El ancla del SME
El sistema de paridades europeo gana terreno
La otra medida ha sido pasar de una banda de fluctuaci¨®n del 6% en ambos sentidos -en m¨¢s y en menos- a una banda de fluctac¨ª¨®n denominada estrecha, del 2,25% en ambos sentidos. El pase de banda se produjo tras 10 a?os de permanencia de la lira en la banda ancha.Pero para hacerse una idea del significado de la medida ser¨ªa necesario comenzar por entender que es esa historia del SME. Europa, desde la firma del tratado de Roma -que di¨® origen a la Comudidad Europea (CE)-, ha buscado diversas f¨®rmulas de marchar hacia una estabilidad monetaria propia, una regi¨®n monetaria que identificara al bloque de naciones que componen este acuerdo econ¨®mico. Tras diversas experiencias, se adopt¨® un sistema de paridades laxas, pero no libres. El eje sobre el cual han girado las distintas versiones del sistema ha sido una moneda equivalente a la que todas las divisas comunitarias puedan traducirse. La invenci¨®n, ya que fisicamente no exist¨ªa, se denomin¨® unidad de cuenta europea, y como su nombre indica fue pensada inicialmente como simple elemento contable unificado al cual se pod¨ªan traducir los cr¨¦ditos y d¨¦bitos de las naciones europeas entre s¨ª para dar una base com¨²n a todas las transacciones, que, como los diversos subsidios y compensaciones, dependen de Bruselas.
El sistema actual ha anclado cada moneda europea a una paridad central frente al ECU, y a una paridad central, derivada de aquella, para cada moneda entre s¨ª. Pero como un sistema r¨ªgido en un mundo que vive grandes sobresaltos monetarios pod¨ªa estallar, se dot¨® de un margen de elasticidad a esas paridades. De tal forma que las monedas tienen una libertad de movimiento entre s¨ª y con el ECU que se denomina l¨ªmite de divergencia. Tradicionalmente las monedas m¨¢s fuertes y m¨¢s estables optaron por una banda estrecha de divergencia, que es del 2,25% en m¨¢s y en menos, mientras que las monedas m¨¢s d¨¦biles adoptaron una banda ancha. La peseta es, de las divisas que conforman el SME, la ¨²nica que mantiene en este momento la banda del 6%.
Balanza de pagos
Mientras que el esquema es simple, las consecuencias derivadas de una estructura de estas caracter¨ªsticas son complejas. Es necesario se?alar que Gran Breta?a se ha negado a formar parte del SME postergando su ingreso al acuerdo monetario en aras de una independencia econ¨®mica. Por su parte Grecia y Portugal a¨²n no han entrado en el sistema, mientras que Espa?a adelant¨® su participaci¨®n respecto del calendario previsto. Las objecionesbrit¨¢nicas son bien simples. Al no atar su moneda, a paridades prestablecidas puede jugar con el tipo de cambio de la moneda para defender su balanza corriente. Si exporta menos, deja bajar el valor de la libra con el objetivo de abaratar sus productos y vender m¨¢s en el exterior. Este sistema independiza los costos de producci¨®n internos -precio de la mano de obra, tasas de inflaci¨®n- de las del resto de la CE y permite un juego pol¨ªtico interno m¨¢s el¨¢stico.
Curiosamente Espa?a ha optado por el modelo antag¨®nico. El gobierno espa?ol considera que atar la peseta al SME es imponer una disciplina monetaria externa a los movimientos internos de la econom¨ªa. Lo que obliga a que la tasa de inflaci¨®n espa?ola est¨¦ en l¨ªnea con la del resto de la CE, y por lo tanto los incrementos de salarios y costes diversos. Esta idea nace de que la competitividad basada en los movimientos de la moneda es inconducente. Hace dos semanas The Economist, la prestigiosa revista brit¨¢nica, hizo tabla rasa con los argumentos del gobierno de Margaret Thatcher, preconizando un sistema de paridades fijas y una uni¨®n monetaria europea, al se?alar que la exeriencia de Estados Unidos, con una fuerte ca¨ªda del valor del d¨®lar desde 1985 no ha logrado reflotar su balanza por cuenta corriente ni su balanza comercial. Estamos atravesando un per¨ªodo en el cual jugar a las paridades no rinde frutos en materia de equilibrios comerciales. La elecci¨®n parece simple y la decisi¨®n espa?ola acertada.
Francia ha sido particularmente eficaz a la hora de ir ajustando en forma progresiva las vicisitudes internas de su econom¨ªa a las econom¨ªas con menor ¨ªndice de inflaci¨®n de la CE, en especial la de la Rep¨²blica Federal de Alemania (RFA). Esta pol¨ªtica permiti¨® al pa¨ªs vecino mantener sus niveles de competitividad. El argumento a?adido de ese ¨¦xito pol¨ªtico, que tambi¨¦n persiguen Espa?a e Italia, e
convencer a la RFA de que una uni¨®n monetaria europea no tiene porqu¨¦ suponer para ese para "importar" los desequilibrios de las econom¨ªas m¨¢s d¨¦biles de la regi¨®n, principal reparo germano para la uni¨®n monetaria.
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