Cemento armado
Banesto y Valenciana aprietan los dientes en un pulso de final incierto
La venta del 13,5% del capital de Valenciana de Cementos -por parte de la familia Serratosa con el apoyo de la familia Garnica- al grupo noruego Aker hace justamente dos meses supuso un torpedo en la l¨ªnea de flotaci¨®n del gran proyecto de Mario Conde de crear una corporaci¨®n industrial que controlara las participaciones del banco de un grupo cementero que tiene una gran capacidad para generar recursos. La pugna, trasladada a los tribunales, tiene todos los ingredientes de cualquier batalla empresarial del capitalismo financiero de fin de siglo y ser¨ªa moneda com¨²n en pa¨ªses como Estados Unidos o el Reino Unido.
Como en todo golpe de mano financiero, el factor sorpresa es vital. Hay que coger al contrincante por la espalda para ser efectivo. Jos¨¦ Serratosa dimit¨ªa como consejero de Banesto cuatro d¨ªas antes de que estallara el polvor¨ªn. Banesto no descubri¨® la venta hasta que no estaba cerrada y no le qued¨® otra opci¨®n que pedir la nulidad de la misma con el argumento de que se hizo de espaldas al consejo de Cementos del Atl¨¢ntico d¨®nde estaban la mayor¨ªa de esas acciones que los Serratosa y los Garnica vendieron a Aker, socio tradicional de la empresa. Jos¨¦ Serratosa constesta que tiene los poderes del consejo para vender. Adem¨¢s controla los consejos de Valenciana y Cementos del Atl¨¢ntico por lo que Conde choca contra un muro. El argumento central de esta historia es sencillo. Conde quiere controlar desde su futura Corporaci¨®n Industrial el primer grupo cementero nacional y la tercera generaci¨®n de los Serratosa, fundadora de la empresa en 1917 con un mill¨®n de pesetas de capital social, no quiere convertirse en empresarios sin mando ni asalariados de lujo del presidente de Banesto.Tras la venta, la pelea entra en el terreno legal en un intento de deshacer lo que estaba hecho. El banco pide la nulidad de la operaci¨®n por entender que no est¨¢ aprobada por el consejo. Se celebran dos nuevos consejos el 12 de diciembre llenos de tensi¨®n para votar la venta. Ganan los Serratosa por tres votos a dos en Cementos del Atl¨¢ntico y seis a cuatro en Valenciana.
Las juntas de accionistas de Cementos del Atl¨¢ntico y Cementos del Mar celebradas una semana despu¨¦s son dos calcos de los consejos, con el agravante de que quitan los poderes al consejero de Cementos del Atl¨¢ntico, Salvador Salort, antiguo administrador de Antibi¨®ticos, hombre cercano a Conde y personaje clave en la operaci¨®n de reordenaci¨®n accionarial que quer¨ªa abordar el banco en el grupo cementero. Banesto y los Serratosa entran en una pugna jur¨ªdica para la que se dotan de equipos de profesionales especializados. Ambos declaran que les asiste la raz¨®n y que pretenden ir hasta el final. Por ambos lados se recurre a la CNMV como autoridad financiera. Banesto pide a la Comisi¨®n que aclare si Aker supera el l¨ªmite legal para lanzar una OPA por el total del capital mientras que los Serratosa piden que se investiguen las compras que ha hecho el banco y que le ha dado el control de un 44% de Valenciana.
A finales de diciembre, mientras los tr¨¢mites legales siguen su curso, el banco se acerca a Aker para convencerle de que Banesto es realmente quien interesa a la cementera noruega y se le ofrece un acuerdo global cuyos puntos no han transcendido. Aker no acepta la propuesta y parece m¨¢s firme que antes a seguir aliado con los Serratosa. Comienzan a buscar acuerdos comerciales en otros pa¨ªses y a estudiar f¨®rmulas jur¨ªdicas para sellar su pacto de caballeros.
Banesto, tras pedir un dictamen profesional donde se demuestra que no tiene los puestos en los consejos en las principales cementeras del grupo que le corresponden por capital, espera el acto de conciliaci¨®n de la demanda que pide la nulidad de la venta a Aker. Este acto se celebra el 15 de enero sin acuerdo como, era previsible. El banco argumenta que ha sido un acto de buena voluntad y presenta la querella criminal que ven¨ªa anunciando como segunda arma jur¨ªdica.
La batalla de Sanson
Mientras esto ocurr¨ªa, se ha librado una batalla subterr¨¢nea en Sanson, una de las cementeras del grupo en la que los Serratosa y Conde han estado jugando al rat¨®n y al gato para ver quien pod¨ªa hacer m¨¢s da?o al otro. Los Serratosa quieren ampliar su participaci¨®n, pero al ver que una OPA por la mayor¨ªa saldr¨ªa muy caro, suben el valor de los t¨ªtulos para encarecer una posible OPA de Banesto. Ahora la CNMV ha de contestar una petici¨®n de los Serratosa para que investigue la participaci¨®n de Banesto por si estuviera incurriendo en el l¨ªmite legal a partir del que debe lanzar una OPA. ?sta es la reacci¨®n de los empresarios levantinos a la querella de Banesto. Los equipos jur¨ªdicos est¨¢n en su salsa. Los representantes de los Serratosa adjudican a Rafael P¨¦rez Escolar, consejero del banco, el papel de impulsor de la querella. Los motivos de la querella criminal son falsicaci¨®n de documento mercantil, dinero negro no ingresado en caja y delitos fiscales, mientras queda fuera la venta a Aker.La querella criminal presentada por cinco consejeros y ejecutivos de empresas del grupo, y que se dirige contra otros nueve consejeros y ejecutivos de empresas del grupo, ha sido admitida a tr¨¢mite y ha sido el juez Garz¨®n quien ha ordenado la intervenci¨®n y ocupaci¨®n de los libros del grupo Valenciana. Banesto, que ha conseguido una victoria parcial en este tema, dice que al final ganar¨¢ esta guerra, para lo que ser¨¢ necesario ganar batalla a batalla. Fuentes del banco dan entender que es importante no ense?ar las cartas en esta partida de ajedrez de movimientos perfectamente estudiados, y dicen que nunca han negado un acercamiento a Aker.
Ahora, mientras los tribunales dilucidan con el ritmo lento que suele acompa?ar a estos procesos legales, la batalla sigue su curso ante la CNMV, en los consejos de administraci¨®n, en los medios de comunicaci¨®n, y en todos los frentes que sean precisos para salvar el control de una compa?¨ªa cabecera del grupo.
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