El 'desahucio' de Felipe

"?D¨®nde est¨¢ tu casa?". Felipe, el miendigo m¨¢s popular de la calle de P¨ªo XII, est¨¢ recibiendo estos d¨ªas las muestras de solidaridad de los vecinos que lamentan la p¨¦rdida de la caravana que le serv¨ªa de casa desde hace un a?o, raptada por la gr¨²a municipal. El lunes, Felipe fue a comprar pan para sus gorriones y se qued¨® sin nido.

El abuelo de Felipe fue alcalde de Alcobendas. Su padre, alba?il en Madrid, y ¨¦l, Felipe Aguado G¨®mez, el segundo de 13 hermanos, el que se ha convertido en un mendigo querido en una de las calles bien de Madrid. Afable y apacible, Felipe conserva a sus 68 a?os una gran memoria: "Me acuerdo hasta de don Jaime, el cura. que me bautiz¨®".Hace 14 a?os que lleg¨® al barrio de Charnart¨ªn. Mucho tiempo para un hombre acostumbrado a la "vida bohemia". "Nunca he querido atarme", cuenta. "Me march¨¦ de Versalles, donde estaba de cocinero en casa de monsieur Pierre, en cuanto me ofrcieron un contrato". Y dej¨® plantada en la puerta de la iglesia de San Pedro, de ?vila, a una de las novias que tuvo. "No me pod¨ªa casar, no va conmigo".

Desde que el pasado lunes la gr¨²a municipal se llev¨® su caravana -regalode un vecino- Felipe no se mueve de parquecito colindante al hipermercado Jumbo. All¨ª se pasa el d¨ªa cortando pan para sus gorriones.

"?D¨®nde duermes ahora?". En apenas una hora, una docena de vecinos le han preguntado lo mismo. Felipe, que fue extra de cine en sus tiempos mozos, se?ala el suelo con eI dedo.

Felipe, es un vecino m¨¢s del barrio. Dice que ¨¦l no pide. La gente le ayuda sin necesidad de extender la mano. Dinero o lo que haga falta, porque los vecinos han ido reponiendo las cosas que perdi¨® con la caravana: ropa, mantas y hasta los cacharros que usa, para que beban los p¨¢jaros.

Ha sado una venganza de las asistentas sociales por no querer quedarme en el convento de las Misioneras de Calcuta, donde me llevaron hace un mes. All¨ª me obligaban a rezar el padrenuestro, el avenmar¨ªa, el ¨¢ngelus, el santo rosario. Yo tengo mis propias reglas" y se saca del pecho dos crucifijios para demostrar que es cat¨®lico sin horarios.

Miguel Cantos, concejal de Chamart¨ªn, justifica el retiro de la caravana: "Hab¨ªa un olor incre¨ªble. El Ayuntamiento est¨¢ dispuesto a pagarle una residencia". Felipe est¨¢ dispuesto a ir a una residencia donde no le den ¨®rdenes y le dejen ir al jard¨ªn con sus p¨¢jaros y sus abetos.