El IV Convenio de Lom¨¦
El 15 de diciembre se ha firmado en Lom¨¦, la capital de Togo, el convenio en funci¨®n del cual los 12 pa¨ªses miembros de la Comunidad Europea asumen una serie de compromisos para favorecer, a lo largo de 10 a?os, el desarrollo de 68 pa¨ªses subdesarrollados de ?frica, el Caribe y el Pac¨ªfico (ACP) que est¨¢n en muchos casos entre los de menor nivel de renta de todo el mundo.Para la Comunidad este convenio representa el cuarto de la serie iniciada en 1975, cuando, tras el ingreso de Gran Breta?a en la Comunidad, los seis fundadores de la CE aceptaron ampliar a los pa¨ªses pobres de la Commonwealth el sistema de asociaci¨®n que el Tratado de Roma hab¨ªa previsto para las excolonias de los Estados miembros iniciales.
Para Espa?a y Portugal, los ¨²ltimos llegados al Club de Bruselas, este IV Convenio de Lom¨¦ es el primero en cuya negociaci¨®n y conclusi¨®n intervienen, puesto que al producirse su ingreso en la CE debieron aceptar, como acervo comunitario, el III Convenio con adem¨¢s, la obligada participaci¨®n financiera para contribuir al VI Fondo Europeo de Desarrollo incorporado a dicho III Convenio.
Para el grupo de los pa¨ªses ACP, la participaci¨®n de Espa?a en las negociaciones del IV Convenio -presidiendo incluso el Consejo durante el primer semestre de 1989, lo que fue, en muchos aspectos, clave para poder llegar a concluir el convenio durante la presidencia francesa- habr¨¢ significado la ampliaci¨®n de? grupo, puesto que el Gobierno de Madrid dej¨® muy claro desde el primer d¨ªa que no estaba dispuesto a llegar al final de la negociaci¨®n si la Rep¨²blica Dominicana -que ha entrado junto a Hait¨ª ahora- no era aceptada como pa¨ªs signatario.
Solamente un pa¨ªs hispano-parlante estaba hasta ahora entre los pa¨ªses ACP: Guinea Ecuatorial, si bien varios pa¨ªses angl¨®fonos de Am¨¦rica ya formaban parte del mismo: Belice, Guyana y una serie de peque?os Estados del Caribe.
Desde un punto de vista econ¨®mico, los pa¨ªses ACP no tienen una gran importancia para la CE, por mucho que el pasado colonial confiera a los pa¨ªses europeos toda una serie de responsabilidades hist¨®ricas respecto a los mismos y por mucho que algunos de tales pa¨ªses sean suministradores importantes de algunas materias primas necesarias para la econom¨ªa europea.
En 1988, los doce importaron un total de 929.561 millones de ECU, de los que adquirieron fuera de la propia CE 387.556 millones. Solamente 17.327 de ellos eran originarios de los hasta ahora 66 pa¨ªses ACP, lo cual significa solamente el 1,8% de las ?mportaciones que est¨¢n realizando los doce y el 4,4% de las compras que los doce efect¨²an fuera de la Comunidad.
Pese a que los pa¨ªses ACP representan un mercado global consumidor de 430 millones de habitantes -incluyendo pa¨ªses populosos como Nigeria, Etiop¨ªa y Zaire-, los bajos niveles de renta de los mismos impiden que su absorci¨®n de exportaciones comunitarias sea alta. Los doce exportaron en 1981 por un total de 906.419 millones de ECU, de los que 362.810 fueron adquiridos por pa¨ªses de fuera de la Comunidad. De este total s¨®lo fue a los pa¨ªses ACP una cantidad equivalente a 15.233 millones de ECU, con lo que los 66 solamente tuvieron una participaci¨®n relativa del 4,2% de las ventas que los doce efect¨²an fuera de la Comunidad, que es lo mismo que decir que los pa¨ªses ACP solamente absorben el 1,7% de las ventas que las empresas comunitarias realizan en el extranjero.
Ratificaci¨®n
La acci¨®n comunitaria en favor de los pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo se produce, ciertamente, de forma preferente hacia los pa¨ªses de Lom¨¦, que con el actual convenio son 66 y que con el que ha entrad o en fase de ratificaci¨®n en 1990 para aplicarse en 1991 van a ser 69 (los actuales, Hait¨ª y Rep¨²blica Dominicana, y Namibia cuando alcance la plena independencia en 1990), pero ello no quiere decir que el resto de pa¨ªses en desarrollo no sea objeto tambi¨¦n de atenci¨®n por parte de la Comunidad Europea.
La Comunidad tiene preferencias arancelarias en favor de todos los pa¨ªses subdesarrollados del mundo, y se est¨¢ ahora asistiendo a la concesi¨®n de preferencias tambi¨¦n'en favor de las exportaciones de los pa¨ªses del Este europeo que est¨¢n haciendo su tr¨¢nsito hacia la econom¨ªa de mercado (Polonia, Hungr¨ªa), que no pueden denominarse propiamente pa¨ªses en desarrollo.
La Comunidad concede tambi¨¦n ayuda alimentari¨¢ a los pa¨ªses en desarrollo que lo precisen (los mayores beneficiarios son Bangladesh y Egipto, que no son pa¨ªses ACP), entrega ayudas de urgencia a pa¨ªses afectados por cat¨¢strofes naturales o conflictos de todo tipo y financia inversiones de desarrollo de diverso alcance tanto en pa¨ªses ACP como en pa¨ªses mediterr¨¢neos o en pa¨ªses latinoamericanos y de Asia.
?ltimamente, por ejemplo, la Comunidad ha aportado unos 150.millones de d¨®lares para establecer una caja de compensaci¨®n de pagos que permita la reactivaci¨®n de los intercambios comerciales entre los pa¨ªses del Mercado Com¨²n Centroamericano.
Claro est¨¢ que los pa¨ªses de Lom¨¦ tienen la ventaja de que mientras los proyectos y ayudas a favor de los pa¨ªses atrasados que no forman parte del grupo ACP solamente se financian con la parte del presupuesto anual de la Comunidad Europea que se destina a cuestiones de desarrollo, los pa¨ªses ACP reciben apoyo de las l¨ªneas presupuestarias (partidas destinadas a ayuda alimentaria, ayuda de urgencia, cofinanciaci¨®n de proyectos llevados a cabo por organizaciones no gubernamentales de desarrollo, etc¨¦tera) y del Fondo Europeo de Desarrollo (FED) incluido en el Convenio de Lom¨¦ y financiado directamente por los doce, seg¨²n una clave de reparto, pero administrado por la Comunidad Europea.
Esta doble l¨ªnea financiera les permite beneficiarse de programas plurianuales de inversiones cubriendo el plazo de cinco a?os de vigencia de cada FED. El FED VII, aparejado al primer quinquenio del IV Convenio de Lom¨¦, supone unas aportaciones de los Estados miembros de la Comunidad de 10.800 millones de ECU entre las donaciones previstas para financiar inversiones y proyectos de diverso alcance, los fondos de compensaci¨®n por ca¨ªda de precios de exportaci¨®n y otros, as¨ª como el apoyo al ajuste estructural -seguramente bajo supervisi¨®n del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial- al que se lancen los ACP que reorienten su econom¨ªa hacia nuevas v¨ªas de crecimiento. El paquete financiero de Lom¨¦ se completa con fondos del Banco Europeo de Inversiones (BEI) por un importe de 1.200 millones de ECU.
Paquete financiero
Tal paquete financiero de Lom¨¦ es el m¨¢s importante que se haya llegado a aprobar, en la historia de las acciones mundiales en pro del desarrollo, salvo si consideramos como tales las ¨²ltimas ampliaciones de capital y reposiciones del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial y de los organismos financieros de su ¨®rbita; pero aun as¨ª hay que recordar que el esfuerzo en pro del desarrollo de los doce no acaba en la acci¨®n efectuada a trav¨¦s de la Comunidad Europea.
La Comunidad Europea es el cauce de solamente el 15%. del esfuerzo global que los doce llevan a cabo en favor de los pa¨ªses en desarrollo. Algunos de los pa¨ªses miembros de la Comunidad llevan a cabo amplias pol¨ªticas bilaterales en favor de los pa¨ªses pobres, al tiempo que son tambi¨¦n donantes sobresalientes del Banco Mundial, Asociaci¨®n Internacional de Desarrollo, bancos Interamericano, Africano y Asi¨¢tico de Desarrollo y otras instituciones financieras multilaterales creadas para esta tarea de ayuda al Tercer Mundo.
Respecto a este esfuerzo global en favor del desarrollo, Espa?a es uno de los pa¨ªses que muestra una dedicaci¨®n menos intensa, por lo que, comparativamente, est¨¢ canalizando una parte relativa mayor que la mayor¨ªa de los doce hacia acciones de desarrollo de la comunidad como tal.
Por esta raz¨®n hay en Espa?a una cierta frustraci¨®n respecto al escaso ¨¦xito que las empresas espa?olas han logrado obtener hasta ahora en las licitaciones con las que la Comisi¨®n Europea busca a las empresas capaces de llevar a cabo las obras p¨²blicas los suministros y los estudios y servicios. Esto ha motivado, por cierto, que Espa?a ha negociado y ha obtenido una reducci¨®n (del 6,6% al 5,9%) en su baremo de aportaci¨®n al VII FED en relaci¨®n al que est¨¢ soportando respecto al actual VI FED.
Llegados aqu¨ª podr¨ªamos, empero, preguntarnos si en vez de reducir la aportaci¨®n relativa espa?ola no hubiera sido mejor mantenerla tratando de desplegar mayores esfuerzos para que las empresas espa?olas exportaran m¨¢s bienes y servicios por medio de los contratos a financiar por el FED.
La respuesta a la cuesti¨®n resulta obvia si pensamos que a Espa?a le hace falta aportar mucho m¨¢s en favor del Tercer Mundo, pues no tiene presentaci¨®n que la parte de nuestro PNB que se puede calificar de Ayuda P¨²blica al Desarrollo s¨®lo alcance el 0,08%, que es una cifra rid¨ªcula si se comprara con lo que exige la solidaridad internacional en pro del desarrollo.
Pero la respuesta queda mucho m¨¢s matizada si pensamos que las orientaciones hist¨®ricas de la ayuda espa?ola al desarrollo no coinciden con las orientaciones tradicionales de otros paises europeos lo cual se traduce adem¨¢s en que las empresas de estos pa¨ªses tengan una mayor agresividad para hacerse con los contratos sacados a licitaci¨®n por la Comunidad Europea en base a la financiaci¨®n al desarollo disponible.
Esto es algo, sin embargo, sobre lo que debe empezar a haber un mayor empe?o por parte de las empresas, la Administraci¨®n y hasta las organizaciones no gubernamentales espa?olas. Quiz¨¢ el boom importador y de la demanda interna hace olvidar que la ayuda al desarrollo es tambi¨¦n una v¨ªa para exportar m¨¢s.
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