'Cumbre' hist¨®rica sobre el futuro del mundo
ENVIADO ESPECIALEl viejo Mare Nostrum se convierte hoy en el mar de ellos. Ellos son los l¨ªderes de las dos superpotencias, George Bush, de EE UU, y Mija¨ªl Sergeivich Gorbachov, de la URSS, dos pa¨ªses extramed¨ªterr¨¢neos que parlamentar¨¢n en aguas de Malta sobre el futuro del mundo, y principalmente sobre la suerte de Europa, en la cumbre m¨¢s hist¨®rica celebrada desde que Roosevelt, Stalin y Churchill fijaran en Yalta el nuevo orden europeo en 1945.
La cita con la historia comenzar¨¢ a las diez de la ma?ana hora peninsular espa?ola, cuando Bush inicie sus reuniones con Gorbachov a bordo del crucero Slaya (Gloria), el orgullo de la Marina sovi¨¦tica, fondeado en la bah¨ªa de Marsaxlokk junto al USS Belknap, buque insignia de la VI Flota norteamericana en el Mediterr¨¢neo, la primera vez que un presidente de EE UU pone pie en un buque de guerra de la URSS.Bush, un ferviente creyente en la utilidad de los contactos personales para conseguir resultados concretos, en pol¨ªtica exterior, lleva una agenda de cinco puntos b¨¢sicos para discutir con Gorbachov, aunque ambos presidentes consideran que el temario puede ser infinito. Los cinco puntos del orden del d¨ªa norteamericano fueron enunciados el pasado mi¨¦rcoles en la Casa Blanca por el secretario, de Estado, James Baker. Estos son.
1. "Los cambios notables" que se est¨¢n produciendo en Europa oriental. Aunque la posici¨®n norteamericana es que corresponde a los europeos decidir el ritmo de su propio cambio, Bush tiene intenci¨®n de dejar dos aspectos muy claros a Gorbachov. En primer lugar, Estados Unidos cree que "el cambio y la reforma constituyen el ¨²nico camino que conducir¨¢ a una legitimidad y estabilidad a largo plazo en la regi¨®n". "El cambio", dijo Baker, "no es necesariamente desestabilizador. Por el contrario, constituye la ¨²nica forma de restaurar la legitimidad y asegurar la estabilidad en la regi¨®n y en las relaciones Este-Oeste".
Conflictos regionales
2. Una advertencia a la jerarqu¨ªa del Kremlin para no intentar una soluci¨®n a la china o intervenir por la fuerza. Los conflictos regionales, y especialmente la situaci¨®n en Centroam¨¦rica, preocupan principalmente a Washington. "El comportamiento sovi¨¦tico en los conflictos regionales contrasta desgraciadamente con el comportamiento de la URSS en Europa oriental".
El secretario de Estado fue particularmente duro en su apreciaci¨®n del comportamiento sovi¨¦tico con relaci¨®n a Centroam¨¦rica, "donde parece que el viejo comportamiento, m¨¢s propio de Breznev que de Gorbachov, es la norma". Para Baker, el continuo env¨ªo de armamento sovi¨¦tico a pa¨ªses del Tercer Mundo constituye "una reliquia de la guerra fr¨ªa". "En Am¨¦rica Central encontramos altamente inquietante que se est¨¦ a?adiendo le?a al fuego. La sangrienta ofensiva del Frente Farabundo Mart¨ª para la Liberaci¨®n Nacional (FMLN) ha sido posible gracias a que de alguna forma las armas sovi¨¦ticas han llegado a El Salvador. Si Gorbachov puede ayudar a imponer la perestroika en Alemania Oriental, Bulgaria y Checoslovaquia, ciertamente puede tambi¨¦n fomentar una nueva forma de pensar en Cuba y Am¨¦rica Central".
3. El control de armamentos, donde Bush est¨¢ dispuesto a discutir sin llegar a acuerdos concretos, se deja para la cumbre monogr¨¢fica del pr¨®ximo a?o, con toda la amplia panoplia de reducci¨®n de fuerzas convencionales y de armas estrat¨¦gicas, dentro del marco de las conversaciones que se llevan a cabo en Viena y Ginebra.
Sin embargo, para no alarmar a los aliados de la OTAN, Bush se ha apresurado a manifestar que no se llegar¨¢ a un acuerdo concreto sobre desarme a espaldas de la Alianza Atl¨¢ntica.
4. La pol¨ªtica de reformas en la Uni¨®n Sovi¨¦tica emprendida por el l¨ªder sovi¨¦tico. Bush, que se declar¨® el pasado 23 de noviembre "el m¨¢s ardiente partidario" de la perestroika, quiere conocer de primera mano ha-.ta d¨®nde est¨¢ Gorbachov dispuesto a llegar y principalmente qu¨¦ piensa sobre los nacionalismos.
5. La situaci¨®n econ¨®mica sovi¨¦tica constituir¨¢ el punto final de la agenda norteamericana. En este sentido, Washington sabe que los sovi¨¦ticos desean, entre otras cosas, que EE UU suprima la disposici¨®n Jackson-Vanit con el fin de que se aplique a la URS S el trato de naci¨®n m¨¢s favorecida en sus relaciones comerciales. "Que remos saber", dijo Baker, "qu¨¦ medidas piensa adoptar Gor bachov con el fin de hacer a la econom¨ªa sovi¨¦tica m¨¢s compatible con la econom¨ªa global".
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