El triunfo de Sampaio
DESPU?S DE m¨¢s de cuatro a?os de marcha triunfal, en el curso de los cuales su grupo -el Partido Socialdem¨®crata (PSD), de tendencia centrista- ha obtenido dos mayor¨ªas absolutas consecutivas, el primer ministro portugu¨¦s, Anibal Cavaco Silva, sufri¨® el domingo su primera gran derrota en unas elecciones municipales cuyos resultados marcar¨¢n sin duda la segunda mitad de la actual legislatura.El PSD del primer ministro sigue siendo el m¨¢s votado del pa¨ªs, pero no alcanza esta vez el 40%, mientras que los socialistas de Jorge Sampaio -quien ha obtenido personalmente la importante alcald¨ªa de Lisboa- rebasan el 30% de los sufragios por primera vez desde que Mario Soares, actual presidente de la Rep¨²blica, abandon¨® la direcci¨®n del partido. La originalidad del avance socialista portugu¨¦s, en relaci¨®n con lo que ha venido ocurriendo en otros pa¨ªses europeos en la ¨²ltima d¨¦cada, es que se produce tras la recuperaci¨®n de una identidad netamente de izquierdas, frente a la pol¨ªtica del bloque central (alianza con el centro) seguida por Soares.
De hecho, algunos de los triunfos socialistas de la jornada del domingo -como en el caso de Lisboa- se han producido en coalici¨®n con el Partido Comunista Portugu¨¦s (PCP) y otras formaciones de izquierda. Sampaio hered¨® hace un a?o un partido desmoralizado, destrozado por luchas internas y pol¨ªticamente desgastado despu¨¦s de largos a?os de haber asumido el papel central en la transici¨®n pol¨ªtica portuguesa. La vuelta a la izquierda de los nuevos dirigentes socialistas no significa un regreso a concepciones dirigistas del socialismo de posguerra, sino m¨¢s bien la recuperaci¨®n de determinadas dimensiones ¨¦ticas y sociales de la pol¨ªtica, poniendo el ¨¦nfasis en las enormes carencias de una sociedad que ha hecho enormes progresos en los ¨²ltimos A?os, pero donde existen -y se han agravado en algunos casos- enormes desequilibrios econ¨®micos y grandes diferencias sociales.
El Gobierno de Cavaco ha conseguido avances importantes en estos cuatro a?os: ha reorganizado la Administraci¨®n, ha limpiado los aparatos del Estado de excrecencias corporativas y ha hecho la econom¨ªa mucho m¨¢s eficiente que en los primeros a?os de transici¨®n, ayudado, desde luego, por la favorable coyuntura internacional. Pero a la sombra de la nueva situaci¨®n fue apareciendo una casta de nuevos ricos y nuevos caciques, maestros en el arte del clientelismo y del tr¨¢fico de influencias. Y todo ello en medio de una cierta atm¨®sfera de amoralidad creada por el beneficio f¨¢cil y la falta de escr¨²pulos.
Hace seis meses, con ocasi¨®n de las elecciones para el Parlamento europeo, la oposici¨®n no logr¨® capitalizar el descontento de sectores crecientes de la poblaci¨®n: el PSD, en concreto, creci¨® incluso menos que el PCP. Ahora, y aunque la extrapolaci¨®n de datos de unos comicios municipales debe hacerse con suma cautela, los socialistas, principales beneficiarios del rechazo al Gobierno, se convierten por primera vez en una alternativa cre¨ªble al PSD. Sin embargo, Cavaco no es hombre que se resigne f¨¢cilmente a la derrota y durante los dos a?os que quedan hasta las pr¨®ximas legislativas puede intentar, pasados los momentos m¨¢s dif¨ªciles de su administraci¨®n, ser m¨¢s recordado por los grandes aciertos globales de su gesti¨®n que por los errores de los ¨²ltimos tiempos.
En la izquierda, la pol¨ªtica del voto ¨²til de Sampaio acelerar¨¢ la inevitable crisis del PCP en la medida en que el dirigente socialista ha probado que se puede dejar de votar a Cunhal sin por ello pasarse a la derecha. La evoluci¨®n futura de la alianza t¨¢ctica entre socialistas y un PCP renovado en Portugal puede constituir un fen¨®meno pol¨ªtico de inter¨¦s a nivel europeo en- los pr¨®ximos a?os.
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