Fatalismo postal

El d¨ªa 21 de noviembre envi¨¦ un paquete con destino a Palencia por el servicio (?) Paquexpress Puerta a Puerta. El d¨ªa 27 a¨²n no hab¨ªa llegado. Extra?ado, indagu¨¦ por estaciones y oficinas var¨ªas telef¨®nicamente (otro suplicio), hasta terminar en la oficina del inspector de reclamaciones de la estaci¨®n de Chamart¨ªn. Tras descartar otras posibilidades, llegamos a la triste conclusi¨®n de que el paquete seguramente hab¨ªa sido robado. El inspector me explica que ¨¦ste no es, ni mucho menos, un caso excepcional -seg¨²n ¨¦l, los hurtos en el pasado constitu¨ªan algo escandaloso-, y lo que es m¨¢s bonito todav¨ªa, que no tengo pr¨¢cticamente ninguna posibilidad de: 1. Recuperar el paquete. 2. Que el autor del hurto sea castigado. Como tantas veces, la responsabilidad se diluye en el seno de una amplia organizaci¨®n donde nadie sabe nada. Por supuesto, no conf¨ªo en las investigaciones internas y, adem¨¢s, el perjuicio ya no se podr¨¢ reparar, puesto que el destinatario deb¨ªa recibir el paquete esa misma semana. Como, adem¨¢s, no contrat¨¦ un seguro suplementario, recibir¨¦, si reclamo, unas 750 pesetas frente a las 15.000 del valor real. Terminar¨¦ diciendo que en las palabras del inspector not¨¦ un cierto fatalismo con respecto a esta situaci¨®n, lo que me obliga a¨²n m¨¢s a expresar p¨²blicamente mi impresi¨®n de que quien utilice este ser vicio deber¨¢ tener muy en cuenta los riesgos a que se enfrenta.-