La CE tratar¨¢ de definir un modelo de asociaci¨®n con el Este

El vicepresidente de la Comisi¨®n Europea, Frans Andriessen, inicia hoy una visita a Checoslovaquia, Bulgaria y Ruman¨ªa con el objetivo de ampliar las ayudas de la CE a estos tres pa¨ªses que parecen alcanzar ya el baremo democr¨¢tico impuesto por la CE para abrir su cooperaci¨®n con el Este. La Comunidad aceptar¨¢ en breve el restablecimiento de las relaciones diplom¨¢ticas con Ruman¨ªa, solicitado por las nuevas autoridades del pa¨ªs con el respaldo de Francia. Pero la CE necesita definir el modelo institucional de asociaci¨®n con el Este.Los contactos que mantendr¨¢ Andriessen con las autoridades checas y rumanas, as¨ª como con miembros del Gobierno y de la oposici¨®n en Bulgaria, servir¨¢n de punto de referencia para definir el modelo de relaciones con el bloque del Este, la aut¨¦ntica prioridad de la Comunidad este a?o y que ser¨¢ objeto de discusi¨®n en el Consejo informal de Ministros de Asuntos Exteriores de la CE que se celebrar¨¢ el pr¨®ximo d¨ªa 20 en Dubl¨ªn.

El pasado d¨ªa 4 el Colegio de Comisarios de la CE celebr¨® un nuevo seminario de reflexi¨®n sobre el nuevo esquema de cooperaci¨®n. Aunque en la voluntad de apertura no existe duda alguna, los cauces institucionales no est¨¢n claros. En la Comisi¨®n Europea parece precipitada la f¨®rmula de una confederaci¨®n lanzada por el presidente franc¨¦s, Fran?ois Mitterrand, cuando a¨²n no se sabe si ¨¦se ser¨¢ el recurso que elegir¨¢n los doce para llevar a cabo el objetivo de la uni¨®n pol¨ªtica de la CE o si ser¨¢n capaces de embarcarse en una aut¨¦ntica federaci¨®n europea. Esta ¨²ltima f¨®rmula, m¨¢s ambiciosa, plantea graves problemas internos de competencias en pa¨ªses como B¨¦lgica o la RFA.

La mayor¨ªa de los comisarios, incluido el presidente Delors, son partidarios de acuerdos bilaterales con cada uno de los pa¨ªses del Este. Pero la necesidad, de un cuadro general de referencia surge con m¨¢s fuerza, y la f¨®rmula apuntada es la de establecer un modelo de asociaci¨®n similar al que la CE mantiene con pa¨ªses como Turqu¨ªa. La Comunidad trata de no volver a quedar desbordada por la rapidez de los acontecimientos, como sucedi¨® con los acuerdos de cooperaci¨®n con Hungr¨ªa y sobre todo Polonia, cuyo contenido tuvo que ser ampliado a pocas semanas de la firma.

Con la RDA est¨¢ a punto de firmarse un acuerdo comercial reducido a los intercambios industriales que es claramente insuficiente, si bien este pa¨ªs representa un caso especial, dado que nadie pone en cuesti¨®n que, a medio plazo, puede unificarse con la RFA e integrarse en la CE.

Checoslovaquia plantear¨¢ ampliar su acuerdo industrial con la CE y Bulgaria reconvertir¨¢ el proyecto de acuerdo comercial en un tratado de cooperaci¨®n econ¨®mica a imagen de los obtenidos por Polonia, Hungr¨ªa y la URSS. Ruman¨ªa, el primer pa¨ªs del Este que tuvo un acuerdo con la CE, persigue el mismo objetivo, pero antes necesita reanudar las relaciones diplom¨¢ticas rotas por la CE en los ¨²ltimos estertores del r¨¦gimen de Ceaucescu. La Comunidad es, sin embargo, prudente. De momento, la movilizaci¨®n de ayuda se ha concretado en env¨ªos de urgencia, cuyo ¨²ltimo ejemplo son los 7.500 millones de pesetas en alimentos y medicinas a Ruman¨ªa. Con Polonia est¨¢ ya en marcha un segundo plan de este tipo por valor de 20.000 millones.

El grupo de los 24 pa¨ªses occidentales integrados en la operaci¨®n Faro de ayuda a Polonia y Hungr¨ªa, coordinada por la Comisi¨®n Europea, ha anunciado aportaciones por valor de 680.000 millones de pesetas, cuya entrega est¨¢ condicionada a los planes de ajuste a firmar con el Fondo Monetario Internacional (FMI). A ellos se a?adir¨¢n los 1,3 billones de pesetas del capital del Banco Europeo de Reconstrucci¨®n y Desarrollo, verdadera futura piedra angular de la cooperaci¨®n occidental con Europa central y del Este. Pero las financiaciones estar¨¢n en concordancia con los pasos que cada pa¨ªs d¨¦ hacia el pluralismo democr¨¢tico y la creaci¨®n de una econom¨ªa de mercado.