Dos regresos
Ayer mismo se puso a la venta en Francia la ¨²ltima novela de Milan Kundera, La inmortalidad. El texto ha sido traducido del checo por Eva Bloch y ha sido editado en la colecci¨®n NRF de Gallimard. Desde 1978, Kundera vive en Par¨ªs, en el barrio de Montparnasse, y desde 1981 cuenta con la nacionalidad francesa. Hasta este momento, sin embargo, no hab¨ªa escrito nada ambientado en el, pa¨ªs de su residencia. Ahora, por fin, lo ha hecho.El libro se apoya en tres fuentes de inspiraci¨®n: el absurdo del mundo actual, una reflexi¨®n sobre la cultura europea en general y, por fin, una descripci¨®n de los mecanismos del erotismo y de la soledad en torno a la figura central de una mujer, Agnes, soporte de sus ideas sobre el cuerpo, el tiempo y sus bien conocidas iron¨ªas sobre los episodios carnales.
El libro, que promete de nuevo convertirse en best seller y acontecimiento del comienzo de la d¨¦cada, tiene en Estados Unidos Ia contrapartida de la reciente aparici¨®n de Vineland (Vi?edo) (Little, Brown), la ¨²ltima entrega de Thomas Pynchon, tras nada menos que casi 17 a?os de silencio. Seg¨²n las referencias, en el libro de Pynchon pueden ser identificadas las correr¨ªas sociales de algunos tipos bien conocidos a trav¨¦s de los medios de comunicaci¨®n de masas, lo que ya ha contribuido a acrecentar las ventas.
Finalmente, en torno al mundo de los negocios, Jean-Louis Servan-Screiber y su mujer, Perla, acaban de publicar un grueso volumen sobre los empresarios y sus comportamientos en diferentes partes del mundo. El t¨ªtulo es Le m¨¦tier de patron (El oficio de patr¨®n), oportunamente coincidente con la idea de que el empresario es ya, a modo de paradigma, el nuevo h¨¦roe de nuestro tiempo.
La moda del Este
En Espa?a ya se conoce el spot de Pepsi-Cola ambientado en las calles de Mosc¨² y que fue empezado a difundir en Estados Unidos hace a?o y medio. Pero no es ¨¦ste el ¨²nico ejemplo de la utilizaci¨®n como reclamo publicitario de la nueva y positiva imagen que en Occidente han cobrado los pa¨ªses socialistas reconvertidos a la libertad y la democracia. La Lowembrau ha rodado un filme publicitario con un escenario de los a?os treinta y en cuyo desarrollo un supuesto moscovita reemplaza, en el emblema comunista, el martillo por una ca?a de cerveza. Tambi¨¦n en Italia, Barilla, la marca m¨¢s importante de pastas, ha producido un anuncio en que, entre evocaciones al hogar, la nostalgia de la mesa familiar y otros motivos de ternura, se recoge la escena de una pareja en supuesto viaje de bodas que se lanza bolas de nieve en la plaza Roja, mientras un sonriente moscovita los fotograf¨ªa.Por otra parte, en numerosas capitales de Occidente, empezando por Madrid, han aparecido unos relojes de inspiraci¨®n sovi¨¦tica con estrella roja en la esfera (existen va en tiendas y grandes almacenes), que se suman a la nueva obsesi¨®n por el estilo conspicuamente
En Par¨ªs, en la Rue de la Paix, el joyero Fr¨¦dric Bry ha encontrado desde hace unos meses una pr¨®spera divisi¨®n de su negocio en la venta de piezas y relojes con el certificado de garant¨ªa expedido en caracteres cir¨ªlicos.
El 19, el 20 y el 21 de este mes, precisamente tambi¨¦n en Par¨ªs, en el Grande Hall de la Villete, tendr¨¢ lugar un magno encuentro con unos 200 artistas de la Alemania del Este Representantes de todos los ¨¢mbitos culturales, desde el jazz a los comics, desde la escultura al v¨ªdeo, la pintura, la poes¨ªa o el rock del otro lado, acudir¨¢n a cambiar impresiones y realizar obras conjuntas con sus colegas occidentales en una sucesi¨®n de happenings y conferencias abiertas al p¨²Un contrapunto. Mientras en el mundo capitalista se auspician estos jolgorios, en la capital sovi¨¦tica la penuria y la creciente inflaci¨®n est¨¢n inclinando a los m¨¢s pudientes por la compra masiva de objetos art¨ªsticos y joyas don de poner sus fondos a recaudo. Seg¨²n las informaciones en los ¨²ltimos meses la venta de alhajas, oro y brillantes ha aumentado en un 45% y se venden cuatro veces m¨¢s brillantes que el a?o pasado. Por su lado, los vendedores de antig¨¹edades, que ahora visitan vorazmente las chamariler¨ªas y viviendas rurales, est¨¢n obteniendo en sus operaciones unos beneficios calculables en el 3.000%.
Renacimiento de Harlem
El fen¨®meno no es estrictamente nuevo, pero ha seguido consolid¨¢ndose en los dos ¨²ltimos a?os. Pese a la existencia del tr¨¢fico de droga y la persistencia de zonas en las que no se encuentra bien garantizada la seguridad ciudadana (pero ?d¨®nde lo est¨¢?), Harlem ha comenzado a renacer. La clase media neoyorquina, que hab¨ªa rehusado cualquier emplazamiento en ese barrio, comienza a instalarse en el creciente n¨²mero de viviendas rehabilitadas.La mayor¨ªa de los nuevos residentes proceden de Brooklyn, adonde emigraron, y empiezan a disfrutar de un florecimiento cultural, social y financiero que parec¨ªa impensable hace pocos a?os. La raz¨®n del despegue se debe ante todo a la iniciativa de la alcald¨ªa de Nueva York, que ha adquirido casi el 70% de la superficie de Harlem y ha desarrollado un ambicioso plan de saneamiento. Un 50% de los solares ser¨¢n edificados y explotados directamente por el municipio, y la otra mitad se ha ofrecido a las iniciativas de promotores privados. El famoso local L'Apollo Theatre, en la calle 125, templo del mejor jazz hist¨®rico, ha reabierto con gran ¨¦xito sus puertas, y para dentro de unos meses se anuncia la reinauguraci¨®n del mismo Cotton Club, que remite como un s¨ªmbolo completo a la ¨¦poca dorada de hace medio siglo.
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