La pasi¨®n por el cine
Tres mujeres, premiadas en el Festival de Cortometrajes de Alcal¨¢ de Henares
Una entrevista con Azucena Rodr¨ªguez (La Rubia), Bego?a Baena y M¨®nica Agull¨® -premio nacional, premio al mejor gui¨®n y premio Comunidad, respectivamente, de la l9' edici¨®n de la Muestra Internacional de Cortometrajes de Alcal¨¢ de Henares, clausurada anoche con la entrega de galardones- es un dejarse llevar por una conversaci¨®n en torno a algo que apasiona a Ias tres. Una charla ininterrumpida sobre aprendizajes, relevos, inseguridades, deudas, subvenciones, sue?os colectivos y premios. En definitiva, sobre el cine.
El primer cortometraje de Azucena Rodr¨ªguez, La Rubia -el apodo es su r¨²brica, porque el nombre lo tiene registrado en la Sociedad de Autores una mexicana-, se titula Su primer baile, y est¨¢ basado en un relato de Katherine Mansfield. En La partida, Bego?a Baena es guionista y actriz. Adem¨¢s de su premio en Alcal¨¢ de Henares, M¨®nica Agull¨® tambi¨¦n fue galardonada recientemente en el Festival de Huesca por su cortometraje Sabor a rosas. Las tres reconocen que los premios concedidos anoche por la Muestra Internacional de Cortometrajes de Alcal¨¢ de Henares significan un impulso para continuar, un est¨ªmulo para intentar superar las dificultades.
Favores prestados
"Hay que coger el toro por los cuernos, sin miedo, con atrevimiento y un poquito de locura. Y si puedes formar un equipo, mucho mejor", dice Bego?a Baeria. Las tres directoras coinciden en comenzar agradeciendo los favores prestados, porque "hablar de cine es hablar de econom¨ªa". "Llevo siete a?os en esto", contin¨²a Azucena, La Rubia, "y he hecho de todo. Desde llevar caf¨¦s y latas a revelar y dirigir mi primer corto. En el camino haces amigos que trabajan gratis si se lo pides. He podido hacer el corto porque no he pagado a nadie, pero no puede ser siempre as¨ª".El medio mill¨®n de pesetas con que est¨¢n dotados los premios de Azucena y M¨®nica los emplear¨¢n para pagar deudas. Bego?a est¨¢ molesta porque su premio al mejor gui¨®n no es en met¨¢lico y debe cinco millones de pesetas. "Parece que todo est¨¢ mal", afirma Bego?a, "pero tengo esperanza y cabezoner¨ªa". "Es que hace falta un relevo en el cine espa?ol", puntualiza Azucena. "Los j¨®venes directores de hace. seis a?os ya no lo son tanto". Acuerdo un¨¢nime, y Bego?a contin¨²a: "Que nos dejen respirar, que nos den ox¨ªgeno. El cine espa?ol est¨¢ anquilosado". "Los directores espa?oles tienen miedo al fracaso", dice M¨®nica, "y buscan lo m¨¢s comercial. Hay que arriesgarse".
Se entabla la primera discusi¨®n sobre el riesgo, las necesidades del espectador y el cine de autor. "Hay temor porque no te permiten un flallo", dice Bego?a. "Lo ideal ser¨ªa que hubiese sitio para todos, en vez del plan del ministerio de cuatro pel¨ªculas al a?o. El cine es la embajada m¨¢s barata para un pa¨ªs, porque trata de sue?os colectivos. Y es horrible rodar s¨®lo un corto al a?o. Yo no parar¨ªa, pero no me dejan porque el cine es un oficio gremial y familiar. Me lo he tenido que hacer todo yo solita. Se aprende mogoll¨®n".
"Lo que queremos es rodar, porque el ¨²nico sistema de aprender es la pr¨¢ctica", afirma Azucena, con m¨¢s experiencia en el mundo cinematogr¨¢fico que M¨®nica, que comenz¨® como ayudante de c¨¢mara, y Bego?a, que empez¨® estudiando interpretaci¨®n: "Empec¨¦ a escribir los papeles para m¨ª, y descubr¨ª que el cine era mi pasi¨®n". Pasi¨®n es una palabra que comparten las tres, aunque no coinciden en la posible soledad que conlleva.
M¨®nica, que tambi¨¦n canta en el grupo de rock La Santa Sede, apunta: "Cada uno tiene que hacer lo que quiera. Yo no me planteo nada. Ruedo de la ¨²nica manera que me sale". Y la conversaci¨®n se dirige, sin motivo aparente, hacia los cines de la Gran V¨ªa madrile?a. "Es un cine impuesto por Los ?ngeles", dice Bego?a. "Tenernos al cine americano como padre de todo", contin¨²a Azucena, "y ah¨ª est¨¢ lo que nos ofrece". "?Ad¨®nde vas?", dice en broma Bego?a. Y r¨ªen las tres.
"Dentro del cine americano", insiste M¨®nica, "hay cosas independientes que est¨¢n bien. Sobre todo si las comparamos con las comedias espa?olas. Estoy hasta el culo de que sean todas iguales". "?Pero t¨² quieres trabajar en este pa¨ªs?", vuelve a bromear Bego?a: "?Son estupendas!". Y de nuevo aparecen las risas.
Las tres est¨¢n decididas a emprender la aventura del largometraje. "Es el mismo esfuerzo que un corto, pero a?adi¨¦ndole ceros", dice Bego?a. "Cuando tienes una idea en la que crees, ella te enipuja". Se muestran satisfechas de sus premios y especialmente orgullosas por la composici¨®n del jurado de la Muestra de Alcal¨¢ de Henares. El hecho de que tres primeros premios hayan reca¨ªdo en mujeres lo toman como azar, como coincidencia.
Fascinar
"Me da un poco de miedo", dice Bego?a, "convertirnos en las nuevas chicas". Se entabla una nueva discusi¨®n sobre las dificultades de la mujer en el cine y el machismo. "El director, sea hombre o mujer", contin¨²a Bego?a, "tiene que fascinar. En mi caso, lo he sacrificado todo por esta historia. He tenido que elegir, y mi pr¨®ximo corto trata la historia de un desagravio". "Yo tengo canas con fecha concreta", afirma Azucena, "pero me gustar¨ªa poder mantener el mismo esp¨ªritu en ¨¦stos tiempos en los que s¨®lo importa el ¨¦xito y el dinero. S¨®lo quiero rodar y hacer pel¨ªculas".Nuevo intercambio de opiniones sobre cine y negocio, con divergencias acerca del cine americano y coincidencias sobre la b¨²squeda de la emoci¨®n. "Lo m¨¢s importante", puntualiza Bego?a, "es ver c¨®mo responde el espectador. Cuando oyes una risajusto donde t¨² piensas, te olvidas de todos los problemas y vas a por el siguiente".
La conversaci¨®n termina con el reconocimiento a la labor del cine Alphaville -"el ¨²nico que da cancha a los cortometrajes"-, comentarios sobre sus pel¨ªculas favoritas en el festival clausurado anoche, sobre la falta de guiones, la necesidad de descubrir nuevos actores, el misterio, el deseo de no caer en la pretenciosidad, la insatisfacci¨®n de la obra terminada y un sinn¨²mero de cuestiones t¨¦cnicas, rematadas con el cl¨¢sico cap¨ªtulo de an¨¦cdotas. Como despedida, Azucena recalca: "Queremos aprender y que nos ense?en".
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