Salvador Dal¨ª quiso cambiar su testamento pocos d¨ªas antes de fallecer
Un notario estuvo en la cl¨ªnica a disposici¨®n del pintor, que olvid¨® o cambi¨® su prop¨®sito
JORDI BUSQUETS J. J. NAVARRO ARISA Salvador Dal¨ª lleg¨® el 28 de noviembre de 1988 a la cl¨ªnica Quir¨®n de Barcelona en un estado preocupante a sus 84 a?os. Horas despu¨¦s, un parte m¨¦dico hablaba de "insuficiencia cardiorrespiratoria aguda por infecci¨®n y tromboembolismo pulmonar".
Sin embargo, Dal¨ª segu¨ªa siendo una caja de sorpresas viviente. A su manera confusa pero l¨²cida, pidi¨® que le instalasen un televisor en la habitaci¨®n "Se enteraba de todo, pero ten¨ªa una falla de expresi¨®n y, si ten¨ªas contacto con ¨¦l por vez primera, costaba mucho entenderlo", cuenta un miembro del personal m¨¦dico de la Quir¨®n. Antoni Pitxot coment¨®: '-'El muy pillo quiere el televisor para controlar lo que dicen de su salud".
Dal¨ª sali¨® de su estado cr¨ªtico dos d¨ªas m¨¢s tarde, y quienes le frecuentaban recuerdan "sus ganas de vivir y su miedo a morir". En torno al pintor estaba el c¨ªrculo de colaboradores y m¨¦dicos, ya t¨ªpico de sus anteriores estancias hospitalarias. El abogado Miguel Dom¨¦nech, el pintor Antoni Pitxot, Arturo Caminada (un testigo casi siempre mudo) y el alcalde de Figueres, Mari¨¤ Lorca, se turnaban junto a .Dal¨ª. Tambi¨¦n visit¨® varias veces la habitaci¨®n del pintor Joan Prat, fisioterapeuta de Figueres que en los ¨²ltimos tiempos acud¨ªa asiduamente a la Torre Galatea. La enfermera particular, Mar¨ªa Dolores, y la secretaria, Mar¨ªa Teresa, acompa?aron tambi¨¦n a Dal¨ª en Barcelona.
Llamada al alcalde
Uno de los d¨ªas en que Dal¨ª evolucionaba satisfactoriamente, llegando incluso a revisar las pruebas de un libro de poemas que hab¨ªa dictado -en castellano- entre 1985 y 1988, el alcalde de Figueres, Mari¨¤ Lorca, recibi¨® una llamada urgente del pintor "Es dif¨ªcil olvidar momentos como ¨¦se", recuerda Lorca; "entr¨¦ en la habitaci¨®n y hab¨ªa una enfermera y otras personas. Dal¨ª hizo se?as de que salieran todos, hizo que me acercara a ¨¦l y dijo: Quiero ser enterrado bajo la c¨²pula del Museo'). Se lo hice repetir, porque era dif¨ªcil entenderlo, pero a los que hab¨ªamos estado con ¨¦l nos era m¨¢s f¨¢cil. Repet¨ª otra vez sus palabras y le dije: 'Se?or Dal¨ª; ?me est¨¢ pidiendo esto exactamente?' Me hizo que s¨ª con la cabeza y a?adi¨®: 'No se lo digas a nadie'. Al salir, encontr¨¦ a Pitxot y se lo dije. Creo que es la ¨²nica vez que no he hecho caso de un deseo de Dal¨ª. Tambi¨¦n se lo dijimos a Dom¨¨nech". Antoni Pitxot confirma el hecho y recuerda que "Dal¨ª pidi¨®, personalmente y de modo muy claro, quedarse a solas con Lorca".
Pero Dal¨ª hizo algo m¨¢s que se?alar Figueres como lugar de enterramiento. Preguntado al respecto, Mari¨¤ Lorca reconoce que "Dal¨ª dijo algo m¨¢s, pero en aquel momento yo decid¨ª no divulgarlo y creo que ahora, por respeto a Dal¨ª y tal como se desarrollaron las cosas, mis labios deben quedar sellados". ?se "algo m¨¢s" que dijo Dal¨ª, pese a la discreci¨®n del alcalde de Figueres, s¨®lo pod¨ªa ser la intenci¨®n de modificar sus ¨²ltimas voluntades. ?nicamente ¨¦sto explica la presencia, durante un largo per¨ªodo de tiempo, del notario Jos¨¦ G¨®mez de la Serna en la cl¨ªnica Quir¨®n, presencia que este diario ha podido confirmar a trav¨¦s de distintas fuentes. Cuando se le pregunta espec¨ªficamente acerca de si Dal¨ª quiso cambiar su testamento, Marl¨¢ Lorca persiste en su mutismo y hace un ambiguo gesto de asentimiento. M¨¢s tarde, el alcalde de Figueres dir¨¢ que "hay cosas que uno se tiene que guardar para las memorias".
Algunos miembros del personal m¨¦dico, que conocieron la presencia del notario en la cl¨ªnica Quir¨®n, as¨ª como las personas allegadas al pintor, no ofrecen otra explicaci¨®n que la hip¨®tesis de que Dal¨ª quisiera modificar su testamento. "S¨®lo se hizo lo que Dal¨ª pidi¨®. No cabe hablar de presiones, ni de conspiraci¨®n para hacerle cambiar su testamento -cuyo contenido, por lo dem¨¢s, nadie conoc¨ªa ni pod¨ªa prever-, pero el hecho es que no lo cambi¨®", se?ala una persona al tanto de lo sucedido. El ¨²nico cambio que conciben las personas consultadas es que Dal¨ª quisiera favorecer a Catalu?a o a Figueres en sus ¨²ltimas voluntades. "En aquel momento, al margen de cualquier hip¨®tesis, no me sorprendi¨® en absoluto que Dal¨ª, hijo de notario, pidiera tener un notario en la cl¨ªnica", comenta otra persona allegada al pintor.
Sea como fuere, Dal¨ª, cuya lucidez y energ¨ªa eran fluctuantes debido a su dolencia y al tratamiento, no volvi¨® a mencionar la cuesti¨®n ni reclam¨® al notario que ten¨ªa a s¨®lo unos pasos de su habitaci¨®n. "Es posible que se olvidara del asunto o que le acometiera la indiferencia propia de la ancianidad; tambi¨¦n cabe la posibilidad de que creyera recordar que ya hab¨ªa modificado su testamento", explica uno de los m¨¦dicos que le atendieron. Por su parte, Marl¨¢ Lorca, que insiste en referirse s¨®lo a la decisi¨®n de Dal¨ª de ser enterrado en Figueres, opina: "Quienes lo ve¨ªamos a menudo en sus ¨²ltimos anos, sab¨ªamos que era un hombre muy calculador. Creo que ser enterrado junto a su obra era una cosa que ten¨ªa muy pensada". Antoni Pitxot, a su vez, dice que "Dal¨ª era un hombre deliberadamente entregado, al menos desde 1980, a una l¨²cida agon¨ªa. A m¨ª me hablaba de la muerte casi a diario, y un d¨ªa de 1981, antes de la muerte de Gala, me hab¨ªa dicho en Port Lligat: 'no dejes nunca que me entierren aqu¨ª al lado. Ll¨¦vame a Figueres'. Y eso era porque all¨ª [en el cementerio de Cadaqu¨¦s] estaba enterrado su padre [con el que Dal¨ª estuvo profundamente enemistado desde los a?os treinta] ".
La estancia en la cl¨ªnica Quir¨®n de Barcelona fue la pen¨²ltima de las hospitalizaciones de Salvador Dal¨ª. El 5 de diciembre de 1988, poco despues de abandonar la unidad de vigilancia intensiva, Dal¨ª recibi¨® la visita del rey Juan Carlos, "por quien siempre hab¨ªa sentido una devoci¨®n muy especial y muy intensa", recuerda Antoni Pitxot, y a quien entreg¨® su ¨²ltimo libro de poemas. El 14 de diciembre, con un parte m¨¦dico que daba de alta a Dal¨ª "tras superar su crisis cardiorrespiratoria", el pintor regres¨® a Figueres por ¨²ltima vez.
Babelia
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