"S¨®lo nos quedan 40 a?os para descubrir fuentes alternativas de energ¨ªa", afirma Alexander King
La humanidad se encuentra en una encrucijada decisiva de la que depende su supervivencia en el planeta. Seg¨²n Alexander King -80 a?os, profesor de qu¨ªmica inorg¨¢nica y ex director de la Organizaci¨®n para la Cooperaci¨®n y el Desarrollo Econ¨®mico (OCDE)-, no le queda mucho tiempo. Menos de 40 a?os. "El a?o 1989 pasar¨¢ a la historia por ser cuando los Gobiernos del mundo tomaron conciencia de que la destrucci¨®n del medio ambiente puede acabar con todos nosotros, pero a¨²n no se han dado cuenta de que es decisivo actuar, y no hacen nada, anonadados ante la gravedad del problema", afirma el presidente del Club de Roma, fundado por Aurelio Peccei y el propio King, que agrupa a cient¨ªficos y empresarios de todas las tendencias y que en 1972 convulsion¨® los centros neur¨¢lgicos de poder con el informe Los l¨ªmites del crecimiento.
El actual modelo de sociedad ha llegado a su l¨ªmite. Nos encontramos, seg¨²n Alexander King, en la gran transici¨®n, un cambio social "de la magnitud del que signific¨® el descubrimiento de la agricultura o la industrializaci¨®n. Con la diferencia de que en esta ocasi¨®n nos jugamos la superviviencia del propio planeta". Las perspectivas son muy prometedoras, pero a condici¨®n de que se sepa reaccionar a tiempo.King mantiene que la tensi¨®n entre los bloques y la amenaza nuclear mantuvo en vilo a la humanidad y le impidi¨® percatarse de que una bomba mucho m¨¢s destructiva estaba cercenando el planeta: la degradaci¨®n de los ecosistemas. "Incluso la Uni¨®n Sovi¨¦tica, que hace s¨®lo diez a?os la consideraba un subproducto del capitalismo, se ha dado cuenta de que la destrucci¨®n del medio ambiente es tambi¨¦n hija de la econom¨ªa planificada".
"Ha abusado tanto de ella, que el actual sistema es ya incapaz de salvar la naturaleza manteniendo la calidad de vida y una prosperidad moderada para todos". Vivimos, seg¨²n King, una especie de cuenta atr¨¢s cuyo ritmo viene determinado por cuatro problemas: residuos t¨®xicos, lluvia ¨¢cida, destrucci¨®n de la capa de ozono y efecto invernadero.
De todos, el ¨²ltimo es el m¨¢s grave y el que exige medidas m¨¢s urgentes y m¨¢s dr¨¢sticas. "Se hab¨ªa calculado que, de continuar las actuales emisiones de di¨®xido de carbono y otros gases, el efecto invernadero llegar¨ªa en el a?o 2.1950, pero ahora sabemos que no ser¨¢ entonces, sino en el 2.030. De modo que tenemos muy poco tiempo para actuar", afirma.
El uso masivo del carb¨®n y el petr¨®leo como fuentes energ¨¦ticas es el principal causante de que se forme un caparaz¨®n de gases alrededor del planeta cuyo efecto invernadero puede aumentar la temperatura en varios grados, desertizar amplias extensiones, fundir los casquetes polares, aumentar el nivel de los mares y finalmente desequilibrar los ejes de rotaci¨®n de la Tierra.
Per¨ªodo transitorio
Para evitarlo, Alexander King sostiene que han de adoptarse medidas de emergencia en no m¨¢s de cinco a?os: "En primer lugar, reducir dr¨¢sticamente el consumo de carb¨®n y de petr¨®leo y sustituirlos por gas natural, que es mucho menos contaminante, manteniendo la energ¨ªa nuclear. Pero s¨®lo durante un per¨ªodo transitorio". King no es partidario de las centrales nucleares, pero las considera un mal menor provisional. Cree urgente emprender "una investigaci¨®n desesperada" porque "aun en el caso de que tuvi¨¦ramos ya una energ¨ªa alternativa, tardar¨ªamos 40 a?os en poder aplicarla plenamente".La coyuntura, sin embargo, est¨¢ plagada de contradicciones: "China acaba de emprender una ambiciosa pol¨ªtica de industrializaci¨®n basada en el carb¨®n como fuente de energ¨ªa. De modo que, para cuando Europa y Norteam¨¦rica logren sustituirlo, China puede haberse convertido ya en el principal contaminador".
Lo cual muestra, seg¨²n King, otra evidencia: que para un problema de estas dimensiones, las actuales estructuras pol¨ªticas han quedado totalmente obsoletas, desde los Estados nacionales a los organismos Internacionales, cuya dependencia y pesada burocracia les impide afrontar la situaci¨®n. De momento, sin embargo, estos organismos constituyen el foro donde al menos debe plantearse el poblema. Por eso el Club de Roma ha propuesto que se constituya en las Naciones Unidas un Consejo de Seguridad Ambiental similar al actual Consejo de Seguridad, pero sin vetos.
Alexander King ha clausurado en Barcelona un ciclo de conferencias titulado precisamente Una sola Tierra. Desde el moderno p¨²lpito del Museo de la Ciencia, a sus 80 a?os, este profesor de qu¨ªmica inorg¨¢nica que ha sido director de la OCDE y premio Erasmus 1987 parec¨ªa un predicador. Pero el auditorio -cient¨ªficos, urbanistas, pol¨ªticos...- sab¨ªa que ¨¦sta no es una cuesti¨®n de creencias. Porque "al filo del nuevo milenio hemos de dar el gran salto: del ego¨ªsmo al ecologismo". Con este eslogan, Alexander King resumi¨® el meollo de una nueva ¨¦tica.
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