Ceaucescu responde con balas a la protesta popular
La violenta represi¨®n de masivas manifestaciones de protesta en Timisoara y otras ciudades de Transilvania contra el r¨¦gimen del presidente rumano, Nicolae Ceaucescu, el fin de semana pasado se convirti¨® en un ba?o de sangre, aunque el bloqueo informativo y el cierre de fronteras hace imposible disponer de informaciones exactas. Ayer, el presidente y su esposa, Elena, abandonaron Bucarest para iniciar una visita oficial a Ir¨¢n, dejando atr¨¢s la amenaza m¨¢s seria para la estabilidad de su sistema dictatorial desde que se inici¨® la revoluci¨®n democr¨¢tica del bloque socialista.
Las cifras de muertos van, seg¨²n testigos presenciales, desde decenas de muertos, seg¨²n un estudiante yugoslavo, hasta los mil mencionados por dos estudiantes sirios. El obispo de la ciudad hungara de Szeged, Endre Gyulay, mencion¨® ayer la muetre de un hombre de 29 a?os y una anciana. El Ej¨¦rcito rumano se encuentra en estado de alerta. Carros de combate rodearon ayer Timisoara, escenario, el domingo, de la mayor manifestaci¨®n de protesta contra el r¨¦gimen de Ceaucescu de los ¨²ltimos a?os. Miles de personas recorrieron la ciudad entre gritos de "Abajo Ceaucescu", "Libertad" y "Rumanos, en pie", incendiaron autom¨®viles y rompieron escaparates para destruir los cuadros y libros de Ceaucescu expuestos en ellos.
El Departamento de Estado norteamericano conden¨® la forma "brutal" en que las manifestaciones hab¨ªan sido reprimidas, sin embargo, su portavoz, Margaret Tutwiler, dijo que no pod¨ªa confirmar el uso de armas de fuego contra los manifestantes.
La revuelta se inici¨® para impedir el desalojo de su parroquia del popular sacerdote Laszlo T?kes, miembro de la minor¨ªa h¨²ngara, al parecer amenazado de deportaci¨®n. Algunos testigos aseguran que T?kes pidi¨® a los manifestantes desde una ventana de su casa que se dispersaran pac¨ªficamente, pero que estos montaron en c¨®lera al observar que el sacerdote ten¨ªa heridas en la cara y sangre en las manos.
Aislamiento
Ruman¨ªa ha cerrado sus fronteras con Hungr¨ªa y Yugoslavia, que lindan con la conflictiva regi¨®n en la que vive gran parte de la minor¨ªa h¨²ngara del pa¨ªs. Los pasajeros b¨²lgaros que, en tr¨¢nsito, atravesaban en tren Ruman¨ªa fueron devueltos a la frontera b¨²lgara, mientras que se ha prohibido a los austriacos entrar, a no ser por motivos estrictamente profesionales.
Las nuevas protestas se producen con el r¨¦gimen de Ceaucescu totalmente aislado, no ya s¨®lo en Occidente, donde hace a?os hab¨ªa gozado de buenos contactos, sino tambi¨¦n en la alianza militar del Pacto de Varsovia. Las reformas en todos los dem¨¢s pa¨ªses miembros del bloque, y sobre todo la ca¨ªda de los l¨ªderes ortodoxos en Berl¨ªn Este y Praga, han dejado a Nicolae Ceaucescu como ¨²ltimo representante del estalinismo en el bloque oriental, si se except¨²a Albania, que no pertenece a la citada alianza.
Dos estudiantes de medicina sirios empleados en un hospital de Timisoara que abandonaron ayer Ruman¨ªa por la frontera yugoslava aseguraron a France Presse que las fuerzas de seguridad causaron el domingo "al menos 1.000 muertos" entre los aproximadamente 10.000 manifestantes y que la mayor¨ªa presentaba heridas de bala. "He visto carros de combate y soldados con la bayoneta calada que cargaban contra la muchedumbre", aseguraba otro viajero entrevistado por la radio h¨²ngara.
Un testigo, de nacionalidad yugoslava, afirm¨® que el domingo se dispar¨® contra los manifestantes tambi¨¦n desde helic¨®pteros que sobrevolaban el lugar de la protesta. "Centenares de personas cayeron al suelo ante mis ojos", asegur¨® la misma fuente, quien estim¨® en al menos varias decenas el n¨²mero de muertos. Tambi¨¦n asegur¨® que vio una columna de humo surgir del cuartel general de la polic¨ªa de Timisoara, lo que le hac¨ªa sospechar que el edificio fue atacado por los manifestantes. Tambi¨¦n se asalt¨®, seg¨²n otros testigos, la sede del consejo municipal, y se lanzaron a la calle los libros de Ceaucescu expuestos all¨ª. En otras ciudades de Transilvania, como Arad y Oradea, tambi¨¦n se produjeron incidentes.
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