Y ahora piensan

Es el nuevo Far West, la inform¨¢tica. Este universo despiadado experimenta tantas peripecias que no se le puede seguir. El imprudente que compra un ordenador se da cuenta al a?o siguiente de que su bonita m¨¢quina no vale un pimiento, que ya es una pieza de museo. Desde el primer ordenador moderno, construido por John von Neumann en 1944, las cosas han cambiado mucho. Esta m¨¢quina sumaba 3.500 n¨²meros en un segundo. El superordenador de ¨²ltima generaci¨®n Cray 3 llega a 2.000 millones de operaciones por segundo. El microchip tambi¨¦n ha madurado. Ha llegado, por ejemplo, a hacer que 10 millones de transistores quepan en 2,5 cent¨ªmetros cuadrados. (...)Por el momento se estima que el parque terrestre cuenta con 95.300.000 ordenadores personales, 5.200.000 microordenadores, 330.000 ordenadores medianos y 25.000 grandes sistemas. Se acerca la ¨¦poca en la que no habr¨¢ un solo hogar libre de la informan¨ªa. Paralelamente se ven ya aparecer defectos en la armadura. Los virus que se propagan de aparato en aparato por culpa de un diskette contaminado, de una l¨ªnea telef¨®nica demasiado accesible: que deshacen los ficheros. (...) Para muchos, la inform¨¢tica es m¨¢s que un oficio o que un entretenimiento; es un verdadero apostolado. El mundo de los microprocesadores tiene sus santones, sus papas, sus fundamentalistas. Gastan enormes dosis de imaginaci¨®n en hacer una m¨¢quina que piense como nosotros.

, 24 de diciembre