Javier S¨¢enz de Oiza
Utilizar la historia para transformar la ciudad
Dice que la gente no se sienta a su lado en el autob¨²s. S¨®lo se acercan cuando ya no encuentran otros asientos libres. "Me han dicho que tambi¨¦n le pasa mucho a los curas. Yo no s¨¦, debo tener en la cara algo de aversi¨®n. Yo reconozco que tengo mal genio, pero soy bueno; es algo que no es incompatible". "Lo importante no es llegar a la meta; el llegar supone la muerte, el fin. Lo realmente importante es buscar un lugar en la Tierra, y para ello se tiene que ser muy exigente, perfeccionarse d¨ªa a d¨ªa". Francisco Javier S¨¢enz de Oiza, a sus 71 a?os verdaderamente apabullantes, recibe hoy la Medalla de Oro de la Arquitectura 1989 que concede el Consejo Superior de Colegios de Arquitectos. ?La medalla? Pero ?si las medallas de oro no son ni de oro! Todo esto de las medallas lo soporto con estoicismo".A Francisco Javier S¨¢enz de Oiza le gusta provocar, monologa a una velocidad supers¨®nica y deja casi sin aliento a su interlocutor. Es un hombre revolucionario, que se define como contradictorio, complejo y ambiguo. "Yo no veo la sencillez. Los problemas sencillos me superan; en cambio, en los complejos me luzco". Le da la vuelta a todo, le apasiona el movimiento circular de la existencia, la historia del guerrero y la cautiva, lleva un reloj cuyas manecizas giran de derecha a izquierda y se imagina que la dama del ramillete, "un trozo de escayola" que tiene en su casa, le quiere. "Eso es hermoso".
Autor de Torres Blancas, la sede del Banco de Bilbao, S¨¢enz de Oiza est¨¢ dispuesto siempre a luchar por la novedad. Su edificio circular de la M-30 de Madrid ha levantado una viva pol¨¦mica. "Yo le veo una pega a ese edificio", acepta; . es demasiado mon¨®tono y aparentemente aburrido, pero la vida va por dentro".
Dos veces Premio Nacional de Arquitectura, S¨¢enz de Oiza reconoce que en nuestro pa¨ªs hay demasiado conservadurismo para aceptar las innovaciones arquitect¨®nicas. "La ciudad tiene que estar en constante transformaci¨®n. Hay que transformar todo: el Madrid de los Austrias, la plaza Mayor, todo. Se debe conservar lo que se debe y transformar lo que se debe. Pero esto no se puede dejar en manos de los arque¨®logos y restauradores, sino en las manos de los artistas. Hay que utilizar la historia para transformar las ciudades. La arquitectura hist¨®rica sirve para crear la arquitectura moderna. ?Cu¨¢ndo se termina de construir un monumento? Nunca. Por ejemplo, el Louvre; la ¨²ltima pieza que se ha a?adido al Louvre, esa pir¨¢mide maravillosa..., pero ?si parece que ha estado all¨ª toda la vida.!".
Su lugar de trabajo es todo un desorden perfectamente ordenado. Es su lugar privado. "Lo p¨²blico es aquello que se reconoce como usable antes de ser usado, y lo privado s¨®lo lo puede usar uno mismo. Hacer que el campo privado sea privado y que lo p¨²blico sea p¨²blico, eso es arquitectura".
S¨®lo hace una semana que subi¨® por primera vez a la torre Eiffel, de Par¨ªs. "?Qu¨¦ momento! Si la torre Eiffel sirve para so?ar. ?Y el pobre Eiffel buscando un fin funcional!".
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