El Centro de Arte Reina Sof¨ªa, en busca de un rostro
El museo madrile?o estar¨¢ en obras de remodelaci¨®n a lo largo de 1990
El Centro de Arte Reina Sof¨ªa (CARS) est¨¢ ahora reducido a su m¨ªnima capacidad de exposici¨®n mientras se concluyen las obras de remodelaci¨®n. Hasta finales de 1990 no se ver¨¢ el rostro definitivo que se le ha querido otorgar a este museo del siglo XX, que a?adir¨¢ a la fachada principal de un edificio del XVIII dos torres acristaladas que permitir¨¢n el acceso m¨¢s fluido de los visitantes. Para el director del CARS se trataba de una fachada "intimidatoria", y su nuevo aspecto ser¨¢ mas atractivo. Uno de los arquitectos responsables admite que no les interesaba hacer una reconstrucci¨®n historicista. Algunos historiadores y visitantes se sienten, sin embargo, inquietos porque temen que se convierta en el Sofid¨², una versi¨®n madrile?a del Centro Pompidou de Par¨ªs.
El Centro de Arte Reina Sof¨ªa, fue inaugurado de forma apresurada en mayo de 1986, sin tener configuraci¨®n administrativa, ni director, ni tener todav¨ªa un esquema de utilizaci¨®n del centro. En ese momento solo pod¨ªa funcionar el 27% de los 20.000 metros cuadrados ¨²tiles que se le calculaban en ese momento. Las obras de restauraci¨®n y adaptaci¨®n deb¨ªan concluir su primera etapa a fines del 86, pero fueron adelantadas para la inauguraci¨®n en primavera, poco antes de las elecciones generales.Despu¨¦s de tres a?os en el que se han realizado importantes exposiciones de artistas y colecciones de Europa y Am¨¦rica, que han colocado a este centro en un destacado lugar del mapa art¨ªstico internacional, las nuevas obras del edificio reducir¨¢n sus espacios expositivos y de servicios al m¨ªnimo, por lo menos hasta finales de 1990. Durante el a?o 1989 el Reina Sof¨ªa, junto a los dos recintos en el Retiro (Palacio de Vel¨¢zquez y Palacio de Cristal) que dependen el ¨¦l, han recibido cerca de un mill¨®n de visitantes.
Obras inadecuadas
Despu¨¦s de una primera reforma, realizada por el arquitecto Antonio Fern¨¢ndez Alba, el CARS entr¨® en funcionamiento. Pero, al pasar los dos primeros a?os sin director y sin definir exactamente sus funciones, las primeras obras resultaron inadecuadas. "El edificio no estaba climatizado, no hab¨ªa manera de controlar con precisi¨®n la humedad y la temperatura, hac¨ªa falta tambi¨¦n reforzar las estructuras para que pudieran resistir los grandes pesos de las esculturas", comenta Tom¨¢s Llorens, director del CARS. "Sin contar entonces con una colecci¨®n propia y con estos inconvenientes, no se pod¨ªa entrar en igualdad de condiciones con los grandes museos del mundo. Creo que cuando acabe la transformaci¨®n, el CARS s¨ª podr¨¢ desplegar toda su potencia.
Entre las modificaciones m¨¢s significativas que se har¨¢n a este edificio constru¨ªdo en el siglo XVIII, durante el reinado de Carlos III, destaca la construcci¨®n de dos torres acristaladas exteriores en la fachada principal, y una en la parte posterior, destinada al movimiento de obras, que tocan el edificio antiguo mediante corredores de penetraci¨®n. "Para la utilizaci¨®n de las plantas superiores era necesaria la creaci¨®n de sistemas elevadores de visitantes y obras de arte. La ubicaci¨®n de sistemas elevadores de visitantes en el interior del edificio implicaba la destrucci¨®n de salas o corredores abovedados de gran valor y su localizaci¨®n en el patio interior destru¨ªa la armon¨ªa del conjunto m¨¢s logrado del edificio" ' se explica en uno de los paneles situados a la entrada provisional del CARS.
"No me sorprende que le llamen el Sofid¨²", comenta una de las visitantes al museo que observaba y comentaba detenidamente la maqueta del proyecto. "?Qu¨¦ es lo que quieren, un centro Pompidou con tubos y ascensores? Esas torres van a arruinar un hermoso edificio del XVIII con una fachada muy armoniosa". La misma opini¨®n tiene la cr¨ªtica de arte norteamericana Kim Bradley, corresponsal en Espa?a de la revista Art in America. "Pienso que es una pena que traten de solucionar un problema log¨ªstico, como el acceso de los visitantes, a costa de una hermosa y sobria fachada. Pod¨ªan haber optado por una soluci¨®n m¨¢s sutil en la forma".
Sin embargo, la comisi¨®n que aprob¨® el proyecto de remodelaci¨®n juzg¨® que ¨¦sta era la mejor soluci¨®n. "En d¨ªas punta hemos llegado a recibir cerca de 15.000 visitantes", dice Tom¨¢s Llorens, "y eran necesarios medios de comunicaci¨®n vertical que pudieran admitirlos". Los seis ascensores podr¨¢n transportar hasta 30.000 personas por d¨ªa.
"Todos los estudios conclu¨ªan que los espacios interiores eran los m¨¢s bellos del edificio. La fachada de la calle Santa Isabel fue siempre una fachada inacabada, porque nunca fue concebida como tal. En cierta forma la que vemos hasta hoy es una fachada intimidatoria", dice Llorens. "Hist¨®ricamente se trata de un pastiche. Recrear una fachada donde nunca la hubo habr¨ªa sido inadecuado. Con las dos modernas torres acristaladas se completa el lenguaje arquitect¨®nico del siglo XX". Por su parte, Carlos Sambricio, catedr¨¢tico de historia de la arquitectura, dice que no se trata de una fachada inconclusa. "Se trata de la fachada de un patio que, seg¨²n el proyecto original de Sabatini, deb¨ªa haberse prolongado. Es un edificio sin rostro. Lo que no entiendo es por qu¨¦ quieren convertir una fachada interior en una fachada exterior".
Intervenci¨®n delicada
Jos¨¦ Luis I?iguez de Onzono y Antonio V¨¢zquez de Castro son los arquitectos de esta obra. I?iguez de Onzono piensa que la soluci¨®n de las torres es una intervenci¨®n delicada y que ser¨¢ mejor criticarlas cuando est¨¦n terminadas. "Los elementos actuales sobrepuestos a los antiguos, son una forma de enfocar las intervenciones en edificios hist¨®ricos. No nos interesaba hacer una reconstrucci¨®n historicista".
En cuanto a la dificultad del resto de las obras, I?iguez destaca la climatizaci¨®n y el refuerzo de las estructuras de la cuarta planta que ser¨¢ destinada a obras e instalaciones de mucho peso. "No s¨¦ exactamente por qu¨¦ decidieron destinar la cuarta planta a las obras m¨¢s pesadas, y no la baja. Resulta un poco contradictorio, pero as¨ª ha sido aprobado".
El CARS no volver¨¢ a tener el aspecto con el que se inaugur¨® hace m¨¢s de tres a?os cuando terminen las obras de remodelaci¨®n del edificio. Quienes prefieran la sobria fachada del siglo XVIII del que fue Hospital General solo podr¨¢n recurrir a documentos del pasado.
Babelia
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