Nier: El pueblo de la RDA no quiere la reunificaci¨®n

"La reunificaci¨®n de las dos Alemanias propuesta por el canciller Helmut Kohl es poco realista. La mayor parte de nuestro pueblo no quiere la reunificaci¨®n, aunque hay una minor¨ªa que est¨¢ a favor", declara a EL PA?S Kurt Nier, viceministro de Exteriores de la Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana (RDA), que ayer concluy¨® una visita oficial a Espa?a para tratar asuntos bilaterales e internacionales con altos cargos de Asuntos Exteriores y de la Moncloa.

Nier es uno de los pocos pol¨ªticos que ha sobrevivido a los vertiginosos cambios pol¨ªticos que se est¨¢n produciendo en su pa¨ªs. Ejerce el cargo desde 1973 y no oculta, lo dice de manera rotunda, que es miembro del partido comunista (SED), en fase de liquidaci¨®n. No se considera perteneciente a la vieja guardia, y, al menos aparentemente, ha conectado con el nuevo orden. Para Nier, el plan de 10 puntos propuesto por el canciller de la Rep¨²blica Federal de Alemania (RFA), Helmut Kohl, para la reunificaci¨®n contiene aspectos positivos en el campo de la econom¨ªa, cultura y medio ambiente, pero su Gobierno no est¨¢ dispuesto a ir m¨¢s all¨¢ "porque est¨¢ en contradicci¨®n con el Acta de Helsinki y con los acuerdos b¨¢sicos vigentes entre la RDA y la RFA". La existencia de los dos Estados alemanes, dice, es resultado de la historia de la posguerra y esa existencia "es parte inseparable de la seguridad y estabilidad de Europa". "Nadie deber¨ªa poner la situaci¨®n actual en tela de juicio". Seg¨²n ¨¦l, el pueblo alem¨¢n oriental ya expres¨® hace tiempo su voluntad en favor de una RDA soberana e independiente y a favor tambi¨¦n del proceso de renovaci¨®n.Los recelos despertados en Polonia los considera l¨®gicos, porque en la RFA los discursos que se oyen est¨¢n ligados a la exigencia de restablecer el imperio alem¨¢n en las fronteras de 1937. "Esto es muy peligroso", a?ade. Sobre la posible absorci¨®n econ¨®mica por Bonn, Nier asegura que los planes de Berl¨ªn Este tienen como objetivo una "comunidad contractual", que s¨®lo funcionar¨¢ si se hace en base a dos Estados independientes. Algo que la RDA ha mantenido incluso ante Mosc¨², afirma, como qued¨® patente con la decisi¨®n sobre el muro de Berl¨ªn. "Gorbachov no tuvo que autorizarnos para hacerlo. La decisi¨®n fue tomada s¨®lo en Berl¨ªn Este".

Una vez completado el proceso democr¨¢tico ?la RDA se inclinar¨¢ hacia la neutralidad o hacia Occidente?. Nier no ve factible la separaci¨®n de su pa¨ªs del Pacto de Varsovia ni del CAME, la organizaci¨®n econ¨®mica del bloque socialista. "En la presente fase", dice, Ias dos alianzas deben continuar existiendo, as¨ª como tambi¨¦n las fronteras actuales, pero estamos a favor de desarrollar una Europa basada en el desarme". En ese contexto a?ade que la retirada de tropas sovi¨¦ticas de territorio alem¨¢n oriental est¨¢ supedita a la retirada de las tropas norteamericanas, y la de los dem¨¢s aliados occidentales, de la RFA. "Deber¨ªan salir todas las tropas extranjeras de ambas Alemanias. El proceso de desarme debe ser equilibrado".

Sin resistencia al cambio

El proceso de cambio sigue un ritmo adecuado, seg¨²n Nier. La mesa de negociaci¨®n Gobiernooposici¨®n ya ha determinado que las elecciones generales se celebren el 6 de mayo. Despu¨¦s ser¨¢ elaborada la nueva constituci¨®n al tiempo que se llevan a cabo las reformas econ¨®micas. Nier asegura que dentro del pa¨ªs no hay resistencias al cambio en el Ej¨¦rcito, polic¨ªa ni dem¨¢s instituciones del Estado, aunque pueda haber grupos extremistas minoritarios que no representan nada. "La voluntad de cambio es tal a todos los niveles que el partido comunista cambiar¨¢ de nombre este fin de sernana".

En cuanto a perseguir la corrupci¨®n de los anteriores dirigentes, Nier mantiene que no se trata de una caza de brujas, sino de algo necesario. "Es important¨ªsimo castigar a quienes violaron las leyes del pa¨ªs. El Parlamento y el Gobierno han creado una comisi¨®n de investigaci¨®n para analizar todos los posibles casos de corrupci¨®n y abuso de poder". En esto est¨¢n de acuerdo el Gobierno y la oposici¨®n.