Mosc¨² y Washington afianzan una 'cumbre' con acuerdos de desarme
Las perspectivas de una cumbre sovi¨¦tico-norteamericana con sustanciales acuerdos de armamento y de firmar un tratado de reducci¨®n de armas estrat¨¦gicas (START) antes de final de a?o se han afianzado durante la visita que ayer concluy¨® a Mosc¨² el secretario de Estado de Estados Unidos, James Baker. El jefe de la diplomacia norteamericana y su colega sovi¨¦tico, Edvard Shevardnadze, acordaron tambi¨¦n la celebraci¨®n de una cumbre de los 35 pa¨ªses participantes en la Conferencia de Seguridad y Cooperaci¨®n en Europa (CSCE) este a?o en Viena para firmar un acuerdo sobre armas convencionales en el continente.
Esta conferencia no sustituir¨¢ a la cumbre de los 35 pa¨ªses firmantes del Acta Final de Helsinki prevista para 1992, sino que ser¨¢ una preparaci¨®n para la misma. Este calendario revela una concesi¨®n norteamericana a la propuesta sovi¨¦tica de celebrar este a?o la llamada conferencia Helsinki 2, aunque la concepci¨®n del Kremlin era m¨¢s amplia y global que el enfoque finalmente acordado.En un largo comunicado final, difundido mientras Baker abandonaba la capital sovi¨¦tica con destino a Bulgaria y Rumania, ambas partes informaban de su intenci¨®n de elaborar un acuerdo de armas qu¨ªmicas para firmarlo en junio durante la cumbre que los presidentes Mija¨ªl Gorbachov y George Bush celebrar¨¢n en Washington.
Independientemente de la elaboraci¨®n de una convenci¨®n global multilateral sobre armas qu¨ªmicas en Ginebra, EE UU y la URS S elaborar¨¢n un acuerdo bilateral que incluir¨¢, entre otras cosas, "la destrucci¨®n del grueso de sus arsenales [de armas qu¨ªmicas] a niveles igualmente bajos". Actuar¨¢n con el objetivo de finalizar y firmar tal acuerdo en la cumbre de junio de 1990, se?alaba otro comunicado conjunto dedicado exclusivamente a este tema.
El acuerdo fijar¨¢ un programa de cooperaci¨®n en tecnolog¨ªa y procedimientos para la destrucci¨®n de los arsenales, y cuando la convenci¨®n entre en vigor, las partes continuar¨¢n reduciendo sus arsenales a iguales niveles y hasta llegar a una fracci¨®n muy peque?a de sus existencias actuales durante los primeros ocho a?os de vigor de la citada convenci¨®n. Todos los arsenales restantes ser¨¢n eliminados en los dos a?os siguientes.
Baker y Shevardnadze hicieron progresos en algunas cuestiones t¨¦cnicas necesarias para lograr un tratado de reducci¨®n del 50% de los arsenales estrat¨¦gicos (START). Ambos se mostraron dispuestos, seg¨²n el comunicado final, a "resolver todas las cuestiones importantes ante la cumbre de junio con objeto de garantizar la posibilidad de firmar el tratado a finales del a?o actual".
Progreso
El progreso alcanzado afecta a los misiles de crucero aerotransportados (ALCM) y los misiles de crucero con base mar¨ªtima (SLCM), as¨ª como a los contingentes de los misiles de reserva y la verificaci¨®n de las pruebas con misiles. El ministro Shevardnadze manifest¨® ayer que estas dos ¨²ltimas cuestiones pueden considerarse resueltas, aunque quedan detalles por ultimar.
En lo que se refiere a los ALCM, ambas partes acordaron pr¨¢cticamente todos los puntos, con excepci¨®n de los radios de acci¨®n. Mientras Washington quiere que se cuente por encima de los 1.500 kil¨®metros, la URS S pone esta cifra en los 600 kil¨®metros de alcance. En lo que se refiere a los SLCM, ¨¦stos ser¨¢n objeto de declaraciones pol¨ªticamente vinculantes paralelas, al margen del tratado START. Estas declaraciones tendr¨¢n validez durante el plazo de vigencia del tratado START. Los SLCM ser¨¢n objeto de ulterior discusi¨®n en las conversaciones de armamento sovi¨¦tico-norteamericanas de Ginebra.
Los cohetes bal¨ªsticos no desplegados ser¨¢n sujetos a un l¨ªmite junto con sus cabezas nucleares. Los misiles de crucero no desplegados y el armamento no desplegado de los bombarderos pesados no ser¨¢ objeto de limitaci¨®n cuantitativa.
Seg¨²n el comunicado, ambas partes impulsar¨¢n dos acuerdos m¨¢s para limitar la potencia de las pruebas nucleares subterr¨¢neas a 150 kilotones. Tales tratados, que no est¨¢n vinculados con el tratado START, podr¨¢n ser firmados en junio. Se trata de los tratados de 1974 y 1976, que fueron firmados en ¨¦poca de Richard Nixon y que no fueron ratificados por el Senado norteamericano. Ahora, ambas partes han llegado por fin a un acuerdo mutuamente aceptable sobre los m¨¦todos de verificaci¨®n de estas pruebas.
En el cap¨ªtulo de armas convencionales, la URSS dej¨® bien claro que acepta el techo de 195.000 hombres, o en su defecto, 225.000, respectivamente, estacionados en Europa, siempre y cuando se aplique a todo el continente en su conjunto excluyendo la Uni¨®n Sovi¨¦tica, y no a Europa central, tal como propuso el presidente norteamericano, George Bush.
Antes de abandonar Mosc¨² Bush intervino ante la Comisi¨®n de Asuntos Exteriores del Parlamento sovi¨¦tico, en la sala SverdIovsk del Kremlin, donde fue sometido a un duro interrogatorio por los parlamentarios sovi¨¦ticos. Baker no sali¨® siempre airoso de las preguntas, que tocaron la invasi¨®n norteamericana de Panam¨¢, el presupuesto de defensa de EE UU y cuestiones de armamento. El secretario de Estado norteamericano tuvo que corregirse a s¨ª mismo y recordar la invasi¨®n de la isla de Granada, cuando dijo que la acci¨®n militar en Panam¨¢ hab¨ªa sido la primera en su g¨¦nero des de 1965. Baker invit¨® a una delegaci¨®n del Soviet Supremo a visitar Panam¨¢, y se mostr¨® muy precavido ante las interpelaciones de un diputado b¨¢ltico sobre su actitud ante los procesos que viven estas rep¨²blicas. El secretario de Estado se neg¨® a firmar una declaraci¨®n conjunta sovi¨¦tico-norteamericana condenan do el asentamiento de los emigrantes jud¨ªos sovi¨¦ticos en los territorios ocupados por Israel.
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