La versi¨®n de la otra parte

El objeto de esta carta es, ante todo, felicitarle por la forma tan exhaustiva y detallada con que EL PA?S ha sabido informar sobre el reciente accidente de la central nuclear de Vandell¨®s 1. Efectivamente, no ha habido un solo d¨ªa, desde la fecha del incendio, en que no se nos haya dado alguna informaci¨®n al respecto.Echo de menos, sin embargo, en un peri¨®dico corno el suyo, la imparcialidad que hubiera supuesto el ofrecer tambi¨¦n, junto con la versi¨®n de los cr¨ªticos, la versi¨®n de los propios protagonistas del suceso. Se han dedicado, sin duda alguna con toda justificaci¨®n, columnas y columnas, p¨¢ginas y m¨¢s p¨¢ginas, a poner en la picota a la direcci¨®n y al personal de la central, sin conceder ni una l¨ªnea a la versi¨®n que del asunto tiene quien m¨¢s directamente vivi¨® los sucesos.

Pudiera ser que EL PA?S decide por nosotros, los lectores, que s¨®lo la versi¨®n de una de las partes es la cierta, y, por tanto, no se le concede a la parte contraria ninguna posibilidad de explicaci¨®n. Sin embargo, me cuesta creerlo y prefiero pensar que ha sido un olvido period¨ªstico.

Un olvido lamentable, eso s¨ª, pues, frente a la interpretaci¨®n y al enfoque dados al asunto por su diario, puedo sugerir uno completamente distinto. Se puede jugar a ser sensacionalista sin vituperar y poner en tela de juicio, a la ligera, la profesionalidad del director de la central. Por ejemplo, se hubiera podido poner el titular El personal de la central de Vandell¨°s consigue evitar da?os a la poblaci¨®n civil tras un accidente fortuito que hubiera podido tener gravisimas consecuencias.

?Por qu¨¦ no se hizo as¨ª? ?Acaso EL PA?S criticar¨ªa la labor de un piloto que, a pesar de perder un motor en vuelo, consiguiese aterrizar sin que se produjeran v¨ªctimas?-