Elecciones en Namibia
EN 1976, la Asamblea General de la ONU decret¨® que la Organizaci¨®n Popular del ?frica del Suroeste (SWAPO) era "el ¨²nico y aut¨¦ntico representante del pueblo namibio". Tras el proceso electoral celebrado a lo largo de la semana pasada como paso previo a la independencia de Namibia, adem¨¢s del movimiento guerrillero marxista al menos otras tres formaciones pol¨ªticas han emergido como representantes igualmente leg¨ªtimos de la ¨²ltima de las colonias de ?ffica: Alianza Democr¨¢tica de la Turnhalle (DTA), Frente Democr¨¢tico Unido (FDU) y Acci¨®n Cristiana Nacional (ACN).El primer sorprendido ha sido Sam Nujoma, veterano l¨ªder de la SWAPO, que se hab¨ªa prometido una aplastante victoria en las urnas, "del 85% o el 90%". De hecho, lo aplastante y admirable ha sido el ¨ªndice de participaci¨®n popular, que, pese a las dificultades y primitivas condiciones de voto, ha alcanzado el 97% del censo.
Lejos de alcanzar la mayor¨ªa de dos tercios que necesitar¨ªa para elaborar, sin necesidad de pactos, la nueva Constituci¨®n, Nujoma ha conseguido algo menos del 60%, lo que se traduce en 41 de los 72 diputados de la Asamblea Constituyente. Los otros tres partidos disponen de una minor¨ªa suficiente para bloquear cualquier tentaci¨®n totalitaria de la SWAPO. Nujoma, aun reconociendo el car¨¢cter multipartidario de las elecciones, hab¨ªa asegurado el martes pasado que instaurar¨ªa un r¨¦gimen de partido ¨²nico si comprobaba que ¨¦se era el deseo del pueblo. No parece que la voluntad de los namibios vaya en tal direcci¨®n.
Durante 23 a?os, la SWAPO ha librado, por la independencia de Namibia, una feroz batalla contra Sur¨¢frica, la potencia colonial que manten¨ªa ilegalmente el control sobre el territorio. Con la ayuda del r¨¦gimen marxista de Angola, Nujoma pele¨® sin cuartel y, frecuentemente, con fr¨ªa crueldad, dirigida incluso contra sus connacionales. El r¨¦gimen de Pretoria no se anduvo con mayores contemplaciones. S¨®lo la relajaci¨®n de las tensiones internacionales propiciada por el l¨ªder sovi¨¦tico, Mijail Gorbachov, y la buena voluntad de Washington hicieron posible un lento proceso de pacificaci¨®n que ha culminado ahora con las elecciones a la Asamblea Constituyente.
La distribuci¨®n del voto se ha correspondido bastante fielmente con la tribal, de tal modo que el mayor porcentaje de sufragios a favor de la SWAPO proviene de la zona norte lim¨ªtrofe con Angola, en la que vive la tribu ovambo. Pero, en este caso, el patr¨®n tribal ha resultado beneficioso para el futuro pol¨ªtico de Namibia, en el sentido de que, fuera de la zona de ovambo, los dem¨¢s partidos -incluso aquellos que, como la ideol¨®gicamente multirracial y aparentemente moderada DTA, han sido acusados de colaboracionismo con Sur¨¢frica- han podido ganar c¨®modamente, limitando as¨ª un triunfo aplastante de Nujoma y, en consecuencia, una eventual tentaci¨®n totalitaria por parte de la organizaci¨®n que ha llevado durante todos estos a?os el peso de la lucha contra la potencia colonial surafricana.
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