El C¨¢ucaso, en llamas
LAS NOTICIAS que llegan de Bak¨² son aterradoras. Hasta ahora se han registrado oficialmente 34 muertes, pero los pogromos de la poblaci¨®n armenia de Azerbaiy¨¢n contin¨²an. Mientras, en Eriv¨¢n, capital de Armenia, el pueblo se manifiesta masivamente pidiendo medidas para impedir esas acciones criminales y se forman grupos armados para ir a defender a los "hermanos" en peligro. Se trata de un estado de guerra civil, que puede agravarse en breve plazo.El conflicto entre armenios y azer¨ªes comenz¨® hace dos a?os a prop¨®sito de la disputa del territorio de Nagorno-Karabaj, cuya poblaci¨®n es en mayor¨ªa armenia, pero que forma parte legalmente de la rep¨²blica de Azerbaiy¨¢n. Cuando el Soviet Supremo de Nagorno-Karabaj pidi¨® que su regi¨®n fuese incorporada a Armenia, los azer¨ªes reaccionaron violentamente. El Frente Popular de Azerbaiy¨¢n, que naci¨® con un talante reformista pidiendo democracia y autonom¨ªa, gir¨® hacia un nacionalismo rabiosamente antiarmenio. En la base del conflicto est¨¢ el odio ancestral entre azer¨ªes musulmanes y armenios cristianos. Adem¨¢s, los azer¨ªes son shi¨ªes y hasta ellos ha llegado la tendencia al fanatismo que tanto ha fomentado Teher¨¢n en esa rama del islam.
A partir de entonces se han multiplicado los actos de violencia y los muertos se cuentan ya por centenares. Desde hace meses Armenia est¨¢ sometida a un bloqueo total; Azerbaiy¨¢n impide el paso de trenes o los retrasa durante meses para que lleguen cargados de productos podridos. La pol¨ªtica de Gorbachov ante el conflicto ha sido de contemporizaci¨®n ante elsalvajismo de los azer¨ªes, que han gozado hist¨®ricamente de un trato de favor por parte del Gobierno de Mosc¨². Temeroso del impacto que podr¨ªa tener el retorno de Nagomo-Karabaj a Armenia, decidi¨® colocar esa regi¨®n bajo una administraci¨®n especial, vinculada a Mosc¨². Pero hace dos meses, presionado por Bak¨², anul¨® esa medida. Esa vacilaci¨®n ha servido para encender a¨²n m¨¢s los odios en Azerbaiy¨¢n. Como ocurre en muchos conflictos nacionales, una pasi¨®n irracional ha convertido el caso de NagornoKarabaj en una demanda sagrada ante la cual se desvanece el m¨ªnimo sentido com¨²n.
Mosc¨² ha anunciado la adopci¨®n de medidas de excepci¨®n para evitar una extensi¨®n de la guerra civil. Pero, hasta ahora, las tropas enviadas no han podido restablecer un m¨ªnimo de orden. Han sido paralizadas en ciertos casos por grupos armados, ayudados por funcionarios locales que hacen causa com¨²n con los nacionalistas. De hecho, se ha producido un grav¨ªsimo vac¨ªo de poder, que ya se reflej¨® en la vacilaci¨®n de Mosc¨² ante el bloqueo de Armenia, pero que ahora puede tener consecuencias a¨²n m¨¢s tr¨¢gicas.
Adem¨¢s del problema m¨¢s apremiante de las medidas a adoptar en Azerbaiy¨¢n, el Gobierno sovi¨¦tico tiene que afrontar un ampl¨ªsimo movimiento centr¨ªfugo, con formas diversas, que afecta a muchas de las naciones de la URSS. Por todas partes se observa una p¨¦rdida neta de la autoridad moral y pol¨ªtica del Gobierno central. Incluso entre los armenios, que necesitan de modo angustioso que se les defienda, hay una creciente desconfianza hacia la pol¨ªtica de Gorbachov, quien encontrar¨¢ serias dificultades para convencer a los movimientos nacionales, en los que las tendencias extremistas y pasionales parecen adquirir mayor peso, de su proyecto de reforma radical de la federaci¨®n. En este sentido, el presidente sovi¨¦tico no hace m¨¢s que cargar con las secuelas de un terrible pasado. Los acontecimientos del C¨¢ucaso ponen de relieve hasta qu¨¦ punto el fracaso hist¨®rico del sistema sovi¨¦tico puede provocar, como reacci¨®n, un salto atr¨¢s hacia los nacionalismos m¨¢s exacerbados, origen y causa de algunas de las etapas m¨¢s sombr¨ªas de la reciente historia del mundo.
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