Un gran hombre para una gran tarea
Quer¨ªa haber sido maestro, no banquero. No le hubiera faltado elocuencia y capacidades anal¨ªticas y pedag¨®gicas. La falta de plazas le llev¨® a la econom¨ªa, que se convirti¨® en plataforma para una brillante carrera. Con 22 a?os era diplomado en econom¨ªa, se doctor¨® con 25, con 30 era director de la compa?¨ªa el¨¦ctrica VEB en Dortmund, y con 37, miembro del consejo de administraci¨®n. No es posible una senda m¨¢s recta. Fue entonces cuando lo descubri¨® el Deutsche Bank. Cuatro d¨ªas antes de cumplir los 40 entraba en la direcci¨®n. Desde muy pronto qued¨® claro que alg¨²n d¨ªa Herrhausen llegar¨ªa a la c¨²spide del mayor banco privado de Alemania.
Era una delicia participar en discusiones con Herrhausen. Desarmaba literalmente las cuestiones que le eran planteadas, miraba a su interlocutor con su caracter¨ªstica mirada seria y esc¨¦ptica y formulaba respuestas perfectas para la impresi¨®n. Hac¨ªa falta toda la fuerza para asumir los dos grandes retos a los que se enfrentaba el Deutsche Bank: por un lado, la competencia interior, y por otro, la dura lucha con vistas a una Europa financiera unida.
Las respuestas de Herrhausen a estos retos fueron el consorcio financiero global y la participaci¨®n bancaria en el exterior. Estableci¨® nuevas bases con la entrada en Italia, en Espa?a y -con gran espectacularidad - en Inglaterra. Nlorgan Grenfell ha sido la mayor inversi¨®n del Deutsche Bank. Hace cuatro d¨ªas que Herrhausen daba a¨²n una conferencia de prensa en Londres anunciando esta operaci¨®n.
Cuando le pareci¨® que la direcci¨®n de Daimler Benz no era la adecuada, se fue a Stuttgart y puso a Edzard Reuter en el cargo. Se llev¨® a un profesor de literatura como asesor y a un director de televisi¨®n como coordinador de comunicaci¨®n y publicidad.
En el terreno internacional tambi¨¦n intent¨® poner su sello personal para quitarles a los bancos su imagen de despiadados explotadores de los pa¨ªses deudores. Para gran indignaci¨®n de toda la comunidad bancaria, fue el primero en solicitar que les fuera condonada a estos pa¨ªses, al me nos, una parte de los compromisos, que en su volumen actual son absolutamente impagables. Hoy sus propuestas son parte integrante de todos los acuerdos de reciclaje de deudas.
Herrhausen era el aran hombre para la gran tarea, un caso de suerte para una empresa como se dan muy pocos, porque ¨¦l y su labor eran uno.
C: S¨¹ddeutsche Zeitung / EL PA?S
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