha: "?Por usar un lenguaje feroz? No. ?Por las siglas? Tampoco. ?C¨®mo, pues? Por el trabajo y la pr¨¢ctica pol¨ªtica de cada d¨ªa; por el programa". Y la izquierda, explica Anguita en sus m¨ªtines, ha de ser creaci¨®n ofensiva, no victimismo defensivo. "La izquierda", dijo hace unos d¨ªas en Alicante, "le disputa a Dios el poder de crear". En los m¨ªtines de Anguita no pod¨ªa faltar, es obvio, la huelga general del 14-D. "Tras aquella jornada", explica el l¨ªder de IU, "Gonz¨¢lez movi¨® el alfil y situ¨® la protesta sindical en el terreno pol¨ªtico. Contra el reto del alfil, tenemos que mover la torre y dar una respuesta igualmente pol¨ªtica en las urnas. Una respuesta en la que no hay lugar para la esquizofrenia pol¨ªtica ni para la abstenci¨®n". Entonces llama "descaradamente" a los militantes del PSOE a la sedici¨®n electoral y les pide el voto para IU.
Instantes antes de llegar al final de su pieza oratoria, Anguita recupera el tono m¨¢s sosegado de su intervenci¨®n y, ante la extra?eza de buena parte del alumnado, explica c¨®mo Julio C¨¦sar, desoyendo las advertencias del Senado romano, cruz¨® el Rubic¨®n y march¨® con sus legiones sobre Roma. Entonces hace una pausa, mira fija y solemnemente al auditorio y espeta: "Izquierda Unida ya ha cruzado el Rubic¨®n, ?est¨¢is dispuestos a seguirla?". Y casi furtivamente abandona el atril y regresa a su asiento.
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