Ajuste fino versus' ajuste duro
El autor afirma que, seg¨²n los ¨²ltimos datos del Banco de Espa?a, la econom¨ªa espa?ola creci¨® el a?o 1989 un 4,8%, continuando la senda de crecimiento iniciada a mediados de 1985, con tasas de incremento del producto interior bruto del 5% anual, lo que la convierte en la de m¨¢s alto crecimiento de toda la OCDE.
Desde el a?o 1986, el crecimiento del PIB es debido a la aportaci¨®n de la demanda interna, mientras que la demanda externa tuvo una aportaci¨®n negativa. Tanto es as¨ª que si el crecimiento real de las exportaciones hubiera sido similar al de las importaciones, el crecimiento del PIB anual hubiera superado el 7%.En un pa¨ªs de econom¨ªa abierta como la espa?ola, con un diferencial de inflaci¨®n de hasta dos puntos con respecto al resto de los pa¨ªses de la Comunidad Europea y con un crecimiento basado en la demanda interna, la pol¨ªtica econ¨®mica se orient¨® hacia el mantenimiento de un tipo de cambio estable para la peseta con una pol¨ªtica monetaria restrictiva y una pol¨ªtica fiscal. expansiva.
En los seis primeros meses del a?o la demanda nacional creci¨® un.8,1%, alcanzando la diferencia entre el crecimiento de la demanda nacional y el crecimiento del producto interior bruto su valor m¨¢ximo desde el a?o 1985.
El crecimiento acelerado de la demanda agregada, superando a la oferta, agrav¨® el desequilibrio del sector exterior y las tensiones inflacionistas. Este escenario se completaba con un crecimiento excesivo de las magnitudes monetarias y de la financiaci¨®n crediticia al sector privado que desbordaba las previsiones en la autoridad monetaria.
En los meses siguientes se hizo evidente el riesgo de que estos desequilibrios desembocasen en una ruptura brusca de la senda de crecimiento de la econom¨ªa espa?ola. Los principales indicadores de convergencia nominal de la econom¨ªa espa?ola con los niveles medios de los pa¨ªses del SME (precios, costes y saldo de la balanza corriente) empeoraron, lo que crea graves dificultades de adaptaci¨®n a los requisitos de competitividad del Mercado ¨²nico Europeo.
Para corregir estas desviaciones, las autoridades han adoptado diversas medidas monetarias y fiscales a lo largo del a?o. En el mes de mayo, con el objeto de moderar el crecimiento econ¨®mico, se recortaron los gastos presupuestarios en 197.000 millones de pesetas reasignados en beneficio de las econom¨ªas dom¨¦sticas peor dotadas, as¨ª como la elevaci¨®n del coeficiente de caja y adelanto del pago a cuenta del impuesto de sociedades por un importe de unos 135.000 millones de pesetas.
Recalentamiento
Todos los indicadores econ¨®micos reflejaban a finales de junio que el recalentamiento de la econom¨ªa continuaba; en esta situaci¨®n, la autoridad adopt¨® un conjunto, de medidas financieras y fiscales para ayudar a desacelerar la demanda interna con el objeto de aliviar los desequilibrios en el sector exterior y la inflaci¨®n.
En el orden fiscal, las medidas se orientaron a drenar recursos del sistema, mediante el incremento de las retenciones a cuenta sobre los rendimientos del capital mobiliario en el impuesto sobre la renta de las personas f¨ªsicas y en el impuesto sobre sociedades; el incremento del tipo de gravamen del impuesto sobre la renta de las personas fisicas y del impuesto sobre sociedades aplicables a no residentes sin establecimiento permanente, y, por ¨²ltimo, se modific¨® igualmente el tipo de gravamen del impuesto de sociedades aplicable a determinadas entidades.
En el aspecto monetario se regularon determinadas operaciones de seguro por estimar que son operaciones financieras t¨ªpicas bancarias y que por el volumen alcanzado incidieron en la pol¨ªtica monetaria.
Se estableci¨® la obligaci¨®n de la retenci¨®n a cuenta sobre los rendimientos obtenidos por los titulares de cuentas financieras basadas en operaciones sobre letras del Tesoro.
Y, finalmente, se estableci¨® la retenci¨®n de los rendimientos del capital mobiliario satisfechos a terceros por entidades financieras, como consecuencia de la transmisi¨®n, total o parcial, de cr¨¦ditos.
Estas medidas fueron completadas en el aumento del coeficiente de caja de las entidades de dep¨®sito y otros intermediarios financieros, del 18% al 19% sobre los pasivos computables.
Por otra parte, el Banco de Espa?a, ante el crecimiento del cr¨¦dito, a pesar de los elevados tipos de inter¨¦s, decidi¨® disminuir la demanda de cr¨¦ditos mediante la limitaci¨®n de la concesi¨®n de cr¨¦ditos para cada grupo bancario; en concreto, cada grupo bancario no podr¨¢ incrementar m¨¢s de un 17% los cr¨¦ditos concedidos el a?o pasado, y la autoridad monetaria fij¨® la cifra de cr¨¦ditos a conceder hasta el 31 de diciembre pr¨®ximo.
Todos los indicadores econ¨®micos se?alaban que durante los meses de julio, agosto, septiembre y octubre se estaba enfriando la econom¨ªa, aunque las tensiones inflacionistas persist¨ªan, as¨ª como el fuerte desequilibrio de la balanza comercial.
En estos momentos la pregunta que tenemos que hacernos pasa por estos interrogantes: ?qu¨¦ est¨¢ sucediendo en la econom¨ªa espa?ola? ?Se est¨¢ produciendo la suave desaceleraci¨®n deseada o, por el contrario, se mantiene el sobrecalentamiento? En otras palabras: ?es suficiente el ajuste fino no traum¨¢tico empleado o es necesaria la aplicaci¨®n de un ajuste duro?
Existe el temor de que en el supuesto de que sea necesario adoptar nuevas medidas monetarias se produzca un par¨®n econ¨®mico, cayendo en una econom¨ªa de stop and go, con grave riesgo de entrar en un ciclo depresivo del que sea dif¨ªcil salir en a?os.
La respuesta que se est¨¢ dando a la pregunta es contradictoria. Por un lado, hay opiniones de que nuestra econom¨ªa muestra s¨ªntomas de desaceleraci¨®n; por otra parte, hay quien opina que las medidas tomadas no est¨¢n dando resultado y persiste el recalentamiento econ¨®mico. Esto, unido a la falta de los indicadores coyunturales, monetarios y reales correspondientes al cuarto trimestre.
Los datos que se van conociendo no despejan totalmente las dudas; unos indican que, efectivamente, la econom¨ªa se est¨¢ enfriando, pero otros, por el contrario, se?alan que estos s¨ªntomas positivos "no pueden considerarse como reflejo de una convergencia suficiente de la econom¨ªa espa?ola hacia una senda sostenible de crecimiento m¨¢s moderado", seg¨²n apunta el Banco de Espa?a.
La soluci¨®n ofrecida por el banco emisor para el control de la demanda agregada es conocida: "La mejora de la eficacia de las pol¨ªticas de regulaci¨®n de la demanda requiere una mayor complementariedad entre los instrumentos monetarios y presupuestarios, aumentando el mayor protagonismo que la pol¨ªtica de ingresos y gastos p¨²blicos ha empezado a desempe?ar para asegurar la estabilidad interna".
Gasto p¨²blico
En los Presupuestos Generales del Estado para 1990 ya figurar¨¢n disposiciones de contenci¨®n del gasto p¨²blico y de pol¨ªtica fiscal.
En resumen, el Gobierno ha dado muestras en el pasado de su capacidad para tomar con decisi¨®n y rapidez las medidas m¨¢s adecuadas. En el futuro inmediato no tenemos motivos para pensar que no contin¨²e en esa l¨ªnea, que, en mi opini¨®n, tiene que pasar por las siguientes ideas.
La econom¨ªa no puede crecer sobre la base de que el consumo crezca m¨¢s que la producci¨®n de bienes y servicios.
Los efectos de la pol¨ªtica monetaria no son inmediatos, sino que se manifiestan con un cierto retraso; no discrimina entre consumo e inversi¨®n, lo que s¨ª hace la pol¨ªtica fiscal.
El crecimiento tiene que estar basado en una pol¨ªtica de demanda en conjunci¨®n con una pol¨ªtica de oferta, y no casi exclusivamente en la primera, como sucede hasta ahora.
La pol¨ªtica de demanda tiene que acentuar una pol¨ªtica fiscal que obtenga como objetivos prioritarios la inversi¨®n y las exportaciones, adem¨¢s de contenci¨®n del gasto p¨²blico.
La pol¨ªtica de oferta, a pesar de las oposiciones sociales, tiene que continuar con la moderaci¨®n y flexibilidad del mercado de trabajo, disminuir las rigideces del mercado financiero y mejorar la infraestructura del aparato productivo, formaci¨®n profesional y mejorar los canales de distribuci¨®n de bienes y servicios.
La pol¨ªtica fiscal tiene que mejorar la participaci¨®n del ahorro en la renta disponible. Si las familias espa?olas dedicasen mayor porcentaje de su renta disponible al ahorro que al consumo disminuir¨ªa la inflaci¨®n y el d¨¦ficit exterior. Desde la d¨¦cada de los setenta el ahorro de las familias est¨¢ descendiendo; en los ¨²ltimos cuatro a?os ha pasado del 7,71% del PIB al 6%.
La sustituci¨®n de la imposici¨®n directa por la indirecta debiera ser neutral en t¨¦rminos de ingresos.
Para reducir la inflaci¨®n hay que continuar disminuyendo el crecimiento de la demanda mediante la reducci¨®n de la oferta de dinero y tipos de inter¨¦s altos; adem¨¢s, hay que disminuir los costes de las empresas y tomar medidas de est¨ªmulo a la productividad.
Y, finalmente, el tipo de cambio de la peseta debe mantenerse en el que tiene actualmente en el SME, 65 pesetas marco alem¨¢n, con un margen de variaci¨®n de 4%. Una devaluaci¨®n no mejorar¨ªa nuestras exportaciones en las circunstancias actuales, pero s¨ª incrementar¨ªa la inflaci¨®n; adem¨¢s, la Comunidad Europea no permite hacer devaluaciones para mejorar la competitividad.
es secretario general financiero de Uni¨®n El¨¦ctrica Fenosa.
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