El ministro de Exteriores recomienda a los rumanos que fomenten el consenso

El ministro de Asuntos Exteriores, Francisco Fern¨¢ndez Ord¨®?ez, concluy¨® su estancia en la capital rumana con el deseo de que "Espa?a pase pronto a Rumania el testigo de la m¨¢s joven democracia de Europa", y recomend¨® p¨²blicamente a los rumanos que fomenten el consenso entre sus fuerzas pol¨ªticas mientras dan los primeros pasos para construir su democracia.

"Quiero creer que aqu¨ª hay un clima de entendimiento", a?adi¨® el ministro espa?ol, despu¨¦s de que la semana pasada el Frente de Salvaci¨®n Nacional (FSN) llegara a un acuerdo con la oposici¨®n para compartir el poder en un Consejo Provisional de Unidad Nacional hasta las elecciones de un Parlamento constituyente dentro de tres meses.En una conferencia de prensa conjunta con su anfitri¨®n rumano Sergiu Celac, el jefe de la diplomacia espa?ola dej¨® claro, sin embargo, que el Gobierno espa?ol esperar¨¢ a los comicios del 20 de mayo para "consolidar la cooperaci¨®n" bilateral, pero su hom¨®logo rumano no pareci¨® decepcionado y agradeci¨® efusivamente "esta visita sustancial" y "la comprensi¨®n ' que nos manifiesta Espa?a".

Tras un momento de duda, "porque ning¨²n modelo es exportable", Fern¨¢ndez Ord¨®?ez se atrevi¨® a dar el consejo sobre la necesidad de fomentar el consenso, en respuesta a una pregunta de una periodista rumana que le pregunt¨® cu¨¢l era el secreto de que Espa?a haya podido pasar de una dictadura fascista a una democracia ejemplar.

El gran asalto a preguntas lo padeci¨® el titular de Exteriores en la residencia del embajador de Espa?a Antonio N¨²?ez Garc¨ªa-Sauco, donde en el curso de un c¨®ctel un nutrido grupo de hispanistas le pidi¨® desde una larga lista de libros para una biblioteca p¨²blica hasta una modesta ayuda para poder vincularse a la red mundial de profesores y traductores de espa?ol. "?Qui¨¦n es ahora el l¨ªder de los conservadores espa?oles?", preguntaba una profesora de castellano, "porque en el ¨²ltimo peri¨®dico espa?ol que lleg¨® a mis manos era Antonio H¨¦rn¨¢ndez Mancha, pero estaba en dificultades".

Mientras el catedr¨¢tico de Filolog¨ªa hisp¨¢nica Paul Alexandru Georgescu entregaba al ministro un poema que hab¨ªa escrito para Camilo Jos¨¦ Cela, Fern¨¢ndez Ord¨®?ez, conmovido ante tanta sed de cultura espa?ola, repet¨ªa hasta la saciedad: "Hay que mandar aqu¨ª a Jorge Sempr¨²n, hay que organizar aqu¨ª semanas de cine, de teatro espa?ol, porque esto es un terreno abonado".

Conspirar en una esquina

El c¨®ctel brind¨® a tres ministros del FSN y a los dirigentes de la oposici¨®n socialdem¨®crata, Sergiu Cunescu, y del partido nacional-campesino (democristiano), Corneliu Coposu, la primera oportunidad para coincidir en una reuni¨®n que no fuese de trabajo, pero apenas se saludaron y estos ¨²ltimos aprovecharon para, ironizaba Fern¨¢ndez Ord¨®?ez, "conspirar en una esquina". "Esto me recuerda viejos tiempos", comentaba divertido.Para la mayor¨ªa de los 150 asistentes al c¨®ctel del embajador ¨¦sta era la primera vez que pisaban una embajada porque, recordaba la catedr¨¢tica Silvia Vascan, "antes, para aceptar la invitaci¨®n, hab¨ªa que pedir permiso a las autoridades y generalmente lo denegaban". Todav¨ªa el martes algunos esc¨¦pticos solicitaron autorizaci¨®n para acudir a la residencia del embajador, y se les contest¨® que "hicieran lo que les diese la gana".

Visiblemanete contentos de poder charlar sin tapujos, los hu¨¦spedes de N¨²?ez Garc¨ªa Sauco, tanto los miembros del Gobierno como los de la oposici¨®n, prolongaron la velada durante tres horas y media, hasta que el embajador empez¨® a echarles con mucha mano izquierda, dando a entender que el servicio estaba cansado Fern¨¢ndez Ord¨®?ez se hab¨ªa ido a la cama mucho antes.