Sebasti¨¢n Laboa
La vocaci¨®n mediadora de un vasco en Panam¨¢
Sebasti¨¢n Laboa, nuncio apost¨®lico en Panam¨¢, tiene acogido desde el d¨ªa de Nochebuena al hombre m¨¢s deseado por Estados Unidos: el general Manuel Antonio Noriega. Desde la sede de la nunciatura, Laboa y Noriega negocian el futuro del que hasta el mi¨¦rcoles de la semana pasada, d¨ªa en que se inici¨® la invasi¨®n norteamericana en el pa¨ªs centroamericano, era el hombre fuerte de Panam¨¢.Nacido hace 67 a?os en Pasajes de San Juan (Guip¨²zcoa), Sebasti¨¢n Laboa se encontraba en Salamanca el d¨ªa en que las fuerzas norteamericanas invadieron Panam¨¢ y pusieron precio a la cabeza del general Noriega. Nada m¨¢s recibir la noticia de la invasi¨®n, que le anunci¨® telef¨®nicamente el secretario de la Nunciatura de Panam¨¢, monse?or Laboa se traslad¨® a Madrid para viajar a dicho pa¨ªs, donde aterriz¨® en la base norteamericana de Howard, ya que los aeropuertos civiles se encontraban cerrados al tr¨¢fico a¨¦reo.
"La noticia la recibi¨® con extra?eza y preocupaci¨®n", dijo ayer Miguel Kutz Laboa, un sobrino, desde San Sebasti¨¢n, informa Aurora Intxausti. "En el aeropuerto no pod¨ªa ocultar su preocupaci¨®n por todo lo que se le ven¨ªa encima, y porque, adem¨¢s, no ten¨ªa informaci¨®n de primera mano", relat¨® su sobrino. Se ha dicho siempre de Laboa que posee una incre¨ªble capacidad para fomentar la reconciliaci¨®n. No es un intelectual, en el sentido cl¨¢sico de la palabra, sino un hombre de acci¨®n, pero de una acci¨®n que se podr¨ªa denominar pacificadora. Campechano, buen conversador y un poco rudo en sus modales, Laboa no le tiene miedo al protagonismo. Diplom¨¢tico abierto y dialogante, Sebasti¨¢n Laboa fue nombrado nuncio apost¨®lico en Panam¨¢ en diciembre de 1982, en v¨ªsperas del viaje del Papa a Centroam¨¦rica, uno de los viajes m¨¢s delicados de Juan Pablo II y en el que la Nunciatura de Panam¨¢ jug¨® un papel importante y significativo.
Ha sido considerado siempre en Panam¨¢ como un hombre clave, el mejor puente entre el Gobierno de Noriega y la oposici¨®n, por lo que ha sido acusado en numerosas ocasiones por ambos bandos de trabajar para el oponente. Pero por ello mismo todos acud¨ªan a ¨¦l. Todos le ped¨ªan consejo y colaboraci¨®n. Noriega lo hizo en numerosas ocasiones, y Guillermo Endara, actual presidente paname?o y perseguido duramente por el r¨¦gimen de Noriega, estuvo refugiado en su nunciatura por dos veces. El presidente del Gobierno, Felipe Gonz¨¢lez, tambi¨¦n realiz¨® sus gestiones pacificadoras en aquel pa¨ªs a trav¨¦s de Laboa. Laboa tambi¨¦n ha jugado un papel importante en relaci¨®n al grupo de etarras deportados por Francia, prest¨¢ndoles ayuda y mediando ante la Embajada espa?ola.
"Su nunciatura est¨¢ siempre abierta para todos", dice su sobrino. "Suele decir que hay que recibir a cualquiera, tenga la ideolog¨ªa que tenga, a todo aquel que venga a pedir consejo y apoyo".
Todos los a?os viaja por Navidad al Pa¨ªs Vasco, a San Sebasti¨¢n, donde se convierte en el centro de atenci¨®n de su familia. Hombre aficionado al deporte, Laboa dedica dos horas diarias al footing, deporte que realiza por la playa de la Concha cuando est¨¢ en San Sebasti¨¢n. No s¨®lo le espera su familia. Bautizos, comuniones y bodas son algo frecuente cada a?o en San Sebasti¨¢n. Muchos de sus amigos, los amigos de sus sobrinos y los conocidos esperan a estas fechas para que monse?or Laboa sea el oficiante de estas celebraciones religiosas.
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