Los republicanos
La historia contempor¨¢nea impide permanecer impasible ante el ascenso de grupos y partidos que, pese a llevar ropajes mejor cortados para los tiempos que corremos, dejan traslucir el fondo de ideas y de actitudes que caracteriz¨® al nazismo. Con tema resbaladizo, toda preocupaci¨®n es poca: un sentimiento visceral antigerm¨¢nico, tan comprensible como injusto, tiende a exagerar el menor s¨ªntoma fascista: en cambio, en Alemania la tentaci¨®n es quitar hierro al peligro nazi, subrayando lo que, por otro lado, parece obvio, el car¨¢cter de protesta que tiene buena parte del voto extremista.A un nivel alto de abstracci¨®n, y por tanto con un valor m¨¢s esquem¨¢tico que descriptivo, cabe decir que, en principio, la izquierda propende a subrayar la igualdad y la derecha la desigualdad, aunque la primera reconozca l¨ªmites funcionales al igualitarismo y la segunda morales y legales a la desigualdad. En cambio, el extremismo de derecha lleva a sus ¨²ltimas consecuencias el principio de desigualdad, as¨ª como el extremismo de izquierda el de igualdad. La aplicaci¨®n radical del principio de igualdad, al cercenar por la fuerza -no cabe otro modo- toda diferencia, desemboca en el totalitarismo; la aplicaci¨®n consecuente del principio de desigualdad, al negar la igualdad constitutiva de todos los seres humanos, sea cual fuere su sexo, edad, raza o lugar de nacimiento, acaba en la barbarie.
No define a la extrema derecha el poner especial ¨¦nfasis en las diferencias, por lo dem¨¢s ostensibles, entre los pueblos, los sexos, las clases y los individuos, sino el hecho de que las valore de forma que sostengan un orden jer¨¢rquico: no s¨®lo cada naci¨®n muestra rasgos propios, sino que habr¨ªa pueblos superiores y otros inferiores; no s¨®lo los sexos son diferentes, es que la mujer ser¨ªa inferior al var¨®n; no es que los individuos sean distintos, es que algunos, por sus dotes extraordinarias, son caudillos natos. El principio de desigualdad adquiere toda su perversi¨®n cuando se vincula a la noci¨®n de jerarqu¨ªa. La desigualdad, jerarquizada seg¨²n rangos y estamentos, constituye uno de los pilares de la ideolog¨ªa fascista de ayer y de hoy.
Modos militaristas
Los republicanos representan en la RFA una forma actualizada de fascismo que, justamente, por haber roto con los viejos s¨ªmbolos, modos militaristas y actitudes violentas, me parece mucho m¨¢s alarmante que las pandillas uniformadas que remedan al nazismo. De puertas afuera, los republicanos recalcan su m¨¦dula conservadora y consideran un insulto el que se les llame "fascistas"; de puertas adentro, es mayor la ambig¨¹edad, sobre todo entre la juventud, cuando insisten en su car¨¢cter "revolucionario".
En cada uno de los cap¨ªtulos del programa republicano no es f¨¢cil distinguir entre posiciones ultraconservadoras y aquellas claramente fascistas; se mueven en tina zona gris en la que predomina la ambig¨¹edad. Lo que a fin de cuentas tipifica el car¨¢cter fascista es la reuni¨®n de unos puntos b¨¢sicos en un mismo s¨ªndrome: nacionalismo radical, en sus dos componentes de orgullo nacional agresivo, y de discriminaci¨®n de lo extranjero; conclusi¨®n, Alemania tendr¨ªa que liberarse de la hegemon¨ªa de las potencias aliadas, una vez firmado un tratado de paz y recuperada la unidad nacional perdida. Propuesta de un nuevo orden econ¨®mico en el que se reconozca el esfuerzo y la val¨ªa de cada uno, defensa del liberalismo individualista m¨¢s ac¨¦rrimo, a la vez que una propuesta demag¨®gica de librar a los ciudadanos de la dominaci¨®n del capital multinacional. Cr¨ªtica de la llamada partitocracia y de los partidos establecidos, que habr¨ªa que sustituir por formas de democracia directa y plebiscitaria que permitiesen una comunicaci¨®n nueva entre el l¨ªder y su pueblo. Sujeto hist¨®rico no son los individuos ni las clases, sino la naci¨®n, el pueblo alem¨¢n, entidad metaf¨ªsica que dar¨ªa sentido a la historia y a la vida colectiva.
Para percibir la peligrosidad de los republicanos en la pol¨ªtica de la Rep¨²blica Federal de Alemania, perm¨ªtaseme transponer al contexto espa?ol lo que ser¨ªa entre nosotros un partido de las caracter¨ªsticas del alem¨¢n. Para evitar malentendidos, considero necesario insistir en que no hago m¨¢s que trasladar el programa de los republicanos alemanes a la circunstancia espa?ola.
Los republicanos espa?oles empezar¨ªan por, aprovecharse de su nombre en un doble sentido: por un lado, se adornar¨ªan del prestigio izquierdista de esta denominaci¨®n para subrayar, como mejor convenga, que ellos son de izquierda, aunque de una izquierda nacional, o que la distinci¨®n entre izquierda y derecha ha perdido toda significaci¨®n; por otro, arremeter¨ªan conta la instituci¨®n mon¨¢rquica y la familia real con todo el odio acumulado por la extrema derecha. La bandera antimon¨¢rquica les pondr¨ªa fuera del sistema, con las ventajas que esto representa para un movimiento que se inicia.
El segundo frente ser¨ªa el pol¨ªtico, arremetiendo contra los partidos establecidos a la derecha y a la izquierda, en primer lugar, contra socialistas y comunistas, desde la visi¨®n republicana un mismo magma de corrupci¨®n personal y de desprecio por los "valores nacionales". Aqu¨ª se inscribe el momento de afirmaci¨®n: los republicanos devolver¨ªan el "orgullo de sentirse espa?ol" y la posibilidad de volver a hablar de la "grandeza" de Espa?a. Con la mayor. dureza y utilizando todas las armas, arremeter¨ªan contra los "separatismos". La debilidad del Estado con el terrorismo ser¨ªa uno de los temas centrales de propaganda, pidiendo la pena de muerte para los delitos terroristas, como exige la ley del Tali¨®n, ojo por ojo y diente por diente. Todo ello culminar¨ªa en el culto de la Guardia Civil, la Polic¨ªa Nacional y el Ej¨¦rcito de la naci¨®n, que encarnar¨ªan la ¨²ltima reserva del patriotismo. La "unidad sagrada de la patria", ataques al Borb¨®n, muerte al terrorista, cr¨ªtica de la "corrupci¨®n comunista-socialista", ser¨ªan los temas centrales en torno a los cuales girar¨ªa su propaganda.
Liberalismo a ultranza
Nada tendr¨ªan que ver con el pasado franquista, prueba de que ellos eran republicanos y Franco se carg¨® la rep¨²blica, pero que un justo distanciamiento cr¨ªtico no les imped¨ªa reconocer lo mucho que el general hab¨ªa hecho en defensa de los valores m¨¢s altos de la patria, de la unidad de Espa?a y de un desarrollo pr¨®spero por haber gobernado con firmeza y honradez.
En lo econ¨®mico ser¨ªan portavoces de un liberalismo a ultranza, que aplique el principio de que no coma m¨¢s que el que trabaje, y, consecuentemente, se elimine el subsidio de desempleo y los salarios sociales. Ya se sabe que los que no trabajan es porque no quieren, y cuanto m¨¢s se ayude al indigente, m¨¢s vagos y maleantes habr¨¢. Es justo que se enriquezca el que es diligente y honrado; injusto que el Estado le arrebate en forma de impuestos una buena porci¨®n de sus ingresos, que luego van a parar a los bolsillos de la burocracia corrupta de los partidos, a los vagos y maleantes del pa¨ªs, en fin, a los pa¨ªses del Tercer Mundo. Nada tendr¨ªan los republicanos contra los pobres de ?frica o de Am¨¦rica Latina, pero saben que poco se remedia con regalos; lo ¨²nico que hay que erise?arles es que s¨®lo trabajando duro se vive con alg¨²n desahogo. En primer lugar hay que defender el producto del trabajo de cada uno frente al Estado; en segundo lugar, frente al capital multinacional, explotador y especulativo, que no tiene patria ni reconoce otro objetivo que su propio beneficio. Los republicanos propugnan un nuevo orden econ¨®mico en el que los ¨²ltimos valores no sean la producci¨®n y el beneficio, sino la libertad individual y el bien supremo de la naci¨®n.
Quede para otra ocasi¨®n establecer diferencias y similitudes con el viejo fascismo; la m¨¢s espectacular, que se renuncia a la violencia para llegar al Gobierno y se asume la legalidad vigente, as¨ª como delimitar los sectores sociales -los obreros y los medios proletarizados, as¨ª como los aut¨®nomos y los que se benefician del actual proceso de modernizaci¨®nque pueden sentirse atra¨ªdos por este programa. ?Dormir¨ªa tranquilo el lector si en Espa?a tuvi¨¦semos un partido de estas caracter¨ªsticas? En Alemania existe, y se acerca al 10% de los votantes.
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