"La opuesta de los pa¨ªses del este europeo es una adivinanza"
Declaraciones de Robert Solow, premio Nobel de Econom¨ªa
"Cuanto m¨¢s se abren los mercados del este de Europa, m¨¢s supone que lo que puede ocurrir es una adivinanza, una suposici¨®n", dice sin perder la calma Robert Solow, premio Nobel de Econom¨ªa en 1987 y asesor de varios presidentes dem¨®cratas de Estados Unidos. Este liberal -en el sentido norteamericano del t¨¦rmino, que nada tiene que ver con la acepci¨®n que se le da en la Europa occidental- ense?a la claridad de la apertura del Este, pero tampoco deja dudas sobre las sombras que un proceso de este tipo le produce.Pregunta. Los cambios que est¨¢n teniendo lugar en los pa¨ªses del este europeo plantean problemas importantes para el futuro econ¨®mico...
Respuesta. Lo que se est¨¢ planteando en la actualidad esuna apertura de los mercados de los pa¨ªses del este europeo. Y cuanto m¨¢s se abren mayor es el nivel de rieso que comportan. Aumentan las incertidumbres, se trata de una adivinanza, una suposici¨®n sobre el final que esta expectativa va a tener.
La alternativa actual es la creaci¨®n de un mercado de consumidores de bienes de tecnolog¨ªa intermedia que ahora no existe.
Pero junto a ello se introducen inc¨®gnitas que por ahora no se pueden despejar. Hay dos incertidumbres que no sabemos c¨®mo se contestar¨¢n en el futuro. En primer lugar, no sabemos qu¨¦ van a ser capaces de exportar los pa¨ªses del Este de forma que se equilibre el intercambio comercial con los pa¨ªses occidentales, que se va a incrementar. Tampoco sabemos el nivel de especializaci¨®n de los pa¨ªses del este europeo, de la mano de obra de estos pa¨ªses y su capacidad para producir art¨ªculos que sean demandados por los consumidores de los pa¨ªses occidentales. Y esto es b¨¢sico para saber hasta d¨®nde va a llegar lo que est¨¢ pasando en el este europeo.
No podemos correr el riesgo de que se trate de repetir la experiencia de Am¨¦rica Latina, en la que el mercado interior para los productos exportados creci¨® mucho durante unos a?os y al final las econom¨ªas de los pa¨ªses occidentales se encontraron con que el nivel de endeudamiento de estas naciones era imposible de ser solucionado.
Es necesario que sepamos hasta d¨®nde van a ser capaces los pa¨ªses del Este de devolver los cr¨¦ditos para aumentar el consumo que pueden producirse en los momentos actuales. La apuesta, la adivinanza, es saber si estamos en una situaci¨®n similar a la de algunos pa¨ªses de Am¨¦rica Latina o se trata de casos distintos.
Pa¨ªses desiguales
P. Pero los pa¨ªses del este europeo no son iguales entre s¨ª, lo mismo que tampoco lo son los de Am¨¦rica Latina.R. Es cierto. Los pa¨ªses de Am¨¦rica Latina no son iguales. Ni siquiera los pa¨ªses europeos lo son. Tampoco los del Este. Es muy posible que en Hungr¨ªa o en Checoslovaquia la situaci¨®n sea muy distinta a la de Polonia, y cito estos pa¨ªses como mera referencia geogr¨¢fica, no porque en realidad presenten situaciones muy diversas, que es posible. Todos estos pa¨ªses tienen una historia diferente y distintos niveles de vida, y ello debe reflejarse de una forma u otra en su proceso de integraci¨®n con los pa¨ªses occidentales.
Pero debemos tener claro que esta diferente situaci¨®n en cada uno de los pa¨ªses, incluso la propia apertura que est¨¢ teniendo lugar, es un factor importante para las empresas privadas occidentales a la hora de tomar decisionesde inversi¨®n en cada uno de estos pa¨ªses. En estas diferencias es donde m¨¢s se deja ver el riesgo que las empresas corren a la hora de elegir su proceso de inversi¨®n.
P. Sin embargo, las incertidumbres planteadas dejan claro que se trata de elegir d¨®nde se invierte y lo que puede repercutir de forma importante sobre otros pa¨ªses, como los latinoamericanos, ahora que algunos de ellos parec¨ªa que sal¨ªan del agujero.
R. Las compa?¨ªas de Estados Unidos, Jap¨®n y Europa occidental tienen sus limitaciones a la hora de conceder cr¨¦ditos y colocar sus excedentes. Es evidente que la nueva situaci¨®n supone que se producir¨¢ una lucha entre las distintas zonas para conseguir inclinar la balanza a su favor. Hay, sin embargo, un aspecto positivo en todo esto: la econom¨ªa de los pa¨ªses occidentales va a crecer m¨¢s de prisa de lo previsto, de forma que estas dificultades de recursos no sean tan importantes como podr¨ªa parecer. Existe adem¨¢s otro interrogante que no debe desde?arse: hasta d¨®nde son capaces los pa¨ªses del este europeo de generar una parte importante de ahorro interno que pueda hacer frente al proceso de inversi¨®n que se prev¨¦. En todo caso, est¨¢ claro que algo debe existir, porque algunas multinacionales est¨¢n pensando desarrollar inversiones en estos pa¨ªses, y se supone que cuando lo hacen es despu¨¦s de haber analizado la situaci¨®n.
Crecimiento limitado
P. De todas formas, la elecci¨®n es dura.R. ?sta es la parte mala de la actual situaci¨®n. No se puede dudar. Los pa¨ªses desarrollados deber¨¢n elegir entre una opci¨®n y otra. Y las posibilidades de crecimiento est¨¢n limitadas, salvo que se produzca un aumento mayor del esperado del producto interior bruto de estas naciones que permita mayor nivel de colaboraci¨®n.
P. Todo ello se plantea sin tener en cuenta las implicaciones pol¨ªticas del proceso de liberalizaci¨®n de los pa¨ªses del Este.
R. Naturalmente. Los problemas pol¨ªticos a?adidos son otra cuesti¨®n. De todas formas, estas implicaciones no tienen por qu¨¦ poner en duda procesos de decisi¨®n que ya se han tomado en momentos anteriores. De hecho, pa¨ªses como Espa?a y Portugal, por poner un ejemplo, son naciones conocidas desde hace tiempo por las grandes multinacionales que quieren invertir en Europa. Y ello independientemente de las ventajas relativas que ahora pueden ofrecer algunos pa¨ªses del este europeo.
Es cierto que la aparici¨®n de estos pa¨ªses va a provocar una mayor competencia. Pero tambi¨¦n hay que tener en cuenta que pa¨ªses como Espa?a son m¨¢s conocidos por parte de estas firmas internacionales, de forma que se tendr¨¢ que elegir entre conocimiento y crecimiento.
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