La revoluci¨®n cubana, en estado de emergencia
"?D¨®nde vamos a parar por estas v¨ªas?", se pregunta Castro ante las reformas del Este
El impetuoso proceso de reformas emprendido por el mundo socialista y los cambios registrados en el Este europeo baten con fuerza la defensa de la revoluci¨®n cubana, empe?ada contra corriente en la salvaguarda de unos valores que la mayor¨ªa de los pa¨ªses hermanos sustituyen con celeridad. Volc¨¢nico inquisidor de las inmoralidades capitalistas y apasionado valedor del marxismo-leninismo m¨¢s estricto, Fidel Castro avizora desde su atalaya insular situaciones de emergencia en el pa¨ªs y un incierto devenir para el sistema pol¨ªtico que dise?¨® personalmente."Qui¨¦n sabe en qu¨¦ momento las dificultades objetivas del mundo de hoy nos obliguen a un m¨¢ximo de hero¨ªsmo (...), a lo mejor un d¨ªa tenemos que aplicar la guerra a todo el pueblo para la supervivencia de la revoluci¨®n del pa¨ªs". Las advertencias del jefe de Estado, subrayadas poco antes de los ¨²ltimos cambios en la RDA y Bulgaria, documentan sobre la alarma que la delicada coyuntura socialista suscita en Castro, decidido a.arrostrar el aislamiento y las penalidades del corredor de fondo en la b¨²squeda de la anhelada sociedad igualitaria y feliz. "Nosotros vamos a seguir adelante, pase lo que pase. Esta idea es muy clara: pase lo que pase".
Descartada la pol¨ªtica informativa que ocult¨® o disimul¨® en Cuba los albores de la perestroika y su profundo significado, la Prensa publica ahora, sin comentarios y con desigual relieve, el acelerado curso del nuevo ordenamiento pol¨ªtico y econ¨®mico impulsado por Mosc¨², las tensiones que lo acompa?an y la delegaci¨®n de funciones de varios partidos comunistas.
Quien s¨ª comenta la transici¨®n socialista es el propio Castro, al declararse aturdido por lo que est¨¢ ocurriendo a 10.000 kil¨®metros de distancia. "Asombrados estamos de algunos fen¨®menos que estamos viendo, no creo que sea ¨¦ste el momento de hablar, pero asombrados estamos. ?D¨®nde vamos a parar por estas v¨ªas?".
El pueblo cubano, mientras tanto, refrenda las ¨¦picas convocatorias del l¨ªder a la resistencia, maldice interiormente su cerraz¨®n e inalterable rechazo de cualquier veleidad liberal, o bien asiste, confundido, a la edici¨®n y debate en la familia socialista de doctrinas aperturistas in¨¦ditas en la isla.
Nadie dedica, sin embargo, tanto tiempo a la reflexi¨®n ideol¨®gica como a la soluci¨®n del rompecabezas diario, al avituallamiento dom¨¦stico de art¨ªculos agroalimenticios y al hallazgo de una respuesta a las carest¨ªas derivadas del fuerte d¨¦ficit estatal en divisas, la denegaci¨®n de nuevos cr¨¦ditos y el retraso de los suministros de las factor¨ªas en huelga de la URSS. Entran en liza tambi¨¦n los nuevos comerciantes del Este, que buscan para sus mercanc¨ªas m¨¢s d¨®lares que gratitud pol¨ªtica.
Castro controla el pa¨ªs con una vanguardia dispuesta a todo, fatigada, pero leal, y una parte de la poblaci¨®n que despu¨¦s de 30 a?os de austeridad y estrecheces a¨²n disculpa sus errores, aplaude sus ¨¦xitos y comulga con sus fobias. El gobernante necesita un mayor bienestar econ¨®mico para calmar el descontento de una sociedad desvelada por el racionamiento y el anuncio de mayores calamidades. La oposici¨®n, fragmentada por los personalismos y la labor de zapa policial, apenas si estorba los proyectos del Gobierno.
El adelantado de Marx y Lenin en Am¨¦rica ha enviado al jefe de su diplomacia a Corea del Norte, Albania y Ruman¨ªa para promocionar la alianza pol¨ªtica existente y explorar nuevos campos de comerciales, mientras aumentan los intercambios con China.
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