White is beautiful!
De la noche al d¨ªa, una ma?ana, de repente, not¨¦ que me gustaba el blanco. Era la primera vez que traspasaba el Rubic¨®n l¨ªmite de fidelidad a lo azulgrana y experiment¨¦ el placer al alcance de todo tr¨¢nsfuga: violar un c¨®digo demasiado asumido y durante demasiado tiempo. Fue voluptuoso sentirme por primera vez partidario de los ganadores, como si hubiera cambiado de sexo, sin necesidad de ir a Marraquech a operarme. Sin agresi¨®n de la cirug¨ªa, ni a?adido de la ortopedia, all¨ª estaba yo ante el espejo grit¨¢ndole a un est¨²pido con el asombro de cristal: ?Hala Madrid! ?Hala Madrid! ?Hala Madrid!He dejado de creer en todo lo que hizo de m¨ª un barcelonista y hasta disculpo la imagen de un Real Madrid en el pasado demasiado vinculado a don Camilo Alonso Vega. La se?ora del entonces todopoderoso ministro de la Gobernaci¨®n repart¨ªa se?as de espa?olidad desde el palco presidencial del estadio Bernab¨¦u: "?Mira, esos del Barcelona! ?Bueno, al fin al y cabo tambi¨¦n son espa?oles!". Tambi¨¦n digiero, con cierta dificultad, es cierto, la antigua instrumentalizaci¨®n del Madrid como tercio de Flandes, contratado por el departamento ¨¦pico del No-Do. Basta ya de memoria hist¨®rica. Alguna parcela de posmodernidad debe aceptarse y, como siempre, mi dosis de racionalismo la tomo de mis apetitos futbol¨ªsticos. El Madrid, sin historias, es el mejor equipo de Espa?a y yo quiero por primera vez sentirme c¨®mplice de algo o de alguien destinado a ganar. Adem¨¢s, la quinta del Buitre goza de todas mis admiraciones futbol¨ªsticas y me encanta que tenga en Michel un depresivo casi literario. En la delantera, el binomio Doctor Jeckyll (Butrague?o)-Mister Hyde (Hugo S¨¢nchez) es expresi¨®n de la dualidad bien y mal, cielo e infierno, beso y escupitajo que todos llevamos dentro. Adem¨¢s Mendoza es m¨¢s apuesto que N¨²?ez y liga con se?oras que salen en las mejores portadas.
Estoy tan enfebrecido que s¨®lo temo adquirir el mono del transfuguismo, el no saber autolimitarme, y ya descontrolado,. verme arrastrado a un viaje a Marraquech para cumplir mi vieja aspiraci¨®n de ser primera bailarina del Bolchoi antes de que lo privaticen. O incluso, Dios no lo quiera, pedir el ingreso en el PSOE aunque Txiqui Benegas siga siendo el n¨²mero tres.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.