La transformaci¨®n de 'don Patricio'
ENVIADO ESPECIALPatricio Aylwin, don Patricio, sufri¨® una trasformaci¨®n pol¨ªtica en los ¨²ltimos 16 a?os de la historia chilena. En 1973, Aylwin apoy¨® y justific¨® el golpe de Estado de los militares contra el presidente constitucional Salvador Allende y el gobierno de la Unidad Popular (UP). A finales de los ochenta, Aylwin pas¨® a encabezar la oposici¨®n a la dictadura del general Augusto Pinochet y la campa?a del no en el plebiscito de 1988. Ahora, est¨¢ llamado a la tarea de conducir la transici¨®n democr¨¢tica y desmantelar el aparato de la dictadura.
En el mitin final de la campa?a electoral de Aylwin, el pasado domingo, en el parque O'Higgins de Santiago, dos jovencitas con poco m¨¢s de 20 a?os gritaban entusiasmadas cuando subi¨® al podio el candidato presidencial. En un momento, una de ellas exclama, con la mirada puesta en Aylwin: "?Mi tatita!", que equivale a llamarle "mi papito". Con sus 71 a?os cumplidos el pasado 26 de noviembre, un d¨ªa despu¨¦s del cumplea?os de Pinochet, Aylwin ha conseguido encarnar la figura presidencial, con cierto toque paternal, que parece destinada a conducir la transici¨®n y resta?ar las heridas del pasado en Chile. No siempre fue as¨ª. Este pol¨ªtico de pura sangre, que ocup¨® en siete ocasiones la presidencia de su partido, la Democracia Cristiana (DC), fue una de las puntas de lanza y factor desestabilizador del Gobierno de Salvador Allende durante el gobierno de la UP, primero desde la presidencia del Senado y despu¨¦s como presidente de su partido, puesto que ocupaba el 11 de septiembre de 1973, en el momento del golpe que instaur¨® el r¨¦gimen que ahora hay que desmantelar.
De uno de los pol¨ªticos m¨¢s odiados por la izquierda chilena, por su actitud ante el golpe militar, Aylwin ha sabido maniobrar hasta convertirse en la figura capaz de integrar a toda la oposici¨®n al r¨¦gimen de Pinochet: desde los democristianos de siempre hasta los ex guerrilleros del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), que han dejado, al menos por ahora, las armas para luchar por un esca?o en la futura C¨¢mara de Diputados.
Este viejo dinosaurio pol¨ªtico, naci¨® en Vi?a del Mar y estudi¨® Derecho en la universidad de Chile, de Santiago. Desde lo tiempos de la facultad, se incor por¨® a la pol¨ªtica y su visi¨®n est¨¢ impregnada por su mentalidad jur¨ªdica.
El padre de Aylwin, tambi¨¦n jurista, lleg¨® a presidente de la Corte Suprema. Quiz¨¢ fue la formaci¨®n jur¨ªdica la que llev¨® a Aylwin a la que ser¨ªa por ahora su mayor haza?a pol¨ªtica: derribar la dictadura pinochetista con los instrumentos de la legalidad impuesta por el r¨¦gimen.
La ruptura
El momento palpable de la ruptura de Aylwin con el pinochetismo se puede situar cuando el r¨¦gimen someti¨® a plebiscito la Constituci¨®n de 1980. Al lado del l¨ªder legendario de la DC, el ex presidente Eduardo Frei, Aylwin se opuso a la nueva Constituci¨®n. Tuvo Aylwin la visi¨®n, a finales ya de los ochenta, de meterse en el juego legal y aprovechar la oportunidad que ofrec¨ªa la Constituci¨®n de 1980 para iniciar el acoso y derribo de la dictadura. Fue un trabajo de H¨¦rcules llevar a la oposici¨®n chilena a aceptar la idea de inscribirse en el censo electoral aceptar el desaf¨ªo del plebiscito y conseguir finalmente derrotar a Pinochet. El 5 de octubre de 1988 fue la hora del triunfo de Aylwin. El 54% de votos contra Pinochet marcaron un hito y desencadenaron el proceso de transici¨®n.
Aylwin se inici¨® en la pol¨ªtica chilena en las filas de la Falange, una escisi¨®n del partido conservador que dar¨ªa origen a la Democracia Cristiana. A pesar de las connotaciones del nombre, los falangistas chilenos no ten¨ªan en com¨²n con sus hom¨®nimos espa?oles m¨¢s que el nombre.
Cuentan las hagiograf¨ªas que se escriben estos d¨ªas que Aylwin conoci¨® a su esposa, Leonor Oyarzun, en los a?os cuarenta, cuando ella ley¨® un art¨ªculo, titulado La verdad sobre el carb¨®n, impregnado de carga social, escrito por el inquieto joven. Se gradu¨® de abogado en 1943, se cas¨® con Leonor en 1948, tienen cinco hijos y 11 nietos, irradian armon¨ªa y parecen arrancados de una imagen para anunciar el rezo del rosario en familia.
No oculta Aylwin sus convicciones religiosas. En la ¨²ltima conferencia de prensa antes de las votaciones de ayer, un periodista le plante¨® una peregrina pregunta sobre qu¨¦ pensar¨ªa Dios de lo que ocurre hoy d¨ªa en Chile. A pesar de que la conferencia duraba ya m¨¢s de una hora, Aylwin se explay¨® en la respuesta y lleg¨® a aludir al alfa y omega de Teilhard de Chardin.
Al referirse a sus influencias literarias e intelectuales, declar¨® d¨ªas atr¨¢s al peri¨®dico Fort¨ªn Mapocho que el libro que m¨¢s le influy¨® es Los miserables, de V¨ªctor Hugo. Y a?ade: "Me le¨ª cuando era universitario todas las obras de Ortega y Gasset, y en cierto modo le debo mucho de mi formaci¨®n intelectual a su pensamiento y su forma de raciocinio. Despu¨¦s empec¨¦ a conocer el pensamiento humanista cristiano, que no hab¨ªa sido preocupaci¨®n m¨ªa, y Maritain, empezando por el Humanismo integral'.
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