Jap¨®n, desbordado por los cambios que vive Europa del Este
Jap¨®n se ha visto completamente desbordado por los cambios vertiginosos que se est¨¢n produciendo en los pa¨ªses del Este de Europa y en la Uni¨®n Sovi¨¦tica. El Gobierno japon¨¦s estudia sobre la marcha c¨®mo ayudar a Polonia y Hungr¨ªa en sus respectivos procesos de democratizaci¨®n y se replantea la necesidad de ser m¨¢s flexible en las relaciones con Mosc¨², cuyo desarrollo se ve entorpecido por el contencioso territorial de las cuatro islas que se encuentran al sur del archipi¨¦lago de las Kuriles. El presidente sovi¨¦tico, Mijail Gorbachov, viajar¨¢ a Jap¨®n en 1991, y se conf¨ªa en que para entonces el litigio est¨¦ resuelto, o al menos en v¨ªas de resoluci¨®n.Los medios pol¨ªticos y period¨ªsticos locales dan gran importancia a la visita que el domingo inici¨® a Tokio una delegaci¨®n parlamentaria sovi¨¦tica presidida por el miembro del Politbur¨® y secretario del Comit¨¦ Central del PCUS, Aleksandr YakovIev, considerado como el brazo derecho de Gorbachov. YakovIev se entrevist¨® el lunes con el primer ministro japon¨¦s, Toshiki Kaifu, y ayer fue recibido por el emperador Akihito. La audiencia, solicitada por los sovi¨¦ticos, convirti¨® a YakovIev en la cuarta autoridad moscovita que recibe un emperador japon¨¦s en medio siglo. El enviado. de Gorbachov entreg¨® un mensaje de ¨¦ste a Akihito en el que se le invita a visitar Mosc¨² y a "unir fuerzas" para mejorar las relaciones entre los dos pa¨ªses.
Aunque no es previsible que en este viaje se desbloquee la par¨¢lisis que en estos momentos existe en las negociaciones para la firma de un tratado de paz en tre los dos pa¨ªses, la presencia de un enviado especial de Gorbachov como es Yakoviev da un significado especial a la visita, y m¨¢s a¨²n en estos momentos de plena efervescencia pol¨ªtica que se vive en el bloque del Este.
Las negociaciones comenzaron hace casi un a?o, como consecuencia del viaje que realiz¨® a Tokio el ministro de Exteriores sovi¨¦tico, Edvard Shevardnadze, pero no han registrado avances en el tema de la soberan¨ªa de las islas Habomai, Shikotan, Etorofu y Kunashiri, ocupadas por la URSS durante la II Guerra Mundial y cuya devoluci¨®n es exigida por Jap¨®n.
Frialdad japonesa
La frialdad mostrada hasta laf¨¦cha por parte japonesa a la perestroika es debida al contencioso de los llamados territorios del Norte. Mosc¨² acept¨® el a?o pasado discutir sobre la soberan¨ªa de las islas, un gesto que la diplomacia sovi¨¦tica afirma no ha tenido todav¨ªa una respuesta japonesa para abordar la cuesti¨®n con mayor flexibilidad. Para Tokio, los asuntos pol¨ªticos y econ¨®micos est¨¢n indisolublemente unidos, y mientras Mosc¨² no devuelva las islas ser¨¢ imposible firmar un tratado de paz y lograr acuerdos bilaterales de comercio, como desean los sovi¨¦ticos. La importancia estrat¨¦gica de las cuatro islas ha disminuido bastante, y lo har¨¢ a¨²n m¨¢s en el futuro si se consolida el deshielo en las relaciones entre Estados Unidos y la URSS y ¨¦sta lleva adelante, como ha prometido, una fuerte reducci¨®n de su presencia militar en Asia.
El Ministerio de Defensa japon¨¦s, sin embargo, estima en un reciente Libro Blanco que la seguridad del pa¨ªs sigue estando amenazada por la URSS, y ha denunciado el refuerzo de efectivos sovi¨¦ticos en zonas pr¨®ximas. Las autoridades niponas son tambi¨¦n conscientes de que el ¨¦xito de la dif¨ªcil tarea que tiene entre manos Gorbachov contribuir¨ªa a la seguridad pol¨ªtica y econ¨®mica del propio Jap¨®n. Medios no gubernamentales estiman que Tokio deber¨ªa apostar fuerte por la perestroika concediendo pr¨¦stamos, promocionando la creaci¨®n de empresas mixtas y ayudando al desarrollo de Siberia.
La inmediata devoluci¨®n de las islas puede tener una grave repercusi¨®n interna en la URSS y aumentar las presiones independentistas de algunas de sus rep¨²blicas. De ah¨ª que Mosc¨² sostenga que es necesario llegar a una soluci¨®n de compromiso.
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