'Poster' especial
De entre todos los posters que rellenaban aquella salita de la Magdalena, a Elena y a m¨ª nos gust¨® uno en especial. Una fotograf¨ªa de Borges y Savater en Sevilla, el ¨²nico poster en blanco y negro. Nos encant¨® y pensamos las dos que ser¨ªa estupendo conseguir alguno para llevarnos a Madrid de recuerdo.Esa misma noche -era la segunda que pas¨¢bamos all¨ª con motivo del seminario- se lo comentamos a nuestro amigo Eduardo. ?l nos asegur¨® que podr¨ªamos hacernos con los posters y que adem¨¢s tendr¨ªa mucho gusto en presentarnos al autor del mismo, Juantxu Rodr¨ªguez. As¨ª fue; est¨¢bamos tomando caf¨¦ en el bar, al rato entraste t¨², y sin pensarlo dos veces te sentaste con nosotros tres. En seguida hicimos buenas migas, no fue dif¨ªcil. Hablamos mucho de fotograf¨ªa y de mil cosas m¨¢s; me pareciste una persona entra?able; con tu simpat¨ªa y sensibilidad al hablar se encontraba una muy a gusto. Siempre recordar¨¦ aquella tarde que estuvimos revolviendo el palacio entero para conseguir unas llaves que abrieran aquel trastero. Nosotras te dec¨ªamos que tampoco pasaba nada, que ya nos dar¨ªas los posters cuando nos vi¨¦ramos en Madrid, y t¨², erre que erre, insist¨ªas -"estoy seguro de que en ese trastero tiene que haber muchos y me hace mucha ilusi¨®n regalamos alguno"- Al final conseguiste abrir aquella puerta.
Recuerdo bien aquel latigazo de humedad cant¨¢brica en la cara y ese mont¨®n de trastos y posters apilados en cajas de cart¨®n. Nos pusimos perdidos de polvo, y entre rebuscar y rebuscar conseguimos encontrarlos -"?Venga!, ?cu¨¢ntos quer¨¦is?
Aqu¨ª se van a estropear todos, coged los que quer¨¢is para vuestros amigos, no os cort¨¦is"-, y las dos tan contentas nos fuimos con tus posters debajo del brazo, y ya en Madrid los repartimos entre las paredes de las casas de nuestros amigos. Fue un bonito primer encuentro, como especial fue tambi¨¦n la ¨²ltima noche, en la que, entre copa y copa, los tres nos fuimos cerrando los bares de la R¨ªa de la Pila. Y hablamos y hablamos hasta las mil de la madrugada sobre infinidad de cosas, sobre nuestras vidas, sobre el ego¨ªsmo, la injusticia, la mediocridad, la soledad... Fue una noche muy especial: los tres ten¨ªamos mucho que contar.
Era nuestro ¨²ltimo d¨ªa en Santander; quer¨ªamos aprovechar hasta el ¨²ltimo segundo del final del verano. El final tambi¨¦n de lo que podr¨ªa haber sido una buena amistad. Amistad, que no pudo llegar ni siquiera a las Navidades, unas Navidades en las que pensar¨¦ mucho en ti, en las que escuchar¨¦, cuando todo me parezca gris, todo aquello que dec¨ªas cuando ya casi iba a amanecer -"( ... ) que al final lo que queda es el olor de la lluvia en la tierra, el sol a trav¨¦s del cristal, el jers¨¦i de lana que te arropa cuando hace fr¨ªo y miras afuera y no para de llover, que se te encoge el est¨®mago cuando acaricias la mano de la mujer a la que amas y que no existe nada m¨¢s hermoso ( ... )"-, y me duele la vida, Juantxu, me duele la vida, amigo... Me habr¨ªa gustado regalarte ese jersei de lana por Navidad con todo mi cari?o y mi afecto. No te olvidar¨¦ nunca.-
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