El Gobierno de Bucarest espera apoyo de la URSS para superar este invierno
Las nuevas autoridades de Ruman¨ªa han manifestado su satisfacci¨®n por la inminente visita del ministro de Asuntos Exteriores de la Uni¨®n Sovi¨¦tica, Edvard Shevardnadze, y han declarado que esperan apoyo econ¨®mico de Mosc¨² para superar este invierno. Por su parte, Silviu Brucan, miembro del Consejo del Frente de Salvaci¨®n Nacional (FSN) de Ruman¨ªa, revel¨® ayer que el Ej¨¦rcito rumano se hallaba en una grave situaci¨®n de inferioridad frente a las fuerzas de la Securitate hasta el lunes, d¨ªa 25 de diciembre.
Brucan a?adi¨® que s¨®lo el anuncio de la muerte del dictador Ceaucescu supuso el punto de inflexi¨®n en la situaci¨®n militar a favor de la revoluci¨®n. Anunci¨® tambi¨¦n el fin del partido comunista y dijo que si alg¨²n miembro del mismo quiere reactivarlo, el FSN estar¨¢ "muy alegre" de enfrentarse a tal competencia.En cuanto a la ayuda sovi¨¦tico coment¨®: "Esperamos sobre todo el suministro energ¨¦tico, en petr¨®leo y gas natural, que nos ayude a superar este invierno". Brucan visit¨® en noviembre de 1988 la URSS y pudo confirmar all¨ª el absoluto rechazo de Mosc¨² a la pol¨ªtica y a los m¨¦todos de Ceaucescu.
El FSN, que ayer reuni¨® en Bucarest a sus l¨ªderes en las 40 comarcas de Ruman¨ªa, anunci¨¦ ya que presentar¨¢ sus propios candidatos a las elecciones. El primer ministro Petre Roman present¨® un informe sobre la situaci¨®n real de la econom¨ªa, falsificada de forma grotesca por el r¨¦gimen de Ceaucescu, y el presidente del Consejo, Dumitru Mazilou, present¨® los borradores de la nueva Constituci¨®n y la ley electoral.
Brucan, uno de los firmantes de la ya c¨¦lebre carta de los seis, hecha p¨²blica en la primavera pasada con una dura denuncia del r¨¦gimen de Ceaucescu, manifest¨® que a¨²n el d¨ªa de Navidad la Securitate y fuerzas leales al dictador ganaban terreno y lanzaron. fuertes ataques contra unidades del Ej¨¦rcito, en inferioridad de armamento.
El d¨ªa de Nochebuena, en la sede de la televisi¨®m, el CSN hab¨ªa decidido juzgar sumanamente al matrimonio. Al reforzarse al d¨ªa siguiente los ataques de la Securitate, deteriorarse la posici¨®n de las fuerzas leales a la revoluci¨®n y ser atacado el propio cuartel en Tirgovista, donde se hallaba detenido el dictador, se decidi¨® su ejecuci¨®n. "Prevalecieron las consideraciones militares. Las jur¨ªdicas en esta situaci¨®n quedaron sin relevancia", manifest¨® Brucan.
Seg¨²n asegur¨® Brucan ayer en Bucarest, hab¨ªa posibilidades reales de una liberaci¨®n de Ceaucescu. "Si ¨¦ste llega a ponerse al frente de la Securitate, hubiera habido una gran matanza con centenares de miles de muertos". El miembro del Consejo del FSN inform¨® ayer, por primera vez de forma oficial, que las cifras de muertos de entre 60.000 y 80.000 son exageradas, pero que hasta que haya un balance exacto de v¨ªctimas no se har¨¢n p¨²blicos datos al respecto.
Brucan confirm¨® ayer impl¨ªcitamente sus contactos con las autoridades de la URSS, pero neg¨® rotundamente la existencia de una conspiraci¨®n contra el clan Ceaucescu. "Estoy sorprendido por el hecho de que peri¨®dicos serios occidentales cayeran en la fant¨¢stica historia del golpe. Se les ten¨ªa que haber ocurrido a sus editores que, de haber sido cierta, nosotros presumir¨ªamos de ello y contar¨ªamos con el total aplauso del pueblo".
"?Por qu¨¦ ¨ªbamos nosotros a ser tan modestos como para no arrogarnos tan hist¨®rico ¨¦xito?", continu¨®. "No hab¨ªa tal plan, ya que era imposible bajo el estado policial de Ceaucescu. La verdad hist¨®rica es que la explosi¨®n popular del 22 de diciembre fue ciento por ciento espont¨¢nea".
Especialmente la Prensa francesa, que por su masiva cobertura de la revoluci¨®n rumana se ha visto obligada a confi¨¢rsela a enviados especiales sin el m¨ªnimo conocimiento de este pa¨ªs, se ha lanzado a una ins¨®lita competencia en alimentar rumores y fomentar esta teor¨ªa de la conjura y de la existencia del FSN meses antes de la ca¨ªda de Ceaucescu.
De haberse logrado juntar f¨ªsicamente a tres miembros del actual FSN con ¨¢nimos conspirativos uno de ellos habr¨ªa aca bado confesando los planes a la Securitate bajo la brutalidad de los interrogatorios. Una conjura en la que decenas de personas estuvieran implicadas era virtualmente imposible y hubiera equivalido a un suicidio colectivo.
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