Aburrirse sin darse cuenta
Poco sitio le dejan a ust¨¦ para la vida, poco: entre tener que trabajar y tener que divertirse, milagro ser¨¢, y gracias a que el Sistema no est¨¦ bien hecho del todo, si algo se le escurre. Seguro que ya ni idea tiene ust¨¦, pobrec¨ªllo, de qu¨¦ es eso de vivir, y capaz es usted, si le preguntan, de tirar por lo derecho y responder: "Pues eso: trabajar y divertirse: ?qu¨¦ va a ser, si no?". Menos mal que hasta usted mismo, aparte de ser usted, es alguna otra cosa, algo de pueblo sin n¨²mero ni colocaci¨®n, y por ah¨ª seguro que ni ust¨¦ traga.Lo de trabajar ?no lo sabe ya, por qu¨¦ es y para qu¨¦? Bueno, por si acaso, se lo recordaremos en un vuelo, antes de pasar a lo que hoy m¨¢s nos importa, que es lo de divertirse.
"Trabajo" s¨®lo se llama al trabajo propiamente dicho, que consiste en hacer (una y otra vez) lo que ya est¨¢ hecho, que se da, por tanto, en un tiempo vac¨ªo (primariamente futuro: el que va desde la realizaci¨®n de lo previsto hasta este momento en que se ha previsto), y que es, por ende, aburrido por esencia, es decir que no puede dar placer ni utilidad alguna, como no sea dinero, esto es, una cantidad de fe en que se puede cambiar por cosas, con tal de que ¨¦stas no tengan mucha cosa, sino m¨¢s bien idea de la cosa.
?se es el trabajo propiamente dicho, que por algo el pueblo lo llam¨® anta?o tripalium, o sea "potro de tortura". A V. a lo mejor ya no le suena a eso, ?verd¨¢ ust¨¦?: con tanto que Estado y Capital se lo ha glorificado y tan golosos que le ponen los Puestos de Trabajo, a poco memo que ust¨¦ sea, ya estar¨¢ diciendo que el Trabajo es la dignidad del Hombre, y hasta la sal de la vida, hombre: ?por qu¨¦ no? Pero por ac¨¢ abajo, "trabajo" sigue siempre queriendo decir trabajo.
As¨ª que` si alguna vez le sucede que se ?o pasa.bien haciendo algo (no con la satisfacci¨®n del deber cumplido, no con la fe en el Futuro y la seguridad que su salario va a proporcionarle, sino haciendo lo que est¨¦ haciendo), a eso no lo llama usted trabajo, porque a lo mejor eso es otra cosa, a lo mejor es... ?hasta vida! -vaya ust¨¦ a saber-, o por lo menos algo que se le parezca.
Pero el Trabajo de veras, ¨¦se que a usted no le sirve para nada, para nada m¨¢s que para trabajar, y que, corre spondi entem ente consiste en (re)producci¨®n de cosas in¨²tiles, que no sirven m¨¢s que para producirse, venderse y comprarse, ese Trabajo al Capital y Estado, en cambio, y por ello mismo, ?c¨®mo que Le sirve!: como que en,¨¦l asienta al menos una de sus dos patas.
Peligros para el Estado
Al Estado le era necesario, porque ?l necesita que usted trabaje (y, cuando no, que se divierta, ?co?o!, no ande qued¨¢ndose en campos de nadie, y peligrosos por tanto para el Estado); al Capital le era necesario, porque del trabajo viv¨ªa (viv¨ªa, vamos, lo que el Capital puede vivir: a saber, muerte), por aquello que el abuelo Marx nos contaba las noches de invierno al lado de la estufa, de- que, al venderse el trabajador al Amo (la posibilidad de vida convertida en fuerza de trabajo), su venta dota al producto de una plusval¨ªa, que dec¨ªa ¨¦l, de la que vive el Capital la vida que puede, que es una imitaci¨®n de la vida de los animales: que crece, que se ajunta, que se reproduce y que parece, icag¨¹endi¨®s!, que no tiene trazas de morirse nunca.
Y, como ahora encima Estado y Capital est¨¢n a punto de contraer un matrimonio indisoluble y venir a ser los 2 el Mismo, pues a ve ust¨¦: ganancia doble para ?l. S¨®lo que no vaya usted a confundirse y creer que hay alguien que engorda y disfruta con el proceso: ya no hay burgueses, ya no hay pr¨ªncipes, y patrones y ministros han venido a reducirse, conjuntamente, a Ejecutivos de Dios, trabajando en lo Suyo y a Su servicio (?o se cre¨ªa ust¨¦ que los Directivos de la Banca y los Presidentes de la Trufano trabajan?), todo para gloria del ¨²nico Se?or, que es, como a la muerte que administra corresponde, ideal abstracto y futuro siempre. Se llama provisionalmente Capital-y-Estado.
As¨ª que no le extra?e que, cuando la Empresa trabaja con aut¨®matas y robotitos, como cada vez le gusta m¨¢s hacerlo, se siga produciendo tanto y m¨¢s de plusval¨ªa: es que, como la otra noche descubrimos charlando en La Vaquer¨ªa, el empleo de aut¨®matas en f¨¢bricas y oficinas no s¨®lo no mengua el trabajo de los que all¨ª tengan que manejarlos y reparar sus estropicios, sino que adem¨¢s, con ese empleo de m¨¢s y m¨¢s chismes para hacer lo que est¨¢ hecho, se obliga a la producci¨®n de m¨¢s y m¨¢s chismes, cuya fabricaci¨®n y cuya venta crean nuevos puestos de trabajo; de manera que los aut¨®matas est¨¢n ellos mismos cargados con posibilidades de vida convertidas en fuerza. de trabajo, que es lo que engendra la plusval¨ªa; y aquella conversi¨®n del Sujeto en objeto que el abuelo Marx dec¨ªa con su jerga todav¨ªa filos¨®fica, se realiza de la manera m¨¢s perfecta con la imposici¨®n de aut¨®matas para el trabajo in¨²til: ellos se hacen humanos (y proletarios) en la medida en que usted se hace mec¨¢nico. ?Ve ust¨¦ c¨®mo, al rev¨¦s de lo que promet¨ªan las m¨¢quinas del Progreso de nuestros abuelos, lo ¨²nico que importaba era que ust¨¦ siguiera trabajando?
Ahora bien, ese tinglado de dominaci¨®n no se sostiene sin su otra pata, la de la Diversi¨®n. Una vez creado el Tiempo (el vac¨ªo, el ¨²nico real), homog¨¦neo tiene que ser el Tiempo, y el mismo aqu¨ª que all¨¢: no cabe (y es una de las mentiras m¨¢s importantes conque a V. lo tienen dominado) comprar con el tiempo esclavo un tiempo libre: el tiempo de la diversi¨®n tiene que ser igual de vac¨ªo y de esencialmente futuro que el del Trabajo.
Tiempo vac¨ªo
Y en efecto, diversi¨®n es algo que se prev¨¦ y se planea ("Esta noche a las 9 vamos a pas¨¢rnoslo guay en la discoteca", "El 14 de julio nos vamos a despendolar con la toma de la Bastilla", "El a?o 92 ser¨¢ la org¨ªa de las org¨ªas: ya estamos tifiendo el Atl¨¢ntico de todos los colores de las banderas", y as¨ª), es decir que es un fin que se persigue, que hay que conseguir, y como tal, instaura el tiempo vac¨ªo, en el que, salvo equivocacion, no puede pasar nada.
La manifestaci¨®n personal del Tiempo Vac¨ªo, ese abismo de muerte, es el bostezo desquijarrante de su propia boca de usted: el aburrimiento. Pero, as¨ª como dec¨ªan los fisicos anta?o que la Naturaleza tiene un horror del vac¨ªo, as¨ª ese tiempo vac¨ªo en que, al vender su vida, la vida se transforma, nunca puede aparecer directamente como vac¨ªo, sino como un vac¨ªo llenado, sea de trabajo, sea de otros pasatiempos; y su aburrimiento de usted nunca puede aparecer directamente como aburrimiento (?ah, cualquiera sabe lo que se le ocurrir¨ªa a ust¨¦, diablo de hombre, si se dejara estarse aburriendo en ¨ªntegro y a pleno, sin hacer nada por disimularlo, media horita na m¨¢s que fuera, cualquiera sabe qu¨¦ revoluciones iban a sacudir el Mundo!), no, sino como un aburrimiento disfrazado de diversi¨®n: esto es, que usted se aburra, ciertamente, pero sin darse cuenta de que se est¨¢ aburriendo.
Esto del aburrirse sin darse cuenta es una f¨®rmula que le debo a Georges Brassens, bendita su memoria, el cual, en una canci¨®n cuyo estribillo dice que el 95% de las veces la Mujer se aburre follando (no vamos ahora a discutir sus estad¨ªsticas), en las estrofas examina las objeciones que pueden hac¨¦rsele y las posibles excepciones de la regla, entre ellas la de una que ame de verdad a un hombre: porque, en ese caso, "siempre atenta a sus caricias, siempre dispuesta a ¨ªzonmoverse, elle s'emmerde sans s'¨¦n apercevoir", se aburre igual, pero sin darse cuenta.
Pues bien, eso es lo que la pasa a ust¨¦, ya ve; y el ejemplo de la Mujer, que, por fe en el Amor, puede realizar ese prodigio de no recibir placer ni gloria alguna de la faena (ea, que en verdad no le pase nada), pero al mismo tiempo no apercibirse del vac¨ªo, es ilustrativo de la situaci¨®n general; en la cual es esencial (pues ello es inherente al tiempo vac¨ªo que Estado y Capital maneja) aburrirse, s¨ª, y que no pase nunca nada ni se d¨¦ placer inesperado y sustancioso alguno, pero que ello suceda sin que usted, creyente en Dios en cuanto que cree en su propio Futuro, se d¨¦ cuenta del caso: que se aburra divirti¨¦ndose.
La diferencia entre divertirse, a la hora y fecha que se manda (?12 de la noche del 31 de diciembre de 1989, yuppi! ?Cogorza de champa?a y claxonazos de autos embriagados de alegr¨ªa! ?Empieza la ¨²ltima D¨¦cada del Siglo!) y dejarse llevar por el placer o la pasi¨®n o como se llame... Es una diferencia tan verdadera que, mientras su coraz¨®n la siente, como el m¨ªo (porque los corazones no son de m¨ª ni de usted, sino comunes), dificil le ser¨¢ entenderla por razones.
Pero es tambi¨¦n algo as¨ª como la diferencia que va de esos bloques de pisos de los conglomerados urbanos (impuestos, planeados y construidos desde Arriba) a los pueblos y ciudades que brotaban de abajo, por ocurrencias de menestrales, mercaderes y hasta pr¨ªncipes... Bueno, "brotar" es una exageraci¨®n, porque ya sabe V. que naturaleza no tenemos; pero s¨ª eso de lo subconsciente popular que late por ac¨¢ abajo y sigue deseando que lo dejen vivir, como ello humanamente pueda.
?Percibe usted por lo menos el costoso error en que caen los pol¨ªtico-moralistas, bienintencionados ellos, cuando reclaman contra esta pifia, este bodrio que desde Arriba nos ha armado Estado y Capital en su progreso, pero lo hacen en nombre de la p¨¦rdida de los Valores, de la (?casi n¨¢!) deshumanizaci¨®n? No: el pueblo reclama siempre en nombre del placer m¨¢s carnal, de la m¨¢s grosera utilidad: eso es lo que le roban, con la venta de la vida, con el cambiazo del gozo por la diversi¨®n, mientras a cambio le ponen a usted "llena de fantas¨ªas la cabeza", de ideas de vida, que son, con todos sus colorines, el nombre de la muerte, s¨®lo que disfrazado.
Aliento de rebeli¨®n
El que toma la diversi¨®n como su placer, y no sabe ya pedir otro, ¨¦se es un traidor al pueblo y a sus propias carnes, un esbirro fiel de Estado y Capital, cuyo ideal es ¨¦se: que la peligrosa vida se reduzca a tiempo vac¨ªo y computable: Trabajo + Diversi¨®n.
Bueno, queda el sue?o y los ensue?os (aunque hasta eso puede venderse: otro d¨ªa le contaremos c¨®mo), y el sue?o y el recuerdo de la "juventud nunca vivida" traen por lo bajo cada d¨ªa un testimonio de que eso no era todo, que hay un placer de veras y una utilidad sin Futuro, que hay una vida, sea de quien sea. Y la falta de resignaci¨®n que de ello mana ser¨ªa el aliento de rebeli¨®n popular contra la Mentira, que es ya rebeli¨®n contra Estado y Capital, que s¨®lo en la mentira se sustentan.
Pero, si est¨¢ ust¨¦ tan conforme con tener un Puesto de Trabajo y divertirse el resto del tiempo, ?por qu¨¦ se molesta usted siquiera en leer estas noticias que vienen de debajo de usted mismo? D¨¦jeselas a los enamorados impenitentes y nunca resignados (por ejemplo, de los que estos ¨²ltimos d¨ªas me han dejado se?as, Francisco Fern¨¢ndez, avenida de Ricardo Soriano, 31 C, 5? 3, Marbella / Amable Alberca Tejedor, Granados, 1, 3? B, 49004 Zamora / Pedro-Javier Gonz¨¢lez Rodr¨ªguez, Galiano, 28, 22, El Ferrol / Josep Nogu¨¦ y Mas, Huesca, 5, Mollet Del Vall¨¦s (Barcelona) / Juan-Carlos Andr¨¦s Chico, plaza de los Conquistadores, 1,06700 Villanueva de la Serena / Rafael Salama BenArroch, Pintor Rosales, 40, 4? derecha, 28008 Madrid / Alfonso Amador Viqueira, Colegio Mayor Nebrija, avenida de S¨¦neca, s/n, 28040 Madrid), y usted siga, con la mayor¨ªa democr¨¢tica, haci¨¦ndoles el juego a los administradores de la muerte: ?Divi¨¦rtase, hombre! ?Feliz A?o Nuevo! ?Glorioso Decenio! ?V¨ªa al 1992! A ver si llegamos al a?o 2000 y no nos pasa nada.
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