Bob Beamon
8,90 metros, un m¨ªtico r¨¦cord a¨²n vigente
Bob Beamon, 21 a?os y tres meses justos despu¨¦s de su haza?a en los Juegos Ol¨ªmpicos de M¨¦xico, saltar 8,90 metros, record¨® ayer en Madrid aquel momento: "Fue excitante. Lo mejor que ocurri¨® en mi vida, porque consegu¨ª esa marca en el d¨ªa, la competici¨®n y el momento exactos". La m¨ªtica plusmarca sigue vigente a¨²n. Quiz¨¢ ese 18 de octubre de 1968 supuso el t¨¦rmino de la progresi¨®n humana. Por que Beamon dice: "Lo m¨¢s triste de que los atletas se droguen es pensar que el hombre haya alcanzado su l¨ªmite y s¨®lo pueda superarse con ayudas externas".Beamon, que en agosto cumpli¨® ya los 50 a?os, conserva impecable su aspecto de atleta "Todos los d¨ªas, durante una hora, hago ejercicios y corro unos kil¨®metros, nunca m¨¢s de tres, pero muy r¨¢pidos. Es importante mantenerse en forma con el coraz¨®n y los pulmones limpios. Haciendo deporte me siento saludable". Hoy estar¨¢ en Barcelona para terminar su cielo de conferencias, invitado por la Asociaci¨®n Espa?ola de Periodistas Deportivos. Visitar¨¢ el estadio de Montju?c, pero evitar¨¢ la tentaci¨®n de saltar. "Despu¨¦s de aquella marca tan fabulosa dej¨¦ de sentir la motivaci¨®n para seguir saltando. Mi prop¨®sito fue encontrar algo excitante fuera del deporte. Para cualquier n¨²mero uno es dif¨ªcil seguir, como le pas¨® a Mohamed Al¨ª, para m¨ª el mejor deportista de todos los tiempos. No he conocido a ninguna persona en el mundo que no supiera qui¨¦n es".
Despu¨¦s de aquel salto Beamon volvi¨® a la Universidad y viaj¨® mucho. El mundo entero quiso que 61 mismo explicara c¨®mo hab¨ªa podido llegar tan lejos. "Me han preguntado que si una misteriosa corriente de aire me ayudo en el salto. Miro detr¨¢s de m¨ª y nunca veo nada. S¨®lo puedo repetir que en M¨¦xico, por la altitud, nunca hay viento. S¨ª digo, en cambio, que al nivel del mar no hubiera llegado tan lejos".
A¨²n contin¨²a dando vueltas al mundo explicando su gesta. Ya ha estado varias veces en Espa?a, y dice que quisiera quedarse a vivir aqu¨ª, que podr¨ªa trabajar para el Comit¨¦ Ol¨ªmpico Espa?ol y con los ni?os. ?l ahora est¨¢ casado, tiene un hijo, dirige un complejo deportivo en Miami (EE UU) y tiene varias compa?¨ªas relacionadas con el patrocinio ol¨ªmpico. En sus conferencias ha a?adido la importancia de ense?ar al ni?o a jugar, no a competir: "En Estados Unidos tenemos atletas que compiten contra los mejores desde edades muy tempranas. Cuando se es joven hay que disfrutar del deporte. De lo contrario sucede que a los 18 a?os ya se est¨¢ cansado y se deja todo".
?l empez¨® a saltar a los ocho a?os. Saltaba las aceras, los ra¨ªles del tren, desde los barcos... "Es importante conocerse a s¨ª mismo f¨ªsicamente. El atleta tiene que saltar todos los d¨ªas, ir descubriendo sus errores, estudiar la t¨¦cnica; es como s¨ª ensayara una obra para no cometer ninguna equivocaci¨®n el d¨ªa del estreno. S¨®lo aceptando la rutina diaria de los entrenamientos se puede competir luego bien".
Niega la superioridad de la raza negra para el atletismo -"a los negros nos encanta el deporte y lo ¨²nico que hacemos es entrenarnos m¨¢s"- y s¨®lo reconoce que su color le caus¨® algunos problemas en Estados Unidos, "porque hubo muchas dificultades en los a?os sesenta". Para Carl Lewis no tiene m¨¢s que palabras de elogio y dice que su estilo es inimitable, por la gran velocidad que imprime a su carrera antes de saltar". "Yo, no era tan r¨¢pido. Lo que hac¨ªa bien era saltar en el aire gracias a mis m¨²sculos abdominales".
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