Intensos combates a¨¦reos y terrestres entre las fuerzas golpistas filipinas y las leales a Cory Aquino

Aviones de combate gubernamentales bombardearon durante la madrugada de hoy las posiciones tomadas por los golpistas en los alrededores del cuartel general de las fuerzas armadas filipinas de Campo Aguinaldo, en Manila. A ¨²ltima hora de ayer, los rebeldes abandonaron la base a¨¦rea de Villamor, lo que permiti¨® especular con una pronta soluci¨®n de la crisis. Los amotinados, sin embargo, formaron una columna que se desplaz¨® a Campo Aguinaldo, donde se hicieron fuertes, y se libran enfrentamientos con apoyo de fuego de artiller¨ªa y de carros blindados.

Explosiones y tableteo de ametralladoras atruenan la capital filipina, mientras parecen desvanecerse las esperanzas de un r¨¢pido final de la intentona golpista.Poco antes del ataque a¨¦reo, que seg¨²n la emisora de radio DZRH se realiz¨® con dos aviones Phantom F-4 norteamericanos, hubo un tiroteo en el aire entre tres helic¨®pteros gubernamentales y uno de los militares sublevados. Un portavoz de la base estadounidense de Clark desminti¨® que los F-4 estuvieran bombardeando posiciones rebeldes y asegur¨® que los aviones de EE UU tienen simplemente una misi¨®n de apoyo.

Los informes de los combates son muy confusos a la hora de cerrar esta edici¨®n y no hay acuerdo sobre las fuerzas de uno y otro bando. La confusi¨®n la sufren los propios militares filipinos. Un oficial leal al Gobierno de Cory Aquino se?al¨® que un avi¨®n gubernamental F-5 hizo estallar por error un cami¨®n de municiones.

Los varios centenares de sol dados sublevados en la madruga da del viernes est¨¢n supuesta mente bajo el mando del coronel fugitivo Gregorio Gringo Honasan. ?ste ha sido autor de varias intentonas golpistas, incluida la de agosto de 1987, que cost¨® la vida a m¨¢s de 50 personas. Honasan se fug¨® de la c¨¢rcel el a?o pasado.

El portavoz presidencial, Arturo Tolentino, asegur¨® a ¨²ltima hora de ayer que el golpe no hab¨ªa tenido ¨¦xito, pero la situaci¨®n se agrav¨® horas m¨¢s tarde, a pesar de haber llegado a la capital tropas leales procedentes de las provincias cercanas y dotadas de carros blindados. Un portavoz del Ej¨¦rcito, coronel Roberto Jaymalin, se?al¨® que varios miles de soldados leales al Gobierno, llegados de las provincias de Laguna y Quezon, al sur de Manila, tomaron posiciones en varios puntos para bloquear el avance de los alzados.

24 muertos

El palacio de Malaca?ang contin¨²a fuertemente custodiado por contingentes de la guardia presidencial, pero los vecinos han denunciado la presencia de francotiradores rebeldes en la zona. Al menos 24 personas han resultado muertas en los enfrentamiento s.

El golpe de ayer es el sexto que se registra desde que Aquino asumiera la presidencia del pa¨ªs, tras ser derrocado el fallecido Ferdinand Marcos en febrero de 1986.

El levantamiento tom¨® cuerpo despu¨¦s de que una docena de soldados del cuerpo de elite de los Rangers sabotearan dos instalaciones militares situadas a medio centenar de kil¨®metros al sur de Manila. Posteriormente varias unidades rebeldes del Ej¨¦rcito y del cuerpo de marines ocuparon las bases a¨¦reas de Villamor y Sangley, en las afueras de la capital, as¨ª como las dependencias de dos emisoras de televisi¨®n, una de ellas la estatal.

El portavoz de la presidencia manifest¨® anoche, en unas declaraciones a la emisora de radio brit¨¢nica BBC, que era improbable "no creer que detr¨¢s de todo est¨¦n grupos leales a Ferdinand Marcos". El derrocado jefe de Estado muri¨® en su exilio de Honolul¨² (Hawai) el pasado 17 de septiembre. La firme oposici¨®n de Coraz¨®n Aquino y su Gobierno a que el cad¨¢ver sea repatriado ha levantado una gran protesta entre los seguidores del fallecido dictador.

El golpe llega en uno de los momentos m¨¢s dif¨ªciles de la atribulada presidencia de Aquino. La popularidad de ¨¦sta ha descendido enormemente ante el empeoramiento de la situaci¨®n econ¨®mica, la p¨¦sima calidad de los servicios p¨²blicos y la corrupci¨®n que existe dentro de la Administraci¨®n.

El pasado jueves, el Gobierno anunci¨® una subida en el precio de los combustibles, medida que fue respondida inmediatamente con el anuncio de huelgas por parte de diversos sectores laborales. El golpe llega tambi¨¦n d¨ªas antes de que Filipinas y EE UU inicien las negociaciones sobre las importantes bases militares norteamericanas de Clark y Subic Bay y de otras cuatro instalaciones menores, cuyo contrato expira en 1991. Washington amenaz¨® con suspender toda ayuda a Filipinas si triunfaba el golpe.