Para una condesa descalza
Te escribo con urgencia, porque me dicen que te has muerto. Supongo que debo sentir tristeza, pero espero que t¨² sientas alivio. Fuiste, ya lo sabes, el nada oscuro objeto de nuestro deseo. Eras de las pocas que estaban a la altura de las circunstancias. Ya no quedan mujeres como t¨².Te conoc¨ª siempre arriba, en la pantalla, y por fin est¨¢s definitivamente all¨ª.
Sigues siendo lo que eras, una maravillosa confluencia de sombras y luces. Una vida humana no da para m¨¢s. Y, ahora, menos.
No veo raz¨®n para entristecerme del todo, porque para m¨ª sigues siendo lo que fuiste. Tal y como te conoc¨ª.
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