?Menudo diablo!
Vamos a olvidar su ra¨ªz, ese Raymond Radiguet po¨¦tico y tr¨¢gico de quien bien poca cosa queda. Pero no olvidemos a Marco Bellocchio. Echando una mirada a su filmog¨ªafia, hay que convenir en que nos ha sacudido con saludables escalofr¨ªos, de I pugni in tasca a Marcha triunfal, pasando por En el nombre del padre y Locos de desatar. Nadie le hizo el menor caso a Salto al vac¨ªo, no obstante ser un apreciable cat¨¢logo de todas las patolog¨ªas de nuestro tiempo.Volviendo al principio, a la adaptaci¨®n de El diablo en el cuerpo, de Radiguet, es cierto que es una pel¨ªcula concebida bajo el signo del esc¨¢ndalo, como tantas otras de su autor, s¨®lo que aqu¨ª algo m¨¢s gratuitamente. El diablo en el cuerpo transpira sexualidad de principio a fin, dejando en la cuneta otras consideraciones apuntadas pero no desarrolladas, como la pol¨ªtica o la psicolog¨ªa -todos los personajes est¨¢n tocados de una irrefrenable neurosis- Es, en fin, una opci¨®n, y consider¨¢ndola como tal hay que reconocer que el filme alcanza alta temperatura, b¨¢sicamente por ese nada oscuro y muy caliente objeto del deseo que es Maruschka Detmers, el descubrimiento de Godard para su Pr¨¦nom: Carmen, principal y electrizante foco de atenci¨®n de una obra irregular pero, atendiendo a su foco de atenci¨®n -el erotismo expl¨ªcito: ah¨ª est¨¢ esa monumental felaci¨®n sin trampa ni cart¨®n-, nada desde?able.
El diablo en el cuerpo se emite a la 1
00 por TVE 1.
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