Pol¨¦mica sobre el simbolo er¨®tico de Marilyn
Robert Aldrich es un director crudo, cruel y anti por excelencia. Antiracista en Bronco apache, antibelicista en Ataque, antisistema hollywoodense en El gran cuchillo, ?Qu¨¦ fue de Baby Jane? y en la pel¨ªcula que esta noche servir¨¢ de pol¨¦mica en Butaca de patio, La leyenda de Lylah Clare, una realizaci¨®n cuestionada de este cineasta rebelde contempor¨¢neo de la generaci¨®n perdida.Gui¨®n duro, historia compleja con violencia ps¨ªquica y suplantaci¨®n de personalidad, un a?adido fant¨¢stico de Aldrich para dar m¨¢s emoci¨®n al argumento. Se basa en el telefilme titulado, The Du pont show of the month, que escribieron Robert Thoin y Edward de Blasio para la NBC en 1963. El telefilme era un homenaje al s¨ªmbolo er¨®tico y m¨ªtico de Marilyn Monroe. Aldrich se encarga de transformarlo en una mordaz cr¨ªtica contra la meca del cine y convertirlo en un pol¨¦mico s¨ªmbolo er¨®tico mezclando en la figura de Marilyn aspectos de actrices como Marlene Dietrich, Joan Crawford, Jean Harlow y de cualquier otra de tantas como cayeron en los brazos y lazos del productor de turno.
Aqu¨ª es donde se ensa?a Aldrich, mucho m¨¢s cruel que Minelli o Billy Wilder, especialistas tambi¨¦n en filmes hollywoodenses sobre Hollywood. 13 a?os antes en El gran cuchill, hab¨ªa descendido a los entresijos de esta ciudad infernal pero el Barney Sheen de La leyenda de Lylah Clare no es menos monstruoso que el Stanley Holf de aqu¨¦lla.
El parecido de Elsa (Kim Novak) con la asesinada actriz Lylali Clare la convierten en objeto de atenci¨®n para ser la protagonista en el cine de una pel¨ªcula sobre la vida de esta actriz. Pero Aldrich saca a relucir con sorna entresijos que la convierten en un objeto de controvertido deseo. La escena en la que Elsa pasea por la Avenida de los Nombres es un homenaje a Hollywood, pero tambi¨¦n evoca el abismo que lamentablemente la separa de Lylah Clare. A pesar del parecido entre la actriz y el papel que encarna Kim Novak, Aldrich s¨®lo permitan que tengan en com¨²n el tr¨¢gico final. Se trata de una excelente pel¨ªcula sobre la que el propio director, tras el fracaso comercial en Estados Unidos, no tuvo inconveniente en confesar su fracaso. Hab¨ªa creado su propia productora para realizarla y no tuvo limitaciones econ¨®micas.
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