El Rey pide a los militares que asuman con disciplina los sacrificios derivados de la reforma castrense

El Rey reclam¨® ayer a los militares que asuman con disciplina "los sacrificios y las renuncias" derivados de la puesta en marcha de la reforma de las Fuerzas Armadas. En el discurso que pronunci¨® con motivo de la Pascua Militar, don Juan Carlos record¨® que la asunci¨®n de la democracia por parte de los profesionales de la milicia incluye la aceptaci¨®n de algunas limitaciones en sus derechos, inherentes a la condici¨®n de militar. En cuanto al Gobierno, el Monarca le pidi¨® que aplique la pol¨ªtica encaminada a modernizar los Ej¨¦rcitos "con la prudencia y meditaci¨®n hasta ahora observados".

El malestar provocado en numerosos sectores de las Fuerzas Armadas por la ley del Personal Militar, cuya dif¨ªcil puesta en pr¨¢ctica se inici¨® el pasado 1 de enero, y los casos de presunta insubordinaci¨®n protagonizados por individuos, como el coronel Mart¨ªnez Ingl¨¦s, o por colectivos, como los pilotos de la Fuerza A¨¦rea, estuvieron presentes, de forma m¨¢s o menos impl¨ªcita, en los discursos que tanto el Rey como el ministro de Defensa, Narc¨ªs Serra, pronunciaron con motivo de la Pascua Militar. A ello se suma la incertidumbre ante las consecuencias que para el futuro de los Ej¨¦rcitos tendr¨¢n los acuerdos sobre desarme convencional que se negocian en Viena.El Rey record¨® que la disciplina es una caracter¨ªstica fundamental de la milicia, "que no puede modificarse o suprimir se, porque ello significar¨ªa la alteraci¨®n fundamental de la propia esencia" de la profesi¨®n militar. Frente a quienes creen que la disciplina est¨¢ re?ida con la libertad, don Juan Carlos sostuvo que ¨¦sta "es en realidad su m¨¢s firme apoyo".El Monarca llam¨® a los integrantes de las Fuerzas Armadas a aceptar el sistema democr¨¢tico "sin recelos ni temores", pero les advirti¨® que la aceptaci¨®n de la democracia "exige que sepamos adaptarnos a ella". En democracia, dijo el Rey, los derechos de los militares est¨¢n sujetos a "limitaciones ineludibles que todos debemos respetar, porque en caso contrario caer¨ªamos en la confusi¨®n y en el desorden".Ante la proliferaci¨®n de intervenciones p¨²blicas de militares, recomend¨® utilizar "los canales previstos" para exponer las reivindicaciones y record¨® que "esforzarse en poner de manifiesto s¨®lo los rasgos negativos no es lo m¨¢s aconsejable". "Ninguna desilusi¨®n debe influir en nosotros hasta el punto de que generalicemos la propia frustraci¨®n", agreg¨®.

Al Gobierno, por su parte, le encomend¨® que contin¨²e el proceso de modernizaci¨®n de los Fuerzas Armadas "con la prudencia y meditaci¨®n hasta ahora observadas" y se mostr¨® convencido de que "la serenidad presidir¨¢ todas las decisiones" del Ejecutivo.

El Rey no se refiri¨® a la pol¨¦mica sobre la autodeterminaci¨®n, aunque lo hizo impl¨ªcitamente al recordar que una de las misiones de los Ej¨¦rcitos es defender la "integridad territorial" de Espa?a o cuando aludi¨® a la existencia en la democracia de "problemas inevitables o controversias, que son signo de madurez y fruto del propio ejercicio de la libertad".

Antes de concluir su discurso, hizo "una dolorosa menci¨®n a los compa?eros que han sido v¨ªctimas del terrorismo" y expres¨® su esperanza de que "desaparezca esa plaga criminal".