La garant¨ªa del Pacto de Varsovia
La existencia del Pacto de Varsovia, que tantas veces ha supuesto la garant¨ªa de fracaso de las experiencias emancipadoras en Europa del Este, ha tenido una vital importancia para la victoria de la revoluci¨®n rumana y la ca¨ªda del despotismo del r¨¦gimen de Nicolae Ceaucescu.Las potencias occidentales mimaron al dictador Ceaucescu en su esperanza de que sembrara la divisi¨®n en el Pacto de Varsovia. Presidentes norteamericanos, como James Carter y Richard Nixon, ignoraron la ya gran represi¨®n que Ceaucescu ejerc¨ªa sobre su pueblo para fomentar la disoluci¨®n del bloque militar comunista y buscar ventajas concretas.
Ceaucescu jam¨¢s se fi¨® de un Ej¨¦rcito con una gran tradici¨®n en la profesi¨®n castrense pese a las continuas purgas habidas tras el golpe que hizo caer al dictador Ion Antonescu. La resistencia del Ej¨¦rcito al acceso al poder de los comunistas fue dura.
Desde que, en 1965, Ceaucescu lleg¨® al poder, sus temores de ser eliminado por este ej¨¦rcito fueron constantes. Tanto a finales de los setenta como a principios de los ochenta hubo serios rumores sobre planes castrenses de acabar con la sinraz¨®n del presidente, que se hallaba a¨²n lejos de su demencia en los ¨²ltimos a?os de su r¨¦gimen,
Ceaucescu intent¨® desmantelar el Ej¨¦rcito. Su miedo a los militares le llev¨® a desarmarlos todo lo posible y a crear un contrapoder en la Securitate con armas pesadas y entrenamientos e informaci¨®n avanzados. Pero no pudo rebajar el m¨ªnimo de armamento y munici¨®n que los compromisos en el Pacto de Varsovia requer¨ªan del Ej¨¦rcito rumano, y por ello estas fuerzas armadas pudieron alzarse con el pueblo contra el aparato policial e inquisitorial del dictador.
Relaci¨®n con Mosc¨²
Las fuerzas armadas eran la ¨²nica instituci¨®n que segu¨ªa manteniendo, por obligaci¨®n, no revocable por Ceaucescu, contactos con el Ej¨¦rcito Rojo. Esta relac¨®n era regular en el marco del Pacto de Varsovia. Fuentes rumanas dan por seguro que el actual jefe del Estado, Ion Iliescu, y el ministro de Defensa, Nicolae Militaru, y su asesinado antecesor, Vasile Milea, ten¨ªan activos contactos con Mosc¨².
Parece claro ya que el Comit¨¦ de Seguridad del Estado de la URSS (KGB) estuvo implicado en los tr¨¢gicos acontecimientos de Brasov en 1987, encauzando el inmenso descontento de la poblaci¨®n en aquella sublevaci¨®n frustrada. Nadie duda tampoco de que -con su grado de informaci¨®n, sin parang¨®n en el Oeste- Mosc¨² sab¨ªa llegada la hora de poner fin a la dictadura.
Ceaucescu anunciaba un desarme "en bien del proceso de paz y distensi¨®n", y mandaba al Ej¨¦rcito a constituir brigadas de construcci¨®n de sus megal¨®manos proyectos mientras rearmaba a su siniestra polic¨ªa pol¨ªtica para controlar al propio Ej¨¦rcito.
El Pacto de Varsovia ha sido en los ¨²ltimos 10 d¨ªas de diciembre de 1989 factor fundamental de la victoria del pueblo.
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