Oposiciones en el Este
EL PROCESO casi vertiginoso de desaparici¨®n de los reg¨ªmenes del socialismo real est¨¢ dando lugar a la aparici¨®n de nuevas fuerzas que empiezan a actuar por los resquicios del viejo sistema autoritario, en un fen¨®meno t¨ªpico de toda transici¨®n. Tanto Solidaridad -donde cooperan varias tendencias, principalmente democristianas y socialdem¨®cratas- como el Foro Democr¨¢tico h¨²ngaro, el Nuevo Foro en la RDA y el Foro C¨ªvico en Checoslovaquia, agrupan fuerzas de diversas ideolog¨ªas con el objetivo de luchar por la democratizaci¨®n. Estos movimientos, por la amplitud de su composici¨®n y su flexibilidad, tienen un papel decisivo en la presi¨®n social contra el poder que ha sido determinante en los ¨²ltimos cambios.Hay, sin embargo, diferencias notables. Mientras el Foro Democr¨¢tico h¨²ngaro es un partido de tendencia populista y democristiana, que probablemente seguir¨¢ siendo muy influyente despu¨¦s de las pr¨®ximas elecciones, los foros alem¨¢n oriental y checoslovaco se encuentran con otro panorama. El primero se romper¨¢, sin duda, en diversas tendencias cuando llegue la hora electoral. En Checoslovaquia existe, dentro del Foro C¨ªvico, una fuerza pol¨ªtica muy activa, Obroda (Renacimiento), agrupada en torno a los depurados de 1968. Es un equipo con experiencia de poder cuyo papel es esencial en la transici¨®n.
La otra caracter¨ªstica es la ruptura de los partidos comunistas y la independencia recobrada de otros (socialista, campesino, liberal, dem¨®crata) que han sido sat¨¦lites obedientes durante 40 a?os. En Polonia fueron esos partidos los que obligaron a los comunistas a abandonar la jefatura del Gobierno. En el futuro pueden quiz¨¢ unirse a partidos m¨¢s modernos, pero de ideolog¨ªa semejante, para dise?ar el definitivo cuadro pol¨ªtico de la democracia.
En cuanto a la ruptura comunista, es cosa hecha en Hungr¨ªa, donde la gran mayor¨ªa de los militantes ha decidido cambiar su nombre por el de socialista y solicitar el ingreso en la Internacional correspondiente. Algo semejante apunta en Varsovia, en Berl¨ªn Este, en Sof¨ªa y en Praga. El contenido program¨¢tico de la perestroika empuja hacia un acercamiento a la socialdemocracia, pero adem¨¢s hay otro factor: el imperativo electoral. Una vez que han entrado en el juego democr¨¢tico, los partidos comunistas necesitan cambiar de imagen para ser aceptados por un cuerpo electoral radicalmente opuesto al antiguo sistema. Esa reconversi¨®n no ser¨¢ f¨¢cil: el ejemplo h¨²ngaro muestra la inclinaci¨®n de los electores hacia opciones de ruptura neta con el pasado. En todo caso, se va a formar en el Este una corriente socialista amplia, en la que, al menos en ciertos pa¨ªses, coexistir¨¢n varios partidos: los tradicionales, que ahora salen de las catacumbas, y los que se formen a partir de los antiguos partidos comunistas. Los residuos ortodoxos ser¨¢n poca cosa y ni siquiera tendr¨¢n el apoyo de Mosc¨². Las presiones de la URSS sobre los procesos de transici¨®n en el Este han servido precisamente para impedir que los viejos equipos utilizaran la violencia para imponerse frente a la voluntad popular.
No se puede prever a¨²n el peso que tendr¨¢n las corrientes centristas, la derecha o el nacionalismo. Las elecciones democr¨¢ticas que se han comprometido a realizar los distintos Gobiernos en el plazo de uno o dos a?os esclarecer¨¢n la inc¨®gnita. Pero se perfilan ya dos rasgos esenciales, muy importantes para Europa: la simpat¨ªa hacia lo que pol¨ªticamente representan los sistemas occidentales y un objetivo com¨²n, la recuperaci¨®n plena de la democracia.
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