Calidad: un reto, un aliciente
Cuando se trata de evaluar las ventajas de la entrada de Espa?a en la Comunidad Europea se suele citar muy de pasada una ventaja que no por ser indirecta es menos relevante: el reto que supone dar la cara en un grupo fuerte de pa¨ªses desarrollados.La industria y los pol¨ªticos espa?oles acaso ya hayan reconocido este reto y, en su mayor parte, parecen haberse decidido a afrontarlo. Sin embargo, no se han detenido a analizar todas sus consecuencias: porque no basta con aumentar la capacidad de producci¨®n, adem¨¢s es necesario -tanto desde un punto de vista ¨¦tico como econ¨®mico a medio y largo plazo- invertir ya en protecci¨®n del medio ambiente y calidad a todos los niveles. Ya dice el refr¨¢n -y los refranes suelen acertar m¨¢s que los pol¨ªticos y profetas- que m¨¢s vale prevenir que curar. Puede parecer una perogrullada, pero son pocos los que se atienen cient¨ªfica y sistem¨¢ticamente al dicho.
Con la entrada misma en la CE hemos superado acaso el complejo de que Europa acaba en los Pirineos, como pretend¨ªa Alejandro Dumas, o, dicho de una manera m¨¢s carpetovet¨®nica, eso de que m¨¢s vale ser la cabeza de ?frica que el culo de Europa. Ahora que ya no nos valen parrafadas folcl¨®ricas como Spain is different ni la retah¨ªla de la reserva espiritual de Occidente hay que demostrar con hechos nuestro potencial y nuestra val¨ªa, con menos patriotismo y m¨¢s sentido com¨²n.
En un mercado que se internacionaliza y en el cual los productos de cada tipo se asemejan cada vez m¨¢s en prestaciones, precio y fecha de suministro, la calidad se convierte en el factor decisivo. S¨®lo las empresas que entiendan la calidad como un problema global y no de ¨²ltimo y marginal eslab¨®n de producci¨®n podr¨¢n sobrevivir. Es decir: la filosof¨ªa sestera de la chapuza, el remiendo y la excusa va a tener que ser encerrada de una vez y por todas en el ba¨²l de los recuerdos del folclor hispano.
Pa¨ªses que llevan la batuta
En una encuesta que estamos realizando en Estados Unidos desde el Instituto de Tecnolog¨ªa de Producci¨®n en Aquisgr¨¢n (RFA), las primeras respuestas han coincidido en cuanto al orden de los pa¨ªses que llevan la batuta en cuesti¨®n de calidad: primero, Jap¨®n; segundo, la Rep¨²blica Federal de Alemania; tercero, EE UU, y cuarto, la CE. Reconozcamos humildemente que los espa?oles (entre otros, lo cual no vale de excusa) le estropeamos el status a la RFA en el conjunto. Pero en pol¨ªtica, ciencia e ingenier¨ªa no basta con reconocer fallos y errores: hay que mejorar, y ahora.
Para ello, la CE ha elaborado una norma de calidad, que entrar¨¢ en vigor, a trav¨¦s de sus respectivas leyes, en los 10 pa¨ªses comunitarios en 1992. Los alemanes occidentales se han adelantado, como en muchas cosas, al redactar y aprobar su ley tres a?os antes. Es un buen ejemplo a seguir (nadie exige que seamos autodidactos).
Con todo ello, la calidad dejar¨¢ de ser -para bien de todos- una proclama hueca o un sue?o de ingenuos. Un ejemplo ilustrar¨¢ esto: si en un anuncio de televisi¨®n (andaluza o espa?ola) un bisc¨²ter alcanza los 140 kil¨®metros/hora (vistos en veloc¨ªmetro) en 20 segundos -porque el anuncio no da (tiempo) para m¨¢s-, el bisc¨²ter del mercado tendr¨¢ que hacer lo propio.
M¨¢s a¨²n: la garant¨ªa dejar¨¢ de ser un generoso obsequio transitorio para ser un requisito; las f¨®rmulas de contrato en letrita peque?a con las que algunos comerciantes tratan de lavarse las manos aun antes de que se les ensucien dejar¨¢n de ser un lodazal jur¨ªdico cuando ata?an a la l¨®gica del sentido com¨²n.
La norma europea es exigente, pero cabe rese?ar que m¨¢s exigente a¨²n es el consumidor, ya sea empresa suministrada o un particular. Todo reto es un incentivo y abre nuevas posibilidades. Pero para que la calidad pueda ser una se?a de identidad, un made in Spain grabado sin sonrojarse, la calidad necesita m¨¦todos y t¨¦cnicas modernos, conceptos claros y un acento en el principio ¨¦tico y est¨¦tico a nivel educativo. Tambi¨¦n, desde luego, menos asco a la investigaci¨®n. Me refiero a esos pocos que dise?an futuro con la miop¨ªa que contagia la poltrona. El potencial cient¨ªfico y humano existe.
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