Los empresarios argentinos quieren pagar sus deudas con 'bonex'
CARLOS ARES El sistema financiero argentino qued¨® prendido con alquileres tras atravesar los dos d¨ªas considerados claves, cuando venc¨ªa la mayor¨ªa de los dep¨®sitos en australes a plazo fijo. El banco central reemplaz¨® la moneda por un t¨ªtulo p¨²blico, y los bancos s¨®lo pod¨ªan devolver a los clientes hasta un mill¨®n en australes. As¨ª, el Gobierno se quit¨® de encima la llamada deuda interna, pero soporta ahora la presi¨®n de empresarios y bancos, que quieren pagar sus deudas con ese bono (bonex).
El papel, que a¨²n no fue impreso y del que se emitir¨¢n unos 3.000 millones de d¨®lares, se cotizaba ayer al 45% de su valor nominal, a pesar de que el Gobierno prometi¨® que sostendr¨ªa su paridad con relaci¨®n al d¨®lar.Los empresarios insisten en que las deudas que ten¨ªan con los bancos el 31 de diciembre de 1989, calculadas en relaci¨®n al d¨®lar, van a aumentar despu¨¦s de que el Gobierno decidiera imponer esta brusca reducci¨®n de un 60% de los australes circulantes. Por su parte los bancos no quieren recibir los bonex para saldar cuentas pendientes. La disputa se traslad¨® al Gabinete del presidente Menem, que debi¨® intervenir a favor del ministro de Econom¨ªa, Antonio Gonz¨¢lez, frente a las posiciones del canciller, Domingo Cavallo. El director del Banco Central, Felipe Murolo, que integra el equipo econ¨®mico de Cavallo, renunci¨® al cargo que hab¨ªa asumido hace s¨®lo cinco d¨ªas. A su vez, Cavallo neg¨® ayer su propia renuncia.
'Muerto comercial'
El ministro Gonz¨¢lez dijo que las empresas no podr¨¢n liquidar sus pasivos con bonex, pero las autoriz¨® a pagar los impuestos con esos t¨ªtulos. El secretario de Estado de Ingresos P¨²blicos, Ra¨²l Cuello, admiti¨® que la pr¨®rroga en el vencimiento de los impuestos de emergencia aprobados hace un mes se debe a que "no hay australes para pagarlos y la recaudaci¨®n es muy baja".
En la pr¨¢ctica, el bonex es un muerto comercial con el que nadie quiere cargar. Es posible que sea un buen negocio a largo plazo, tal como aseguran los funcionarios, pero en la situaci¨®n econ¨®mica actual de Argentina nadie espera ni conf¨ªa. La mayor¨ªa de los inversores ignoran la abrumadora campa?a del Gobierno, que pide colaboraci¨®n. El alza en la cotizaci¨®n del d¨®lar no cede a pesar de la fulminante reducci¨®n de los australes en circulaci¨®n.
Los bancos devolv¨ªan ayer hasta un l¨ªmite de entre 300.000 y 500.000 australes de promedio. El resto, hasta el mill¨®n en efectivo, lo depositaban en cuentas de ahorro por las que ofrec¨ªan entre el 60% y el 80% de inter¨¦s mensual para conformar a sus clientes. El p¨²blico reaccionaba de forma hist¨¦rica y algunos citaron a escribanos que levantaron actas para poder iniciar demandas ante los tribunales de comercio. El Banco de la Provincia de Buenos Aires reparti¨® caf¨¦ gratis a sus clientes durante toda la tarde para que soportaran con calma la espera en las colas.
Los conflictos pol¨ªticos en el seno del Gobierno contribuyen a la ola de rumores que altera los nervios de los inversores. Los precios de la mayor¨ªa de los productos no han bajado despu¨¦s de la estampida de Nochevieja, cuando subieron entre el 100% y el 200%, y se perciben ya los efectos de la grave recesi¨®n.
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